Hablamos con Javier Gutiérrez sobre "El olivo", lo nuevo de Icíar Bollaín
- por © Verónica Orea-NOTICINE.com
Este viernes se estrena en España "El olivo", la nueva película dirigida por Icíar Bollaín ("Te doy mis ojos") y protagonizada por la joven Anna Castillo, el premiado con un Goya por su interpretación en "La isla mínima", Javier Gutiérrez, y el actor catalán Pep Ambròs, que debuta en el cine con esta película. En el Jardín Botánico de Madrid, un lugar del todo acertado para presentar el film, NOTICINE.com habló con Javier Gutiérrez.
"El olivo" nos lleva a través de la historia de Alma (Anna Castillo) que tiene 20 años y trabaja en una granja de pollos en un pueblo del interior de Castellón. Su abuelo, que para sorpresa de su familia dejó de hablar hace años, por lo que parece ser demencia senil. Él es la persona que más importa a Alma en este mundo. Ahora que ha decidido dejar de comer también, la joven se obsesiona con que lo único que puede hacer "volver" a su abuelo a su estado es recuperar el olivo milenario que la familia vendió contra su voluntad hace 12 años. Sin decir la verdad, sin un plan, y sin apenas dinero, Alma embarca a su tío, "Alcachofa" (Javier Gutiérrez), de 45 años, arruinado por la crisis, a su compañero de trabajo Rafa (Pep Ambrós), de 30, a sus amigas Wiki y Adelle y a todo su pueblo, en una empresa imposible: recuperar el monumental olivo y traerlo de vuelta a la masía familiar.
Con un guión de Paul Laverty, pareja de la realizadora, "El olivo" es una película donde se tratan asuntos como el amor incondicional en la familia o la crítica de un sistema hipócrita representado por el espacio donde acaba trasplantado el preciado árbol. "Me pareció muy buena oportunidad para hablar de lo que pasa en ese país que, quizá, nunca se ha hecho desde la naturaleza. Puede parecer muy simple y sencillo pero encierra muchas lecturas", explica que pensó el actor cuando el guión llegó a sus manos.
"Es una película que tiene tantas lecturas que cada espectador es un mundo. Unos se quedarán con la lectura familiar, otros con la social, o con que el país está hecho unos zorros y otros con la responsabilidad de los gobernantes. Es cierto que también hay una lectura ecológica de cuidar nuestras raíces y nuestro paisaje", explica Gutiérrez acerca del largometraje, con la crisis económica en España como telón de fondo para relatar el drama familiar. "Pero a mí me gusta más la lectura social de la película, y lo que se ha hecho con los ciudadanos; la tropelía de cómo el sistema ha tratado a las generaciones de este país, y de lo que ha sufrido la ciudadanía de este país", concluye el actor.
Para el intérprete, "El olivo" ha sido su primera experiencia junto a Icíar Bollaín. Comenta que ha sido una grata experiencia, y en la que ha trabajado de manera diferente: "A ella no le gusta mucho ensayar. Prefiere confiarlo al rodaje y a las tomas. Llegábamos a ensayar al pueblo, leíamos la secuencia y pasábamos a la siguiente. Luego, nos explicó que el trabajo de colocación con las cámaras lo veríamos en el rodaje haciendo las tomas necesarias. Entonces, te das cuenta que tiene la película en la cabeza y que si ha confiado en los actores que ha confiado es porque ha visto el potencial", explica Gutiérrez.
A la hora de rodar la película, la actriz y directora de cine quiso buscar a alguien que, a la hora de ponerse en la piel del abuelo de Alma, supiera de primera mano acerca de la vida en el campo. Para ello, contó con el debutante Manuel Cucala. Javier Gutiérrez asegura que con una única toma Cucala era capaz de dejar boquiabiertos a todo el equipo. Agrega que lo que el espectador ve de él en la película es natural: "Sabe de lo que habla porque es el espolio de sus tierras y de sus raíces. Está hablando de la gente de la ciudad que viene a destruir lo que es su tierra, y sabía muy bien de que hablaba. Entendió muy bien la película y su personaje".
Una de las cosas que aporta Javier Gutiérrez con su interpretación, y gracias al guión de Laverty, son los puntos de comedia de una manera sutil que permiten que la película se oxigene del drama que supone el viaje de Alma hasta Dusseldorf.
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"El olivo" nos lleva a través de la historia de Alma (Anna Castillo) que tiene 20 años y trabaja en una granja de pollos en un pueblo del interior de Castellón. Su abuelo, que para sorpresa de su familia dejó de hablar hace años, por lo que parece ser demencia senil. Él es la persona que más importa a Alma en este mundo. Ahora que ha decidido dejar de comer también, la joven se obsesiona con que lo único que puede hacer "volver" a su abuelo a su estado es recuperar el olivo milenario que la familia vendió contra su voluntad hace 12 años. Sin decir la verdad, sin un plan, y sin apenas dinero, Alma embarca a su tío, "Alcachofa" (Javier Gutiérrez), de 45 años, arruinado por la crisis, a su compañero de trabajo Rafa (Pep Ambrós), de 30, a sus amigas Wiki y Adelle y a todo su pueblo, en una empresa imposible: recuperar el monumental olivo y traerlo de vuelta a la masía familiar.
Con un guión de Paul Laverty, pareja de la realizadora, "El olivo" es una película donde se tratan asuntos como el amor incondicional en la familia o la crítica de un sistema hipócrita representado por el espacio donde acaba trasplantado el preciado árbol. "Me pareció muy buena oportunidad para hablar de lo que pasa en ese país que, quizá, nunca se ha hecho desde la naturaleza. Puede parecer muy simple y sencillo pero encierra muchas lecturas", explica que pensó el actor cuando el guión llegó a sus manos.
"Es una película que tiene tantas lecturas que cada espectador es un mundo. Unos se quedarán con la lectura familiar, otros con la social, o con que el país está hecho unos zorros y otros con la responsabilidad de los gobernantes. Es cierto que también hay una lectura ecológica de cuidar nuestras raíces y nuestro paisaje", explica Gutiérrez acerca del largometraje, con la crisis económica en España como telón de fondo para relatar el drama familiar. "Pero a mí me gusta más la lectura social de la película, y lo que se ha hecho con los ciudadanos; la tropelía de cómo el sistema ha tratado a las generaciones de este país, y de lo que ha sufrido la ciudadanía de este país", concluye el actor.
Para el intérprete, "El olivo" ha sido su primera experiencia junto a Icíar Bollaín. Comenta que ha sido una grata experiencia, y en la que ha trabajado de manera diferente: "A ella no le gusta mucho ensayar. Prefiere confiarlo al rodaje y a las tomas. Llegábamos a ensayar al pueblo, leíamos la secuencia y pasábamos a la siguiente. Luego, nos explicó que el trabajo de colocación con las cámaras lo veríamos en el rodaje haciendo las tomas necesarias. Entonces, te das cuenta que tiene la película en la cabeza y que si ha confiado en los actores que ha confiado es porque ha visto el potencial", explica Gutiérrez.
A la hora de rodar la película, la actriz y directora de cine quiso buscar a alguien que, a la hora de ponerse en la piel del abuelo de Alma, supiera de primera mano acerca de la vida en el campo. Para ello, contó con el debutante Manuel Cucala. Javier Gutiérrez asegura que con una única toma Cucala era capaz de dejar boquiabiertos a todo el equipo. Agrega que lo que el espectador ve de él en la película es natural: "Sabe de lo que habla porque es el espolio de sus tierras y de sus raíces. Está hablando de la gente de la ciudad que viene a destruir lo que es su tierra, y sabía muy bien de que hablaba. Entendió muy bien la película y su personaje".
Una de las cosas que aporta Javier Gutiérrez con su interpretación, y gracias al guión de Laverty, son los puntos de comedia de una manera sutil que permiten que la película se oxigene del drama que supone el viaje de Alma hasta Dusseldorf.
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