Jesús Ponce y sus actrices anticipan "Todo saldrá bien"
- por © Ingrid Ortiz-NOTICINE.com
Este viernes 8 de julio se estrena en España "Todo saldrá bien", la nueva película dirigida por el cineasta local Jesús Ponce ("15 días contigo", "Déjate caer"). Un nuevo largometraje que se suma a su estilo de denuncia social que le ha hecho tan popular entre el público, pero esta vez predominando el tono de comedia con trasfondo dramático. En la cinta, Isabel (Isabel Ampudia) vuelve a la casa familiar para reencontrarse con su hermana Mercedes (Mercedes Hoyos) y estar presente en la inminente muerte de su madre. Sin embargo, el anunciado fallecimiento no llega nunca y, mientras esperan, resurgen viejas alegrías y rencores que han marcado la vida de estas mujeres.
Ponce ha afirmado este miércoles en un encuentro con la prensa madrileña, junto a los tres actores principales y su productor, que empezó a escribir el guión en las pausas del rodaje de su primera película y ha ido avanzando en él durante estos doce años. "Es algo que he tenido presente desde hace mucho, sólo he cambiado pequeños elementos de la modernidad, como los teléfonos móviles", confiesa. Y es que el tema no ha perdido actualidad, ya que no sólo trata un tema tan vigente como la dependencia familiar, sino que incluye problemas como el alcoholismo, la impotencia o la atención sanitaria.
"No me sale hacer otro tipo de cine", responde el director a la pregunta sobre su implicación en temas sociales. Mercedes Hoyos le secunda, afirmando que "el arte tiene que tener un compromiso", y Darío Paso, por su parte, manifiesta que es "muy partidario de hacer sufrir al público", y "hacer algo menos de cine de entretenimiento".
Pero lejos de ser una película moralista, Ponce trata de mostrar la crudeza de un problema, sin lecciones ni soluciones. De ahí el contraste un título que no pretende ironizar, sino crear conciencia: "El que ve la película no va a cambiar el mundo cuando salga del cine, pero no podrá negar que conoce el problema".
Con apenas un equipo de 8 personas y sin ninguna virtuosidad técnica, el peso de la trama recae en las protagonistas para emocionar con su crudeza al público. "He tenido que trabajar con sentimientos muy feos", confiesa Hoyos, "he dejado en esa película una parte muy personal de mí". Y es que el personaje de Mercedes resulta el más complicado: una mezcla de angustia, rencor, claustrofobia e inferioridad que la andaluza ha sabido transmitir.
Ambas actrices pasaron juntas dos semanas para desarrollar la afectividad de dos hermanas y dar esa sensación de verdad, de unos sentimientos encontrados, sin perder el infantilismo que algún día compartieron y que, sin duda, es de lo mejor de la película.
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Ponce ha afirmado este miércoles en un encuentro con la prensa madrileña, junto a los tres actores principales y su productor, que empezó a escribir el guión en las pausas del rodaje de su primera película y ha ido avanzando en él durante estos doce años. "Es algo que he tenido presente desde hace mucho, sólo he cambiado pequeños elementos de la modernidad, como los teléfonos móviles", confiesa. Y es que el tema no ha perdido actualidad, ya que no sólo trata un tema tan vigente como la dependencia familiar, sino que incluye problemas como el alcoholismo, la impotencia o la atención sanitaria.
"No me sale hacer otro tipo de cine", responde el director a la pregunta sobre su implicación en temas sociales. Mercedes Hoyos le secunda, afirmando que "el arte tiene que tener un compromiso", y Darío Paso, por su parte, manifiesta que es "muy partidario de hacer sufrir al público", y "hacer algo menos de cine de entretenimiento".
Pero lejos de ser una película moralista, Ponce trata de mostrar la crudeza de un problema, sin lecciones ni soluciones. De ahí el contraste un título que no pretende ironizar, sino crear conciencia: "El que ve la película no va a cambiar el mundo cuando salga del cine, pero no podrá negar que conoce el problema".
Con apenas un equipo de 8 personas y sin ninguna virtuosidad técnica, el peso de la trama recae en las protagonistas para emocionar con su crudeza al público. "He tenido que trabajar con sentimientos muy feos", confiesa Hoyos, "he dejado en esa película una parte muy personal de mí". Y es que el personaje de Mercedes resulta el más complicado: una mezcla de angustia, rencor, claustrofobia e inferioridad que la andaluza ha sabido transmitir.
Ambas actrices pasaron juntas dos semanas para desarrollar la afectividad de dos hermanas y dar esa sensación de verdad, de unos sentimientos encontrados, sin perder el infantilismo que algún día compartieron y que, sin duda, es de lo mejor de la película.
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