Argentina: cine y dictadura
- por © Lorena Riposati (Argentina)-NOTICINE.com
23-III-01Este sábado se celebran los 25 años del golpe militar que inició un régimen dictatorial en Argentina que duró de 1976 a 1983. Como consecuencia de la censura que el autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional" instauró en este país el 24 de marzo de 1976, la producción cinematográfica resultó condicionada por una degradación estética que llevó a una preponderancia del género vulgarmente denominado "comedia ligera". El aumento considerable de la prohibición de películas trajo aparejado el desinterés de la mayoría de los directores para narrar argumentos comprometidos con la situación que estaba atravesando el país. Una de las primeras medidas adoptada por la Junta de Comandantes en Jefes que se hizo cargo del poder en ese año, fue la confirmación de Miguel Paulino Tato al Frente del Ente de Calificación Cinematográfica. Éste tenía a su cargo la función de autorizar los libretos, realizar los cortes convenientes y censurar los aspectos ideológicos y morales que se contraponían a la ideología militar. Sin embargo, algunos filmes como "Tiempo de revancha" (Aristarain, 1981) y "Los miedos" (Doria, 1978) consiguieron burlar la censura y contar de manera implícita lo que estaba pasando en el país.
El 30 de abril de 1976, el interventor del INC (Instituto Nacional de Cine), Capitán de Fragata Jorge Enrique Bittlestón present? los puntos en los que se debía regir el cine argentino. En estas pautas se exaltaban los valores, morales, cristianos, de familia, orden y trabajo. No se permitía narrar el suicidio, la muerte, el adulterio y la homosexualidad. No se podía filmar escenas de violencia, de sexo y se rechazaban aquellos filmes que negaban el deber de defender a la patria. Debido a este forzoso añotamiento de los temas, la mayoría de las películas se redujeron a musicales y comedias livianas.
Un exponente emblemático de la industria cinematográfica de la época es el director Ramón "Palito" Ortega, quien contó con el apoyo de las Fuerza Aérea para realizar tomas en distintas bases militares. En "Brigada en acción" (Ortega, 1977), sus protagonistas son miembros de la Policía Federal y a través de ellos se intenta naturalizar el funcionamiento de la autoridad afirmando el compañerismo militar y la necesidad de restituir un orden que por algún motivo ha sido modificado. El proyecto de construcción de la identidad nacional propugnado desde las altas esferas, implicó una unificación simbólica a partir de emblemas patrios y héroes nacionales, apelando a estereotipos y lugares comunes. A pesar de la trivialidad de las temáticas tratadas en las películas durante el período de la dictadura militar (76/83), aparecían elementos de identificación que recreaban experiencias reconocibles por determinados sectores de la sociedad. Si bien el proyecto de la dictadura proponía unificar a todos los miembros de la sociedad bajo la modalidad "pueblo-nación", toda aquella persona que no se ajustaba a los basamentos estipulados quedaba expulsada del sistema. Con la llegada de la democracia en 1983, una explosión de voces quebró el silencio y desde entonces el arte cinematográfico no ha dejado de plantear la temática de la coerción de la libertad de expresión.
El 30 de abril de 1976, el interventor del INC (Instituto Nacional de Cine), Capitán de Fragata Jorge Enrique Bittlestón present? los puntos en los que se debía regir el cine argentino. En estas pautas se exaltaban los valores, morales, cristianos, de familia, orden y trabajo. No se permitía narrar el suicidio, la muerte, el adulterio y la homosexualidad. No se podía filmar escenas de violencia, de sexo y se rechazaban aquellos filmes que negaban el deber de defender a la patria. Debido a este forzoso añotamiento de los temas, la mayoría de las películas se redujeron a musicales y comedias livianas.
Un exponente emblemático de la industria cinematográfica de la época es el director Ramón "Palito" Ortega, quien contó con el apoyo de las Fuerza Aérea para realizar tomas en distintas bases militares. En "Brigada en acción" (Ortega, 1977), sus protagonistas son miembros de la Policía Federal y a través de ellos se intenta naturalizar el funcionamiento de la autoridad afirmando el compañerismo militar y la necesidad de restituir un orden que por algún motivo ha sido modificado. El proyecto de construcción de la identidad nacional propugnado desde las altas esferas, implicó una unificación simbólica a partir de emblemas patrios y héroes nacionales, apelando a estereotipos y lugares comunes. A pesar de la trivialidad de las temáticas tratadas en las películas durante el período de la dictadura militar (76/83), aparecían elementos de identificación que recreaban experiencias reconocibles por determinados sectores de la sociedad. Si bien el proyecto de la dictadura proponía unificar a todos los miembros de la sociedad bajo la modalidad "pueblo-nación", toda aquella persona que no se ajustaba a los basamentos estipulados quedaba expulsada del sistema. Con la llegada de la democracia en 1983, una explosión de voces quebró el silencio y desde entonces el arte cinematográfico no ha dejado de plantear la temática de la coerción de la libertad de expresión.