Perfil: Natalia Verbeke, chispa contagiosa
- por © J.A.-NOTICINE.com
4-VII-02
Sonrisa chispeante con un punto de ironía. Cierta sensación de desorientación controlada. Un cuerpo que gana en contundencia con ropa ajustada, sobre todo si hay una cámara por medio. Ojos enormes y desafiantes. La admirable virtud de cambiar el chip para hablar con o sin acento argentino. Esto y mucho más es Natalia Verbeke, un cocktail cultural, una prueba de que el cruce de fronteras sólo mejora.
Nacida en Buenos Aires, se trasladó con su familia a España a los 11 años, y aquí empezó a estudiar interpretación y danza. Su primera película data de hace sólo cinco años, y a partir de ahí no ha parado. No es que aquella "Un buen novio" fuese para hacer palmas, ni que la viera casi nadie, pero sí los que cuentan. Luego vino un título mucho más comercial, "Nadie conoce a nadie", donde a pesar de sus famosos compañeros de reparto no pasaba en absoluto desapercibida. Tras dos cintas menores, otro gran éxito: "El hijo de la novia", con de nuevo un reparto coral y mágico... Hasta el menor secundario lo bordaba. Y allí, Natalia (sorpresa para muchos oírla hablando en porteño) aportaba su mezcla de encanto, ternura y erotismo.
Esta cinta le abrió las puertas de su propio y ahora maltrecho mercado, donde era una práctica desconocida. Así, Juan José Jusid la fichó para "Apasionados", una coproducción argentino-española en la que interpreta a una azafata que quiere ser madre por encima de todo y sin tener que aguantar un marido, por lo que le pide "prestado" el novio a su mejor amiga, con fines exclusivamente reproductivos. Esta comedia ha triundado ya en Argentina, desplazando hasta a la mismísima "Spider-Man", y pronto llegará a España. Aquí, antes, la veremos en "El otro lado de la cama", con la posibilidad de descubrir sus virtudes como bailarina y cantante. Y Natalia Verbeke sólo ha empezado a volar, nos dará aún muchas alegrías. Ya verán...
Sonrisa chispeante con un punto de ironía. Cierta sensación de desorientación controlada. Un cuerpo que gana en contundencia con ropa ajustada, sobre todo si hay una cámara por medio. Ojos enormes y desafiantes. La admirable virtud de cambiar el chip para hablar con o sin acento argentino. Esto y mucho más es Natalia Verbeke, un cocktail cultural, una prueba de que el cruce de fronteras sólo mejora.
Nacida en Buenos Aires, se trasladó con su familia a España a los 11 años, y aquí empezó a estudiar interpretación y danza. Su primera película data de hace sólo cinco años, y a partir de ahí no ha parado. No es que aquella "Un buen novio" fuese para hacer palmas, ni que la viera casi nadie, pero sí los que cuentan. Luego vino un título mucho más comercial, "Nadie conoce a nadie", donde a pesar de sus famosos compañeros de reparto no pasaba en absoluto desapercibida. Tras dos cintas menores, otro gran éxito: "El hijo de la novia", con de nuevo un reparto coral y mágico... Hasta el menor secundario lo bordaba. Y allí, Natalia (sorpresa para muchos oírla hablando en porteño) aportaba su mezcla de encanto, ternura y erotismo.
Esta cinta le abrió las puertas de su propio y ahora maltrecho mercado, donde era una práctica desconocida. Así, Juan José Jusid la fichó para "Apasionados", una coproducción argentino-española en la que interpreta a una azafata que quiere ser madre por encima de todo y sin tener que aguantar un marido, por lo que le pide "prestado" el novio a su mejor amiga, con fines exclusivamente reproductivos. Esta comedia ha triundado ya en Argentina, desplazando hasta a la mismísima "Spider-Man", y pronto llegará a España. Aquí, antes, la veremos en "El otro lado de la cama", con la posibilidad de descubrir sus virtudes como bailarina y cantante. Y Natalia Verbeke sólo ha empezado a volar, nos dará aún muchas alegrías. Ya verán...