Javier Torre recuerda a su padre y otra "gente de cine" en su novela "La gloria"
- por © Alba Mallenco-NOTICINE.com
El cineasta argentino Javier Torre acaba de publicar "La Gloria", una novela que narra el viaje de las películas "Viridiana", de Luis Buñuel, y "La mano en la trampa" de su padre, el también reconocido realizador Leopoldo Torre Nilsson. El director de "Las tumbas" y "Un amor de Borges" explicó que creció "escuchando a la gente de cine", y sus creaciones no podían ir desencaminadas. "Así como Ricardo Güiraldes pudo escribir 'Don Segundo Sombra' por haberse criado escuchando a los gauchos, yo pude escribir 'La Gloria' escuchando a la gente de cine, a la que quiero mucho", argumentó Torre.
En sí, la trama cuenta cómo se desarrollaron los largometrajes de los maestros español y argentino, y cómo transformaron el contexto político en algo hostil y consiguieron reconocimiento internacional en el Festival Internacional de Cannes a comienzo de los años 60. Para ello, el argentino se documentó a través de artículos, fotografías, videos y sus propios recuerdos. Además, debía entrelazar dos historias que aunque tuvieran puntos en común, les diferenciaban rodajes, tramas, personajes, y actores. Incluso añadió las historias de amor de su padre con su madre y Beatriz Guido, de Buñuel con Jeanne Rucar, y la de Gustavo Alatriste, deslumbrado por Silvia Pinal. Explicó: "Y hay otra historia, muy sutil, semioculta, sobre robos de cartas, negativos desaparecidos, antigüedades y bibliotecas hoy ocultas. Por último, una reflexión sobre el país, nuestro destino, las pérdidas y el paso de los años".
"Llegué a esa reconstrucción minuciosa porque mi memoria es muy visual, recuerdo los objetos, los gestos, las miradas de las personas. Además tengo una memoria auditiva que me hace recordar los tonos de las voces. Obviamente, como nos pasa a todos, sueño de tanto en tanto con mis padres, a los que quise mucho porque pertenecieron a un mundo que ya no existe y se respetaron siempre, aun distanciados", dijo Torre a Telam. Pequeñas minuciosidades que convierten al cineasta e hijo de cineasta en la mejor persona para contar una de las historias del cine más atractivas.
Para él, tanto "Viridiana" como "La mano en la trampa" son obras que ensalzan el cine, primero porque ambas tienen "directores comprometidos hasta la médula por sus vidas en el cine, que pasaron infinitas dificultades, enfrentaron al poder, sufrieron exilios, censuras, persecuciones". Y de segundas, las dos se rodaron casi de forma simultánea y sus directores ya contaban con mucho reconocimiento en el sector.
El proceso de escribir una novela de tal envergadura llega en un buen momento, donde el cine pide a gritos más ayuda y comprensión. "En los 60 surgió una generación que todavía hoy ejerce influencias, en particular por la construcción del cine de autor y por la idea de los derechos de los directores de cine. Hoy ese pensamiento sigue vigente, a pesar de las enormes dificultades. Creo que es un momento muy dramático, pero también estoy convencido de que con aquellos ejemplos deslumbrantes sabremos salir adelante una vez más", afirmó el escritor.
Cerraba la entrevista con Telam, asegurando que si la novela se convierte en película sería "un sueño y un desafío enorme. Ahora actores, actrices, directores, técnicos, exhibidores, todos están al borde del abismo por una crisis estructural que es de larga data. Sin embargo no tengo dudas de que saldremos adelante".
Javier Torre debutó como guionista de "La maffia", film que dirigió su padre en 1972. Tras él, hizo una decena de películas, entre ellas, "Fiebre amarilla" (1983), "Las tumbas" (1991), "El juguete rabioso" (1998), "Un amor de Borges" (2000), "Vereda tropical" (2004) y "El almuerzo" (2015). Y entre todos los relatos y novelas que ha publicado están "El placer inglés" (1991), "Quemar las naves" (1983) y "Las noches de Maco" (1986).
Buñuel fue conocido en Cannes por películas como "Nazarín" (1959), mientras Torre Nilsson era conocido por otras como "La Casa del Ángel" (1957).
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En sí, la trama cuenta cómo se desarrollaron los largometrajes de los maestros español y argentino, y cómo transformaron el contexto político en algo hostil y consiguieron reconocimiento internacional en el Festival Internacional de Cannes a comienzo de los años 60. Para ello, el argentino se documentó a través de artículos, fotografías, videos y sus propios recuerdos. Además, debía entrelazar dos historias que aunque tuvieran puntos en común, les diferenciaban rodajes, tramas, personajes, y actores. Incluso añadió las historias de amor de su padre con su madre y Beatriz Guido, de Buñuel con Jeanne Rucar, y la de Gustavo Alatriste, deslumbrado por Silvia Pinal. Explicó: "Y hay otra historia, muy sutil, semioculta, sobre robos de cartas, negativos desaparecidos, antigüedades y bibliotecas hoy ocultas. Por último, una reflexión sobre el país, nuestro destino, las pérdidas y el paso de los años".
"Llegué a esa reconstrucción minuciosa porque mi memoria es muy visual, recuerdo los objetos, los gestos, las miradas de las personas. Además tengo una memoria auditiva que me hace recordar los tonos de las voces. Obviamente, como nos pasa a todos, sueño de tanto en tanto con mis padres, a los que quise mucho porque pertenecieron a un mundo que ya no existe y se respetaron siempre, aun distanciados", dijo Torre a Telam. Pequeñas minuciosidades que convierten al cineasta e hijo de cineasta en la mejor persona para contar una de las historias del cine más atractivas.
Para él, tanto "Viridiana" como "La mano en la trampa" son obras que ensalzan el cine, primero porque ambas tienen "directores comprometidos hasta la médula por sus vidas en el cine, que pasaron infinitas dificultades, enfrentaron al poder, sufrieron exilios, censuras, persecuciones". Y de segundas, las dos se rodaron casi de forma simultánea y sus directores ya contaban con mucho reconocimiento en el sector.
El proceso de escribir una novela de tal envergadura llega en un buen momento, donde el cine pide a gritos más ayuda y comprensión. "En los 60 surgió una generación que todavía hoy ejerce influencias, en particular por la construcción del cine de autor y por la idea de los derechos de los directores de cine. Hoy ese pensamiento sigue vigente, a pesar de las enormes dificultades. Creo que es un momento muy dramático, pero también estoy convencido de que con aquellos ejemplos deslumbrantes sabremos salir adelante una vez más", afirmó el escritor.
Cerraba la entrevista con Telam, asegurando que si la novela se convierte en película sería "un sueño y un desafío enorme. Ahora actores, actrices, directores, técnicos, exhibidores, todos están al borde del abismo por una crisis estructural que es de larga data. Sin embargo no tengo dudas de que saldremos adelante".
Javier Torre debutó como guionista de "La maffia", film que dirigió su padre en 1972. Tras él, hizo una decena de películas, entre ellas, "Fiebre amarilla" (1983), "Las tumbas" (1991), "El juguete rabioso" (1998), "Un amor de Borges" (2000), "Vereda tropical" (2004) y "El almuerzo" (2015). Y entre todos los relatos y novelas que ha publicado están "El placer inglés" (1991), "Quemar las naves" (1983) y "Las noches de Maco" (1986).
Buñuel fue conocido en Cannes por películas como "Nazarín" (1959), mientras Torre Nilsson era conocido por otras como "La Casa del Ángel" (1957).
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