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Por Matilde Hellín   

El pasado lunes finalizaba la serie de ficción española "Vis a Vis" con un récord de audiencia de 214 000 espectadores en su emisión primera, a los que habría que sumar el consumo bajo demanda. El capítulo titulado "La marea amarilla", en honor a los seguidores de la serie que consiguieron que fuera rescatada por la cadena Fox en 2017 (convirtiéndose en la primera serie que la televisión de pago resucita para una continuación), llega, en palabras de su creador y guionista Iván Escobar, en "el momento justo": "Lo importante era cerrar bien el viaje que hemos emprendido con la Marea Amarilla, sin alargar una historia porque estuviera funcionando muy bien en audiencias". Sin embargo, el tiempo en el que suceda no es el único ingrediente de un final adecuado: "Podemos haberlo hecho mejor o peor, pero creo que acabamos en el momento justo", añade en una entrevista para El Confidencial.

"No sería justo alargar una historia tan especial", dice una de las protagonistas a su ex compañera de celda, Camila (Berta Vázquez), en una escena de despedida del último capítulo, algo que se puede aplicar al propio final de la serie. Y, es que, el desenlace de la ficción no ha estado exento de críticas negativas, como el de cualquier otra producción, sin embargo, sí ha estado planificado desde la finalización del rodaje de la tercera temporada: "Iván vino con el mapa de tramas de la temporada 4 y fue muy honesto en proponernos que él lo veía como un final y quería saber cuál era nuestra opinión", ha declarado Daniel Pérez, director de Fox España, en una entrevista para Fórmula TV.
 
La serie narra las vivencias de prisioneras y funcionarios en una cárcel de mujeres (durante las temporadas 3 y 4, las protagonistas cambian de penitenciaría), a través de la llegada de Macarena (Maggie Civantos), quien experimentará una metamorfosis de persona inofensiva a personaje sin escrúpulos, motivada por el instinto de supervivencia y el ansia de libertad. Las alianzas, traiciones y venganzas, serán la normativa habitual en el devenir de las relaciones personales, de amor, amistad y cualquier naturaleza, de las reclusas (y funcionarios) en la cárcel.
 
El drama, que ha llegado a su final tras cuatro temporadas (las dos primeras producidas por Globomedia para Atresmedia Televisión), superó las expectativas iniciales que la comparaban con la ficción estadounidense "Orange is the new black", tildándola de mera copia, consiguiendo un balance de críticas positivas, premios y nominaciones, que han revolucionado la ficción española gracias a la originalidad y crudeza de la puesta en escena y evolución de sus personajes femeninos, hegemónicamente protagonistas. "Fuera de España, en la ficción, la diversidad es normal. En cada serie hay una gorda, una china, una lesbiana, una negra, una con síndrome de Down, una zorra, hay de todo… En España hacía falta que pasara esto, y aquí estamos nosotras para reivindicarlo", declaró Itziar Castro (Goya en la ficción), tras su incorporación en la serie en la 3 temporada. Cuando Fox se hizo responsable de la ficción, pasó a ser, según sus creadores, más fiel a la realidad, gracias a experiencias de presas reales. "Queríamos contar una historia de mujeres que tuvieran su propio ecosistema, sus propios conflictos", confiesa Escobar.

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Pese a que la serie arranca con la llegada de Macarena y la transformación de su personaje abarca la mayor parte del conflicto en las primeras temporadas, el reparto coral de "Vis a vis" ha permitido que el protagonismo se extienda a partes iguales entre su elenco. Según su creador, con ella (Macarena) querían emprender un viaje "a la inversa de lo que siempre se ha hecho", yendo de la bondad a la maldad, convirtiendo a Macarena en una superviviente. La ausencia de Maggie Civantos, que aparece solo en cuatro capítulos en las últimas dos temporadas, fue clave para finalizar la serie: "Está claro que estas dos temporadas habrían sido distintas de haber estado Maggie, pero nuestra historia siempre ha sido muy coral", argumenta su creador. La otra gran protagonista es Zulema Zahir (Nawja Nimri), quien, a diferencia de Macarena, mantiene firme su naturaleza durante toda la historia, mostrando únicamente un atisbo de humanidad durante esta última temporada, motivada por un instinto maternal que "Vis a Vis" ha explotado durante toda la serie a través de los conflictos de distintos personajes para mostrar su evolución y justificación. Así ocurre con Zulema, con Macarena tras abortar, con la maternidad de Saray (Alba Flores), con los traumas de Anabel (Inma Cuevas) y Goya, y, evidenciado directamente con el personaje de Sole (María Isabel Díaz Lago), que en sí misma es la representación de "la madre de todas las presas", tal y como se muestra en el desenlace con su despedida.

El "final feliz" que muchos señalan, ha sido criticado mayormente por el desenlace que otorga a sus dos protagonistas principales: Zulema y Macarena, quienes, al estilo "Thelma y Louise", finalizan el epílogo atracando una joyería doce años después de lo acontecido, como aliadas. "Estas dos tías reencontradas tras todo lo que han vivido juntas nos parece coherente con el relato", defiende Escobar. Sin embargo, para Nimri (Zulema), la decisión de esta alianza sale únicamente de "los guionistas", declara en conversaciones con El País: "Zulema se mueve solo por necesidad y por mucho amor que sienta por Saray sabe que con ella está perdida y no va a ningún lado. Zulema aprende a controlarse y Maca a superarse, ahí surge el pulso, así que ese final puede verse como una fantasía". Para la actriz, la humanización del personaje ha sido fruto de necesidad, no de creación artística: "Zulema no ha evolucionado, lo que pasa es que Maggie (Macarena) se tuvo que ir a otra serie y me han ido dando más metraje." Además, asegura que al final han ido "sin concesiones y a saco". El desenlace para Escobar es "una especie de final poético respecto a lo que estamos viviendo ahora y toda la agresividad que estamos viviendo en contra de las mujeres." La cuarta temporada es una historia de humanidad, habiendo contado ya todas las historias de acción, todos los enfrentamientos, todas las masacres e iras de los personajes… solo quedaba, para sus creadores, finalizar con un epílogo que según el director de Fox estuvo puesto en duda.

El drama, pese a pecar de inverosímil, no ha escatimado en valentía al atreverse a mostrar los límites de la moralidad y la naturaleza humana por alcanzar la supervivencia y la libertad, a través de una visión egoísta y hobbesiana del individuo (siendo en este caso la cita más acertada "la mujer es una loba para la mujer") combinándolo con una dosis de feminismo necesario y latente, al evidenciar cuestiones innatas a la realidad de la mujer en la sociedad, sin que estas eclipsaran la totalidad de la trama.

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