Hablamos con Andrea Testa, y Francisco Márquez, codirectores de "La larga noche de Francisco Sanctis"
- por © David del Río-NOTICINE.com
Este jueves llega a los cines argentinos "La larga noche de Francisco Sanctis", opera prima de Andrea Testa y Francisco Márquez, que adapta la novela homónima de Humberto Costantini, tras ganar el premio a la Mejor Película del apartado internacional del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), donde también obtuvo el premio al Mejor Actor y otros premios no oficiales, y participar el pasado mayo en el Festival de Cannes. NOTICINE.com habló en exclusiva con los realizadores y guionistas de este thriller político ambientado en los años 70, sobre un hombre de clase media, sin compromisos políticos, de vida gris y monótona, que inesperadamente se enfrenta a la responsabilidad de combatir sus fantasmas internos y salvar a dos jóvenes militantes que corren peligro de ser secuestrados en plena dictadura militar.
- Tuvieron que autoproducirse ustedes mismos la película. ¿Les resultó difícil?
Andrea Testa: Fue una decisión que tuvimos ya en adelante en la producción nosotros dos, porque no encontrábamos una productora o una casa productora más grande que pueda sumarse al proyecto con nosotros de la manera que lo concebíamos. Es un poco hostil a veces para los opera primistas ser parte de las decisiones. Nosotros teníamos un presupuesto acotado que queríamos sí o sí ponerlo todo en la película.
- Su aproximación a un momento histórico ya muy retratado por el cine argentino, el de la dictadura militar es novedosa, al retratar a un personaje apolítico, no implicado ni en la represión ni en la resistencia...
Francisco Márquez: Sí, digamos… La película trabaja sobre ese sector, sobre la llamada mayoría silenciosa, que con su silencio, su pasividad, de alguna manera permitió consolidar el proyecto dictatorial. Ahora bien, nosotros no nos ponemos en lugar de juzgar, porque nosotros no hemos vivido esa época, sino tratar de pensarlo y también tratar de actualizar esa problemática. Esa actualización nos interpela a nosotros mismos. ¿Qué hacemos nosotros mismos como sujetos, individuos de esta sociedad, para transformar una realidad que nos desconforma, que sigue siendo injusta? Bueno, es algo que también nos preguntamos a nosotros mismos, y la película también busca explorar eso.
- ¿Cómo resulta trabajar juntos y vivir juntos, porque ustedes dirigieron siendo pareja?
A.T.:Es que nosotros nos conocimos ya trabajando juntos en la escuela de cine, entonces nuestra relación ya se basa en eso. No es que de un día para el otro decidimos hacer una película juntos, sino que en nuestra casa se respira el trabajo en el cine, las tareas del hogar… Compartimos todo. Es una gran convivencia, con sus dificultades, pero bueno, también con la pasión por el cine.
- ¿Cómo creen que está afectando al cine el cambio político en la Argentina?
F.M.: Bueno, todavía no están definidas claramente las líneas políticas en terrenos cinematográficos. Sí están definidas las líneas políticas a nivel económico y social. La verdad que estos primeros meses fueron muy malos. Estamos hablando de más de cien mil despidos, estamos hablando de ajuste fiscal, estamos hablando de recortes de los planes sociales y los programas sociales… Con lo cual, la verdad que lo que esperamos, no es muy bueno. Insisto que no están definidas las líneas cinematográficas todavía, pero uno no puede escindir la cuestión cinematográfica como si fuera una isla por fuera de lo que ocurre en el resto de la sociedad. No estamos hablando solamente de Argentina. Estamos hablando de un contexto latinoamericano hostil. Hace unos meses hubo un golpe de estado anticonstitucional en Brasil donde derrocaron a la presidenta, con una gran presión y con una gran involucración de los medios de comunicación hegemónicos, y de los partidos conservadores que han puesto en duda, por lo menos, el juicio político de la presidenta elegida democráticamente. Con lo cual, no podemos pensar en el cine escindido de todo eso.
- El pasado mayo ustedes participaron con esta su opera prima en Un Certain Regard, la segunda sección en importancia de Cannes. ¿Qué sacaron de esa experiencia?
A. T.: Mira, aprendimos muchísimo esos días que estuvimos. Llegamos sin entender nada. Era un monstruo ese lugar, ese edificio lleno de gente. Ver allá la película fue el gran premio para nosotros, en esa sala hermosa, con ese sonido, esa pantalla, la calidad de la imagen… no hicimos la película para estar allá, lo decimos siempre. La mandamos por la vía de la web, no la acercamos a ningún programador… La verdad es que acabamos viviendo como dentro de una película nosotros mismos. Y también lo que nos gusta y nos satisface bastante, es que es una película chiquita, hecha en un lugar tan importante, da cuenta de que es necesario subvencionar a un cine pequeño, de operaprimistas, que seguramente, haciendo relación a lo que estaba diciendo Francisco en la pregunta anterior, sean puertas que vayan a cerrarse desde las políticas públicas del estado.
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- Tuvieron que autoproducirse ustedes mismos la película. ¿Les resultó difícil?
Andrea Testa: Fue una decisión que tuvimos ya en adelante en la producción nosotros dos, porque no encontrábamos una productora o una casa productora más grande que pueda sumarse al proyecto con nosotros de la manera que lo concebíamos. Es un poco hostil a veces para los opera primistas ser parte de las decisiones. Nosotros teníamos un presupuesto acotado que queríamos sí o sí ponerlo todo en la película.
- Su aproximación a un momento histórico ya muy retratado por el cine argentino, el de la dictadura militar es novedosa, al retratar a un personaje apolítico, no implicado ni en la represión ni en la resistencia...
Francisco Márquez: Sí, digamos… La película trabaja sobre ese sector, sobre la llamada mayoría silenciosa, que con su silencio, su pasividad, de alguna manera permitió consolidar el proyecto dictatorial. Ahora bien, nosotros no nos ponemos en lugar de juzgar, porque nosotros no hemos vivido esa época, sino tratar de pensarlo y también tratar de actualizar esa problemática. Esa actualización nos interpela a nosotros mismos. ¿Qué hacemos nosotros mismos como sujetos, individuos de esta sociedad, para transformar una realidad que nos desconforma, que sigue siendo injusta? Bueno, es algo que también nos preguntamos a nosotros mismos, y la película también busca explorar eso.
- ¿Cómo resulta trabajar juntos y vivir juntos, porque ustedes dirigieron siendo pareja?
A.T.:Es que nosotros nos conocimos ya trabajando juntos en la escuela de cine, entonces nuestra relación ya se basa en eso. No es que de un día para el otro decidimos hacer una película juntos, sino que en nuestra casa se respira el trabajo en el cine, las tareas del hogar… Compartimos todo. Es una gran convivencia, con sus dificultades, pero bueno, también con la pasión por el cine.
- ¿Cómo creen que está afectando al cine el cambio político en la Argentina?
F.M.: Bueno, todavía no están definidas claramente las líneas políticas en terrenos cinematográficos. Sí están definidas las líneas políticas a nivel económico y social. La verdad que estos primeros meses fueron muy malos. Estamos hablando de más de cien mil despidos, estamos hablando de ajuste fiscal, estamos hablando de recortes de los planes sociales y los programas sociales… Con lo cual, la verdad que lo que esperamos, no es muy bueno. Insisto que no están definidas las líneas cinematográficas todavía, pero uno no puede escindir la cuestión cinematográfica como si fuera una isla por fuera de lo que ocurre en el resto de la sociedad. No estamos hablando solamente de Argentina. Estamos hablando de un contexto latinoamericano hostil. Hace unos meses hubo un golpe de estado anticonstitucional en Brasil donde derrocaron a la presidenta, con una gran presión y con una gran involucración de los medios de comunicación hegemónicos, y de los partidos conservadores que han puesto en duda, por lo menos, el juicio político de la presidenta elegida democráticamente. Con lo cual, no podemos pensar en el cine escindido de todo eso.
- El pasado mayo ustedes participaron con esta su opera prima en Un Certain Regard, la segunda sección en importancia de Cannes. ¿Qué sacaron de esa experiencia?
A. T.: Mira, aprendimos muchísimo esos días que estuvimos. Llegamos sin entender nada. Era un monstruo ese lugar, ese edificio lleno de gente. Ver allá la película fue el gran premio para nosotros, en esa sala hermosa, con ese sonido, esa pantalla, la calidad de la imagen… no hicimos la película para estar allá, lo decimos siempre. La mandamos por la vía de la web, no la acercamos a ningún programador… La verdad es que acabamos viviendo como dentro de una película nosotros mismos. Y también lo que nos gusta y nos satisface bastante, es que es una película chiquita, hecha en un lugar tan importante, da cuenta de que es necesario subvencionar a un cine pequeño, de operaprimistas, que seguramente, haciendo relación a lo que estaba diciendo Francisco en la pregunta anterior, sean puertas que vayan a cerrarse desde las políticas públicas del estado.
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