Celebran el 50 aniversario de la película "Pedro Páramo", que quedó sin remake
- por © Redacción (México)-NOTICINE.com
Considerado un título clásico del cine mexicano, el estreno de "Pedro Páramo", adaptación de la más famosa novela de Juan Rulfo a cargo de Carlos Velo, está próximo a cumplir medio siglo, en enero del año entrante. Con este motivo, el film, que estuvo hace casi una década muy cerca de tener un ambicioso remake, será objeto de dos proyecciones de entrada libre, el próximo 9 y 10 de noviembre en la Sala Julio Bracho del Centro Cultural de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
En la realización de la película, en 1966, participaron grandes figuras de la cultura y el cine mexicano, como el escritor Carlos Fuentes y Manuel Barbachano Ponce en el guión, el gran director de fotografía Gabriel Figueroa, y los actores Ignacio López Tarso, Pilar Pellicer, Claudio Obregón, Julissa y Alfonso Arau, al lado del estadounidense John Gavin como protagonista.
"La adaptación fílmica de la novela significó en su momento una renovación del quehacer en el cine nacional, tanto en técnicas como en argumentos", ha dicho a Notimex el crítico y especialista Javier Ramírez, autor del libro "Ibargüengoitia va al cine" (2013) y profesor de la Escuela Nacional de Estudios Superiores en Morelia.
A través de "Pedro Páramo", el estado mexicano quería promover la idea de un nuevo cine mexicano basado en lo más importante de su literatura con un lenguaje documentalista y necesitaba un director calificado como Carlos Velo, que tenía una trayectoria en el cine documental con su trabajo "Torero", agregaba Ramírez, quien añadía que el propio Rulfo colaboró activamente en la producción de la cinta, ayudando a encontrar locaciones en el estado de Hidalgo.
La principal dificultad estuvo en el guión, que debía de adaptar una narración no lineal. Durante años, Velo trabajó con Fuentes y Barbachano Ponce en un libreto que reestructura la historia de manera cronológica, algo que consideran algunos perjudicó al proyecto y lo hizo deslindarse de la obra original.
A partir de 2007, el español Mateo Gil intentó poner en marcha una coproducción internacional para realizar una nueva versión de la novela, para la que contaba con un elenco capitaneado por Gael García Bernal. Cuatro años después, el director de "Blackthorn" declaraba a NOTICINE.com: "Era una película muy cara, para ser rodada en castellano en lugar de en inglés, y digamos que no era de vocación comercial, para salas de público adolescente, si quieres... Era una película de época, literaria. La parte española de la financiación estaba cubierta, pero lo que nos falló fue el soporte mexicano. No sabemos qué fue, pero no salió. Ojalá pudiéramos reflotarlo alguna vez, porque fue un proyecto soñado durante años. Creo que hubiera sido una buena película".
El cineasta pretendía ser fiel al libro de Rulfo, considerado una obra clave de la literatura iberoamericana, respetando su narrativa no lineal. "Por un lado, -decía- creo que el espectador de cine ha alcanzado el nivel de comprensión visual suficiente como para seguir sin problemas una narración desestructurada y encontrar además en ello (en la reconstrucción mental del tiempo real) una fuente más de emoción. La que propongo es una película fiel a la estructura del relato original cuya emoción depende en gran medida del montaje. Y para ello, sugiero apoyarnos por una ambientación históricamente realista y alejada de folclorismos, una interpretación sobria y ajustada a los magníficos diálogos de Rulfo, y un tratamiento visual que remita a un cierto tipo de western tardío: formato panorámico, una contrastada fotografía en color que refleje el paisaje descrito con tantos matices en la novela, resaltando el azul del cielo en contraste con el ocre de la tierra, y una cámara cuya altura varíe entre el pecho y el cinturón, es decir, que ruede a la altura de las emociones, con el resultado de un ligero ángulo contrapicado en los planos cortos".
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Lamentablemente, la nueva "Pedro Páramo" nunca llegó a hacerse realidad.
En la realización de la película, en 1966, participaron grandes figuras de la cultura y el cine mexicano, como el escritor Carlos Fuentes y Manuel Barbachano Ponce en el guión, el gran director de fotografía Gabriel Figueroa, y los actores Ignacio López Tarso, Pilar Pellicer, Claudio Obregón, Julissa y Alfonso Arau, al lado del estadounidense John Gavin como protagonista.
"La adaptación fílmica de la novela significó en su momento una renovación del quehacer en el cine nacional, tanto en técnicas como en argumentos", ha dicho a Notimex el crítico y especialista Javier Ramírez, autor del libro "Ibargüengoitia va al cine" (2013) y profesor de la Escuela Nacional de Estudios Superiores en Morelia.
A través de "Pedro Páramo", el estado mexicano quería promover la idea de un nuevo cine mexicano basado en lo más importante de su literatura con un lenguaje documentalista y necesitaba un director calificado como Carlos Velo, que tenía una trayectoria en el cine documental con su trabajo "Torero", agregaba Ramírez, quien añadía que el propio Rulfo colaboró activamente en la producción de la cinta, ayudando a encontrar locaciones en el estado de Hidalgo.
La principal dificultad estuvo en el guión, que debía de adaptar una narración no lineal. Durante años, Velo trabajó con Fuentes y Barbachano Ponce en un libreto que reestructura la historia de manera cronológica, algo que consideran algunos perjudicó al proyecto y lo hizo deslindarse de la obra original.
A partir de 2007, el español Mateo Gil intentó poner en marcha una coproducción internacional para realizar una nueva versión de la novela, para la que contaba con un elenco capitaneado por Gael García Bernal. Cuatro años después, el director de "Blackthorn" declaraba a NOTICINE.com: "Era una película muy cara, para ser rodada en castellano en lugar de en inglés, y digamos que no era de vocación comercial, para salas de público adolescente, si quieres... Era una película de época, literaria. La parte española de la financiación estaba cubierta, pero lo que nos falló fue el soporte mexicano. No sabemos qué fue, pero no salió. Ojalá pudiéramos reflotarlo alguna vez, porque fue un proyecto soñado durante años. Creo que hubiera sido una buena película".
El cineasta pretendía ser fiel al libro de Rulfo, considerado una obra clave de la literatura iberoamericana, respetando su narrativa no lineal. "Por un lado, -decía- creo que el espectador de cine ha alcanzado el nivel de comprensión visual suficiente como para seguir sin problemas una narración desestructurada y encontrar además en ello (en la reconstrucción mental del tiempo real) una fuente más de emoción. La que propongo es una película fiel a la estructura del relato original cuya emoción depende en gran medida del montaje. Y para ello, sugiero apoyarnos por una ambientación históricamente realista y alejada de folclorismos, una interpretación sobria y ajustada a los magníficos diálogos de Rulfo, y un tratamiento visual que remita a un cierto tipo de western tardío: formato panorámico, una contrastada fotografía en color que refleje el paisaje descrito con tantos matices en la novela, resaltando el azul del cielo en contraste con el ocre de la tierra, y una cámara cuya altura varíe entre el pecho y el cinturón, es decir, que ruede a la altura de las emociones, con el resultado de un ligero ángulo contrapicado en los planos cortos".
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Lamentablemente, la nueva "Pedro Páramo" nunca llegó a hacerse realidad.