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17-IX-01

- Después de 12 semanas de rodaje, finalizaba Fernando Trueba en Madrid "El embrujo de Shanghai", su adaptación de la novela de Joan Marsé, en uno de los proyectos más ambiciosos del cine español en el 2001. Fernando Tielve ("El espinazo del diablo") y la adolescente catalana Aída Folch, en su primer trabajo fílmico, son los principales protagonistas de este cinta en la que también aparecen veteranos como Fernando Fernán Gómez, Rosa María Sardá, Ariadna Gil y Jorge Sanz. La principal dificultad de la filmación ha sido la recreación de la Barcelona de 1948 donde se desarrolla la historia, en un estilo "de película como las de antes", según ha definido Trueba.

- Otro director español, el catalán Ventura Pons, daba el viernes el último golpe de claqueta al rodaje principal de "Food of love", primera de sus catorce películas dialogada en inglés. El autor de "Caricias" y "Anita no pierde el tren" ha adaptado una novela del norteamericano David Leavitt con un reparto anglosajón y en régimen de coproducción con Alemania. Una segunda unidad filmará algunos planos este otoño en Nueva York y San Francisco. Este drama narra la relación entre un estudiante de música y un consagrado pianista. Juliet Stevenson, Kevin Bishop, Paul Rhys y Allan Corduner son los principales protagonistas.

- Guillermo del Toro también está dando los últimos toques a "Blade 2" en Los Angeles. En una entrevista telefónica con el diario mexicano El Universal, el director de "El espinazo del diablo" ha adelantado que en cuanto termine el montaje de esta secuela de la cinta de acción y vampiros que protagonizó Wesley Snipes, se desplazará a Londres: "Voy a donde las historias me lleven. Soy un cineasta gitano que se ha visto en la necesidad de trasladarse a ciudades lejanas para filmar sus películas". En Gran Bretaña rodará "El puente Mefisto" a la que definió como "chiquita y más personal", y volverá a echar de menos a su país, "sobre todo la comida". El cineasta tapatío contó también que acaba de vender dos guiones a otros tantos estudios norteamericanos, Miramax y Fox, para probablemente ser realizados por cineastas de ese país, y que si no regresa a trabajar a México no es por falta de ganas sino por la envergadura de sus proyectos que para su propio país resultan demasiado caros.