El paso por la gran pantalla de Flor Silvestre
- por © Alba Mallenco-NOTICINE.com
En la desaparición de la cantante y actriz mexicana Flor Silvestre a los 90 años, matriarca de una de las familias más conocidas del país, la dinastía Aguilar, que ha heredado su talento y belleza, recordamos su paso por la gran pantalla. Fue madre de Pepe Aguilar, abuela de Ángela Aguilar y esposa del conocido Antonio Aguilar, pilar fundamental durante toda su vida, incluso en el ámbito profesional. Su trayectoria la conforman más de 70 largometrajes con mayoría de papeles protagonistas de diversos géneros, desde la comedia a la ranchera, pasando por dramas, western, e incluso terror. Llegó a convertirse en una de las actrices más respetadas y admiradas, que marcó la época del oro del cine mexicano con el debut de "Primero soy mexicano", en los años 50.
Entre sus películas están "El conquistador" (1964), "El lirio" (1974), "Ambición" (1976), "El ciclón" (1957), o "Una limosna" (1965). Y la más especial es "El rayo de Sinaloa" (1957), que protagonizó con su marido como pareja y fue cuando el amor trascendió la pantalla y comenzaron el romance que duraría, como se suele decir, hasta que la muerte les ha separado. Este film fue dirigido por Roberto Gavaldón, y completaban el elenco otros conocidos actores como Agustín Insunz, Chula Prieto, José Ángel Espinoza "Ferrusquilla" y Arturo Soto Rangel. El propio Antonio Aguilar decía sobre su historia de amor que, "yo cantaba ópera, opereta y zarzuela, y ella cantaba cancioncitas raras: rancheras, de mariachi y esas tonaditas. Fue hacer la película y caer redondito ante su belleza. Descubrí su sentir, su hermosura por dentro y por fuera, su manera de pensar, su delicadeza, no tuve más remedio que enamorarme de ella", según citó la web Cultura Colectiva.
En la música comenzó a los 13 años tras ver tocar una orquesta de mariachis. En ese momento cambió su nombre real, Guillermina Jiménez Chabolla. Comenzó en el centro nocturno El Patio, y tras varios contratos con los productores Emilio Azcárraga o Gregorio Walerstein, debutó en el cine con "Primero soy mexicano", dirigida por Joaquín Pardavé, y la coprotagonizó con Luis Aguilar. Como cantante popularizó temas tan célebres como "Échame a mí la culpa", "¡Qué bonito amor!" o "La flor de la canela". Los primeros éxitos en español le vinieron tras firmar con Columbia Records.
Los últimos años ya habían supuesto un vuelco en su vida profesional, tras la muerte de Aguilar en 2007, las apariciones públicas de Silvestre fueron disminuyendo, aunque siempre apoyaba públicamente a sus hijos en sus proyectos. En 2015 estrenó el documental sobre su vida "Flor Silvestre: mi destino fue querer", en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara donde confesó las alegrías y bendiciones que le habían aportado su carrera.
Entre los muchos premios y honores que ha recibido Flor Silvestre se encuentran el Premio Especial Diosa de Plata 2013 de la Asociación de Periodistas Cinematográficos Mexicanos, la Medalla Eduardo Arozamena 2001 de la Asociación Nacional de Actores, la Medalla Pedro Infante 2001 del Día Mundial del Mariachi y a mejor actriz-cantante mexicana de 1972 con Record World. También fue la gran mariscal del Desfile de la Independencia de México de 2008 en Los Angeles.
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Entre sus películas están "El conquistador" (1964), "El lirio" (1974), "Ambición" (1976), "El ciclón" (1957), o "Una limosna" (1965). Y la más especial es "El rayo de Sinaloa" (1957), que protagonizó con su marido como pareja y fue cuando el amor trascendió la pantalla y comenzaron el romance que duraría, como se suele decir, hasta que la muerte les ha separado. Este film fue dirigido por Roberto Gavaldón, y completaban el elenco otros conocidos actores como Agustín Insunz, Chula Prieto, José Ángel Espinoza "Ferrusquilla" y Arturo Soto Rangel. El propio Antonio Aguilar decía sobre su historia de amor que, "yo cantaba ópera, opereta y zarzuela, y ella cantaba cancioncitas raras: rancheras, de mariachi y esas tonaditas. Fue hacer la película y caer redondito ante su belleza. Descubrí su sentir, su hermosura por dentro y por fuera, su manera de pensar, su delicadeza, no tuve más remedio que enamorarme de ella", según citó la web Cultura Colectiva.
En la música comenzó a los 13 años tras ver tocar una orquesta de mariachis. En ese momento cambió su nombre real, Guillermina Jiménez Chabolla. Comenzó en el centro nocturno El Patio, y tras varios contratos con los productores Emilio Azcárraga o Gregorio Walerstein, debutó en el cine con "Primero soy mexicano", dirigida por Joaquín Pardavé, y la coprotagonizó con Luis Aguilar. Como cantante popularizó temas tan célebres como "Échame a mí la culpa", "¡Qué bonito amor!" o "La flor de la canela". Los primeros éxitos en español le vinieron tras firmar con Columbia Records.
Los últimos años ya habían supuesto un vuelco en su vida profesional, tras la muerte de Aguilar en 2007, las apariciones públicas de Silvestre fueron disminuyendo, aunque siempre apoyaba públicamente a sus hijos en sus proyectos. En 2015 estrenó el documental sobre su vida "Flor Silvestre: mi destino fue querer", en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara donde confesó las alegrías y bendiciones que le habían aportado su carrera.
Entre los muchos premios y honores que ha recibido Flor Silvestre se encuentran el Premio Especial Diosa de Plata 2013 de la Asociación de Periodistas Cinematográficos Mexicanos, la Medalla Eduardo Arozamena 2001 de la Asociación Nacional de Actores, la Medalla Pedro Infante 2001 del Día Mundial del Mariachi y a mejor actriz-cantante mexicana de 1972 con Record World. También fue la gran mariscal del Desfile de la Independencia de México de 2008 en Los Angeles.
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