Entre secuestros mudos y pillos ruidosos cerró la Semana de cine hindú en La Habana
- por © Frank Padrón (Cuba)-NOTICINE.com
Dentro de la prolífica "producción al uso” de Bollywood, cuya muestra contemporánea finalizó el domingo en la sala Chaplin de la habanera Cinemateca de Cuba, un título como "Pushpak”(1987), resulta toda una excepción; ilustre, por demás, si se tiene en cuenta que este film de Singeetam Srinivasa Rao está íntegramente realizado sin diálogos; afortunadamente, y quizá dado este empaque "experimental”, la duración de esta avis rara se acerca a la "normal” del cine que se hace fuera de la India (no llega a las dos horas), pero lo mejor es sin dudas la concentración narrativa, el desarrollo paralelo de la diégesis y el personaje central, y el excepcional uso dramático de la banda sonora.
Como es de imaginar, dentro de un film literalmente mudo, no sólo la mímica y la pura acción tienen un peso decisivo, sino el sonido todo, dentro del cual la música diseña no sólo ambientes y comentarios paratextuales sino que impulsa y condiciona más de un giro argumental.
Un joven universitario que vive en la pobreza, busca trabajo sin éxito; un día encuentra a un hombre borracho, huésped del lujoso hotel Pushpak y decide secuestrarlo, llevándolo a su casa para acto seguido ocupar su lugar en el hotel y darse la gran vida… No es nada extraño la suplantación de identidades en el cine, como se sabe, pero sí un trayecto que además de su originalidad narrativa despliega chistes y situaciones muy ingeniosos, actuaciones destacadas (comenzando por el secuestrador de Kamal Haasad) y una tesis que nos llevamos a casa y procesamos, como ocurre siempre con el buen cine: no somos lo que aparentamos o usurpamos, pero si aprendemos de las lecciones, podemos mejorar humanamente.
Ya dentro de los parámetros habituales de este cine, "Bunty y Babli” (2005), de Shaad Ali Sargal es una agradable comedia que recibió 8 nominaciones y ganó 3 premios Filmfare (equivalentes al Oscar en la India) conferidos a su música; la actriz Rani Mukherjee (protagonista de "Black”) fue candidata al premio de popularidad por la Academia Internacional de Cine de la India.
Pareja de estafadores que pueden entrar cómodamente a la categoría de ilustres que en el cine han sido, también reparten a los pobres y son tan simpáticos que el público, tal y como hace el oficial de policía que los persigue obsesivamente, casi los perdona; al menos se divierte mucho con las andanzas y escaramuzas de estos magos del engaño que recorren media India hasta llegar a la mítica Bombay y vender incluso a un incauto uno de sus monumentos patrimoniales; claro que resulta bastante increíble que tanta gente (incluyendo empresarios y propietarios de grandes tiendas) muerda el anzuelo con tal facilidad, pero ello no eclipsa la agilidad y dinámica del guión y su no menos eficaz puesta en pantalla; la música y las coreografías, como siempre óptimos en estos filmes, aquí llegan al sumum en una mezcla muy bien armada de tradición y modernidad.
Con aplausos cerrados finalizó una proyección que mantuvo hechizada a la sala repleta durante tres horas que (esta vez) transcurrieron sin sentirlas; antes, una funcionaria de la Embajada preguntó a los presentes si querían este tipo de muestras con más frecuencia, a lo que la respuesta fue otra ovación cerrada, mas no era necesaria tal constatación: como decíamos en un comentario anterior, las tres tandas en la sala han contado con el respaldo y el entusiasmo incluso de un público no precisamente habitual a las propuestas de Cinemateca.
Como es de imaginar, dentro de un film literalmente mudo, no sólo la mímica y la pura acción tienen un peso decisivo, sino el sonido todo, dentro del cual la música diseña no sólo ambientes y comentarios paratextuales sino que impulsa y condiciona más de un giro argumental.
Un joven universitario que vive en la pobreza, busca trabajo sin éxito; un día encuentra a un hombre borracho, huésped del lujoso hotel Pushpak y decide secuestrarlo, llevándolo a su casa para acto seguido ocupar su lugar en el hotel y darse la gran vida… No es nada extraño la suplantación de identidades en el cine, como se sabe, pero sí un trayecto que además de su originalidad narrativa despliega chistes y situaciones muy ingeniosos, actuaciones destacadas (comenzando por el secuestrador de Kamal Haasad) y una tesis que nos llevamos a casa y procesamos, como ocurre siempre con el buen cine: no somos lo que aparentamos o usurpamos, pero si aprendemos de las lecciones, podemos mejorar humanamente.
Ya dentro de los parámetros habituales de este cine, "Bunty y Babli” (2005), de Shaad Ali Sargal es una agradable comedia que recibió 8 nominaciones y ganó 3 premios Filmfare (equivalentes al Oscar en la India) conferidos a su música; la actriz Rani Mukherjee (protagonista de "Black”) fue candidata al premio de popularidad por la Academia Internacional de Cine de la India.
Pareja de estafadores que pueden entrar cómodamente a la categoría de ilustres que en el cine han sido, también reparten a los pobres y son tan simpáticos que el público, tal y como hace el oficial de policía que los persigue obsesivamente, casi los perdona; al menos se divierte mucho con las andanzas y escaramuzas de estos magos del engaño que recorren media India hasta llegar a la mítica Bombay y vender incluso a un incauto uno de sus monumentos patrimoniales; claro que resulta bastante increíble que tanta gente (incluyendo empresarios y propietarios de grandes tiendas) muerda el anzuelo con tal facilidad, pero ello no eclipsa la agilidad y dinámica del guión y su no menos eficaz puesta en pantalla; la música y las coreografías, como siempre óptimos en estos filmes, aquí llegan al sumum en una mezcla muy bien armada de tradición y modernidad.
Con aplausos cerrados finalizó una proyección que mantuvo hechizada a la sala repleta durante tres horas que (esta vez) transcurrieron sin sentirlas; antes, una funcionaria de la Embajada preguntó a los presentes si querían este tipo de muestras con más frecuencia, a lo que la respuesta fue otra ovación cerrada, mas no era necesaria tal constatación: como decíamos en un comentario anterior, las tres tandas en la sala han contado con el respaldo y el entusiasmo incluso de un público no precisamente habitual a las propuestas de Cinemateca.