Alfredo Landa: Una vida dedicada a la interpretación

por © José Daniel Díaz-NOTICINE.com
Luz de domingo
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Luz de domingo1-II-08

Realizar un perfil de Alfredo Landa no resulta fácil. Mucha información que hay que condensar en pocas líneas. Su filmografía alcanza las 120 películas y es creador simbólico del “landismo”; término que procuraba abarcar una generación y un estilo de película que triunfó en España en los 70.

Pero de esa generación que surgió hace casi 40 años pocos han resistido el paso del tiempo. Es importante decir que Alfredo se retira “por la puerta grande” como le gusta decir. Deja la interpretación por motivos personales -pasar más tiempo con su mujer y nietos- y motivos profesionales -el cine español actual no le ilusiona-.

A sus 75 años poco o nada le queda por hacer o ganar. Es de esas personas que alardean de tener como hobby su propio trabajo y poder ganarse la vida con ello. Se considera sincero y, sobre todo, con principios lo cual le ha llevado más de un disgusto.

Su carrera cinematográfica comenzó cuando decidió trasladarse a Madrid con 25 años. Obsesionado por ser actor y enfrentado a su familia que no aceptó esa decisión, se buscó la vida en la capital para cumplir su sueño. Y, aunque sea sorprendente, se inició en el mundo del doblaje hasta que por fin llegó su debut cinematográfico de la mano de José María Forqué en “Atraco a las tres” (1962).

Se inició con papeles cómicos entre los que podríamos destacar “El verdugo” (1963), “Historias de la televisión” (1965), “Los guardamarinas” (1966), “El arte de no casarse” (1966) ó “Cateto a babor” (1970). Pero sus mayores éxitos llegarían con el desembarco de las suecas en las playas españolas; con hábiles interpretaciones Alfredo Landa personificó perfectamente al españolito medio de esos años.

Con los nuevos tiempos Alfredo empezó a emprender proyectos de otro tipo; películas más dramáticas que requerían de un mayor esfuerzo interpretativo. “El crack” (1981) resultó un cambio de registro llevado con éxito. Tras ésta le siguieron títulos tan importantes en el cine español como “Los Santos Inocentes” (1984) que le supuso el premio al Mejor Actor en el Festival de Cine de Cannes, “La Vaquilla” (1985), “El Bosque Animado” (1987) que mereció el Goya al Mejor Actor ó “La Marrana” (1992) que supuso su segundo Goya. Curiosamente estas dos últimas películas las interpretó a las órdenes de José Luis Cuerda.

No se arrepiente de sus peores películas; de hecho suele decir “he aprendido más de las películas malas que de las buenas” y puede jactarse de haber trabajado con los mejores directores del cine español. Nombres tan importantes como Luis García Berlanga, Mario Camus, José Luis Borau, José Luis Garci, José Luis Cuerda, Antonio Mercero y tantos otros que se rindieron ante la genialidad de este pequeño gran actor.

Tras su decisión de retirarse de la interpretación la Academia ha decidido rendirle honores entregándole el Goya de honor de este año; algo que él considera “acojonante”. Se muestra convencido de que recibirá esa noche dos Goyas puesto que se encuentra nominado por la película “Luz de Domingo” y la considera “una de mis mejores interpretaciones”.

De lo que puede alardear es, sin duda, de ser la única persona que acudirá a la Gala con la seguridad de recoger un Goya.