La callada despedida de Ágata Lys, la "Marilyn" española
- por © Lidia Velázquez-NOTICINE.com
Las celebraciones navideñas han contribuido a mitigar el impacto de la noticia. Murió la actriz española Agata Lys, llamada en su momento "La Marilyn española" y una de las figuras señeras del cine de destape de finales de los 70, una falsa rubia de Valladolid que llamó la atención como azafata del concurso de TVE "Un, dos, tres" y de ahí saltó a las portadas y los sets de rodaje, donde se codeó con cineastas de la talla de Saura, Camus o León de Aranoa, aparte de participar en cintas eróticas. En realidad, su fallecimiento ocurrió mes y medio antes, en Benalmádena, donde vivía retirada.
"Abandonó su domicilio en Majadahonda para disfrutar de una jubilación anticipada en el municipio malagueño de Benalmádena", según cuenta El País. La actriz murió el día 12 de diciembre, pero no ha sido hasta ahora que la noticia ha trascendido. Agata Lys, Margarita García Sansegundo de nacimiento, siempre será recordada como una musa del destape de las décadas de los 70 y 80, una artista que comenzó en el teatro, pero enseguida llegó al cine.
Su carrera, en un principio, parecía no acercarse a la interpretación, ya que estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Valladolid, y no fue hasta más tarde que Lys se acercó al séptimo arte estudiando Arte Dramático en Madrid.
Fue en 1972 cuando la actriz llamó la atención de todos los espectadores con su aspecto y su voz, haciendo de azafata en el "Un, dos, tres", el éxito fue tal que según terminó su trabajo allí, ella saltó enseguida a la gran pantalla. Tras la muerte de Franco, Ágata pasó a ser un nombre muy demandado por los directores. Su pelo rubio platino y su sensualidad la convirtieron en "La Marilyn española", algo que ella misma potenciaría también en numerosos reportajes y en la película de mismo título de José Antonio de la Loma.
"Yo no me desnudaba por dinero, sino por reivindicar la normalidad del desnudo. Así que viví muy bien aquella etapa. Cuando, con 15 años, en Valladolid, me puse un bikini, mi padre estuvo sin hablarme dos meses. Nunca tuve vergüenza de mostrar mi cuerpo y siempre tuve claro que el desnudo no era algo impúdico. Impúdico es robar, mentir, estafar", contaba la propia actriz en declaraciones a La Razón.
Aparte del destape, Lys también apareció en algunas de las películas más trascendentes del cine español, como "Los santos inocentes", "Taxi", "Familia", o la coproducción internacional "El regreso de los tres mosqueteros". En sus últimos años se le pudo ver en la serie "Amar en tiempos revueltos", justo antes de su retiro.
En esa misma entrevista para La Razón, Ágata comentaba esto sobre este alejamiento: "una actriz de verdad no se retira. Nunca he tenido miedo a que me olviden. Si tuviera miedo al olvido no sería libre. Estoy en la retaguardia, viviendo. Necesitaba un tiempo de silencio y me lo he dado. Si me ofrecen algo interesante, que me haga crecer, lo voy a hacer aunque tenga 80 años. Estoy en la reserva; si vuelvo, bien, y si no vuelvo, pues no pasa nada".
Tras la muerte de su marido, un arquitecto, con quien se había trasladado a la costa malagueña, Margarita (ya no quería ser Ágata) pasó sus últimos años en soledad.
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"Abandonó su domicilio en Majadahonda para disfrutar de una jubilación anticipada en el municipio malagueño de Benalmádena", según cuenta El País. La actriz murió el día 12 de diciembre, pero no ha sido hasta ahora que la noticia ha trascendido. Agata Lys, Margarita García Sansegundo de nacimiento, siempre será recordada como una musa del destape de las décadas de los 70 y 80, una artista que comenzó en el teatro, pero enseguida llegó al cine.
Su carrera, en un principio, parecía no acercarse a la interpretación, ya que estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Valladolid, y no fue hasta más tarde que Lys se acercó al séptimo arte estudiando Arte Dramático en Madrid.
Fue en 1972 cuando la actriz llamó la atención de todos los espectadores con su aspecto y su voz, haciendo de azafata en el "Un, dos, tres", el éxito fue tal que según terminó su trabajo allí, ella saltó enseguida a la gran pantalla. Tras la muerte de Franco, Ágata pasó a ser un nombre muy demandado por los directores. Su pelo rubio platino y su sensualidad la convirtieron en "La Marilyn española", algo que ella misma potenciaría también en numerosos reportajes y en la película de mismo título de José Antonio de la Loma.
"Yo no me desnudaba por dinero, sino por reivindicar la normalidad del desnudo. Así que viví muy bien aquella etapa. Cuando, con 15 años, en Valladolid, me puse un bikini, mi padre estuvo sin hablarme dos meses. Nunca tuve vergüenza de mostrar mi cuerpo y siempre tuve claro que el desnudo no era algo impúdico. Impúdico es robar, mentir, estafar", contaba la propia actriz en declaraciones a La Razón.
Aparte del destape, Lys también apareció en algunas de las películas más trascendentes del cine español, como "Los santos inocentes", "Taxi", "Familia", o la coproducción internacional "El regreso de los tres mosqueteros". En sus últimos años se le pudo ver en la serie "Amar en tiempos revueltos", justo antes de su retiro.
En esa misma entrevista para La Razón, Ágata comentaba esto sobre este alejamiento: "una actriz de verdad no se retira. Nunca he tenido miedo a que me olviden. Si tuviera miedo al olvido no sería libre. Estoy en la retaguardia, viviendo. Necesitaba un tiempo de silencio y me lo he dado. Si me ofrecen algo interesante, que me haga crecer, lo voy a hacer aunque tenga 80 años. Estoy en la reserva; si vuelvo, bien, y si no vuelvo, pues no pasa nada".
Tras la muerte de su marido, un arquitecto, con quien se había trasladado a la costa malagueña, Margarita (ya no quería ser Ágata) pasó sus últimos años en soledad.
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