Fernando Trueba escribe sobre "La reina de España"
- por © UPI / NOTICINE.com
Por Fernando Trueba *
"La Reina de España" es una comedia. Es curioso que los grandes clásicos del cine español sean comedias: "Plácido" y "El verdugo", de Berlanga; "El pisito" y "El cochecito", de Ferreri; "El extraño viaje", de Fernán Gómez... Probablemente venga de nuestra literatura: "El Quijote" o la novela picaresca... Kundera ya escribió que en su origen la novela es humorística: Rabelais, Cervantes, Diderot... Es curioso que el surrealismo "español" también sea humorístico: Buñuel, Dalí... ¿qué son si no grandes humoristas? Antes que ninguna otra cosa. Pero la comedia es el género por excelencia del cine español.
En mi "identidad", que no es nacional ni nacionalista, tiene tanto peso o, para ser preciso, aún más, la comedia clásica americana: Lubitsch, Wilder, Sturges, etc. Y también la commedia all'italiana: Monicelli, Risi, el primer Fellini... Algunas grandes comedias, además de hacernos reír y de retratar las debilidades humanas, nos cuentan la Historia, pero de otra manera. Retratando pequeños personajes en medio de épocas o acontecimientos históricos: "I compagni" o "La grande guerra" de Monicelli, "La marcia su Roma" de Risi, "Tutti a casa" de Comencini, nos cuentan más de la historia de Italia que todas las películas históricas. En el cine americano podríamos citar desde "A foreign Affair" de Wilder a "To be or not to be" de Lubitsch...
En mi caso, hay un ciclo de mis películas donde las comedias tienen un telón de fondo histórico. Así en "Belle Epoque" los años 30 y la llegada de la República; en "El año de las luces" o "El Embrujo de Shanghai", los años 40, la posguerra. La única vez que la guerra está presente en mis películas es en "La niña de tus ojos". De nuevo es la Historia como telón de fondo para contar la historia de pequeños personajes. Pero "La niña de tus ojos" es también una película sobre el cine. Sobre la gente del cine.
La película se concentraba en una anécdota olvidada o poco conocida de la historia, y de la historia del cine, que son las películas –películas folclóricas– que se rodaron en la Alemania nazi durante la guerra civil española. Un episodio que también podríamos calificar de surrealista. La película era además el retrato de un pequeño grupo de cineastas, de actores y técnicos. Fue muy especial hablar de nuestro pasado a través de la gente del cine.
Pero ocurrió algo muy especial, que no me había ocurrido antes. Los personajes de "La niña de tus ojos" no me abandonaron una vez hecha la película. ¿Qué había sido de ellos? ¿Habría muerto el director Blas Fontiveros en Alemania? ¿Qué había sido de Macarena en América? Y sin darme cuenta, en los años siguientes, el guión se fue formando en mi cabeza, los gags, los diálogos, las secuencias... sin yo proponérmelo, como una planta que crecía en mi jardín.
Nunca se me había pasado por la cabeza hacer una secuela, una segunda parte. Y creo que "La Reina de España" no lo es. Es una película independiente. Pero que continúa el relato de la historia de nuestro país, a través de la historia de nuestro cine, de su gente... Para a través de ellos también contar la historia de éste país en un momento de transformación, mediados de los 50, cuando el fin del bloqueo parece hacer asomar una débil luz al final del oscuro túnel de la posguerra, pero es una ilusión aún muy lejana...
Los americanos están en plena noche "macarthysta", el mundo sumido en la guerra fría, y España no pinta absolutamente nada en el concierto mundial. Somos solo un pequeño peón que ha sido olvidado fuera del tablero de la historia.
Todavía le quedan a España veinte años de dictadura, de estado policial, de "tiempo de silencio"... La película se sitúa en esos años en que todo el país es una inmensa cárcel, pero también el año que comienzan las revueltas estudiantiles, despega la televisión, que un poeta exiliado –Juan Ramón Jiménez– gana el Nobel, y que los americanos vienen a España a rodar...
Las películas del cine dentro del cine tuvieron en una época mala fama. Pero hay una máxima infalible para escritores y cineastas –y para la vida en general– que dice que hay que hablar de lo que se conoce. El cine francés cuenta con algunos notables ejemplos de cine dentro del cine, "La nuit américaine" de Truffaut y "Le Mépris" de Godard son las primeras que vienen a la mente, pero ¿qué es "French Cancan" de Renoir sino una película sobre el cine? En Italia "Lucci di varietá" de Lattuada, "Vita de cane" o "Risate di gioia", de Monicelli, "Lo Sceicco Bianco" de Fellini, "Bellisima de Visconti"... todas películas sobre el mundo de los actores. ¿Qué película habla mejor de la Italia de hoy que "Il caimano" de Moretti? Una película sobre el cine... El cine es –con el jazz– el arte americano por excelencia. Por eso desde "Sunset Boulevard" de Wilder, "Sullivan's Travels" de Sturges o "The Bad and the Beautiful" de Minnelli, hasta "Ed Wood" de Tim Burton o "State and Main" de Mamet, los americanos nunca han tenido reparo en hablar de ellos mismos a través de su cine. Y es que la literatura americana se tomó el cine en serio antes que nadie, como mostraron Scott Fitzgerald con "The Last Tycoon", Nathanael West con "The Day of The Locust" o Budd Schulberg con "The Disenchanted"...
En lo que a mí se refiere, el cine y la vida se confunden. El cine es una ventana al exterior, pero también al interior. Pintores y escultores, músicos y escritores, cineastas, etc., han sido personajes habituales en mis películas. ¿Qué importa la profesión de los personajes? Al final lo que cuenta es que hablamos de seres humanos, de sus emociones, sus debilidades, sus dificultades, sus pasiones... Una gran parte de mis películas son comedias. Llevaba un tiempo alejado del género. Ahora tenía una necesidad física, moral, de volver a la comedia. De volver a escuchar la risa del público, de la gente.
(*): Fernando Trueba, ganador del Oscar por "Belle Epoque" es uno de los más exitosos cineastas españoles, desde "Opera prima" (1980), un soplo de aire fresco en un país en transición de la dictadura a la democracia. El madrileño, que ha combinado desde el principio documental y ficción, drama y comedia, ha obtenido con este último género sus mayores glorias, y "La niña de sus ojos" fue una de las más sonadas. Ahora retoma con esta secuela, "La Reina de España", a los mismos personajes, más de una década después de que los dejara en plena II Guerra Mundial. Protagonizada de nuevo por Penélope Cruz, cuyo personaje puede recordar a estrellas como Sara Montiel pero también a ella misma, muchas décadas después, estrena este fin de semana su nuevo trabajo.
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"La Reina de España" es una comedia. Es curioso que los grandes clásicos del cine español sean comedias: "Plácido" y "El verdugo", de Berlanga; "El pisito" y "El cochecito", de Ferreri; "El extraño viaje", de Fernán Gómez... Probablemente venga de nuestra literatura: "El Quijote" o la novela picaresca... Kundera ya escribió que en su origen la novela es humorística: Rabelais, Cervantes, Diderot... Es curioso que el surrealismo "español" también sea humorístico: Buñuel, Dalí... ¿qué son si no grandes humoristas? Antes que ninguna otra cosa. Pero la comedia es el género por excelencia del cine español.
En mi "identidad", que no es nacional ni nacionalista, tiene tanto peso o, para ser preciso, aún más, la comedia clásica americana: Lubitsch, Wilder, Sturges, etc. Y también la commedia all'italiana: Monicelli, Risi, el primer Fellini... Algunas grandes comedias, además de hacernos reír y de retratar las debilidades humanas, nos cuentan la Historia, pero de otra manera. Retratando pequeños personajes en medio de épocas o acontecimientos históricos: "I compagni" o "La grande guerra" de Monicelli, "La marcia su Roma" de Risi, "Tutti a casa" de Comencini, nos cuentan más de la historia de Italia que todas las películas históricas. En el cine americano podríamos citar desde "A foreign Affair" de Wilder a "To be or not to be" de Lubitsch...
En mi caso, hay un ciclo de mis películas donde las comedias tienen un telón de fondo histórico. Así en "Belle Epoque" los años 30 y la llegada de la República; en "El año de las luces" o "El Embrujo de Shanghai", los años 40, la posguerra. La única vez que la guerra está presente en mis películas es en "La niña de tus ojos". De nuevo es la Historia como telón de fondo para contar la historia de pequeños personajes. Pero "La niña de tus ojos" es también una película sobre el cine. Sobre la gente del cine.
La película se concentraba en una anécdota olvidada o poco conocida de la historia, y de la historia del cine, que son las películas –películas folclóricas– que se rodaron en la Alemania nazi durante la guerra civil española. Un episodio que también podríamos calificar de surrealista. La película era además el retrato de un pequeño grupo de cineastas, de actores y técnicos. Fue muy especial hablar de nuestro pasado a través de la gente del cine.
Pero ocurrió algo muy especial, que no me había ocurrido antes. Los personajes de "La niña de tus ojos" no me abandonaron una vez hecha la película. ¿Qué había sido de ellos? ¿Habría muerto el director Blas Fontiveros en Alemania? ¿Qué había sido de Macarena en América? Y sin darme cuenta, en los años siguientes, el guión se fue formando en mi cabeza, los gags, los diálogos, las secuencias... sin yo proponérmelo, como una planta que crecía en mi jardín.
Nunca se me había pasado por la cabeza hacer una secuela, una segunda parte. Y creo que "La Reina de España" no lo es. Es una película independiente. Pero que continúa el relato de la historia de nuestro país, a través de la historia de nuestro cine, de su gente... Para a través de ellos también contar la historia de éste país en un momento de transformación, mediados de los 50, cuando el fin del bloqueo parece hacer asomar una débil luz al final del oscuro túnel de la posguerra, pero es una ilusión aún muy lejana...
Los americanos están en plena noche "macarthysta", el mundo sumido en la guerra fría, y España no pinta absolutamente nada en el concierto mundial. Somos solo un pequeño peón que ha sido olvidado fuera del tablero de la historia.
Todavía le quedan a España veinte años de dictadura, de estado policial, de "tiempo de silencio"... La película se sitúa en esos años en que todo el país es una inmensa cárcel, pero también el año que comienzan las revueltas estudiantiles, despega la televisión, que un poeta exiliado –Juan Ramón Jiménez– gana el Nobel, y que los americanos vienen a España a rodar...
Las películas del cine dentro del cine tuvieron en una época mala fama. Pero hay una máxima infalible para escritores y cineastas –y para la vida en general– que dice que hay que hablar de lo que se conoce. El cine francés cuenta con algunos notables ejemplos de cine dentro del cine, "La nuit américaine" de Truffaut y "Le Mépris" de Godard son las primeras que vienen a la mente, pero ¿qué es "French Cancan" de Renoir sino una película sobre el cine? En Italia "Lucci di varietá" de Lattuada, "Vita de cane" o "Risate di gioia", de Monicelli, "Lo Sceicco Bianco" de Fellini, "Bellisima de Visconti"... todas películas sobre el mundo de los actores. ¿Qué película habla mejor de la Italia de hoy que "Il caimano" de Moretti? Una película sobre el cine... El cine es –con el jazz– el arte americano por excelencia. Por eso desde "Sunset Boulevard" de Wilder, "Sullivan's Travels" de Sturges o "The Bad and the Beautiful" de Minnelli, hasta "Ed Wood" de Tim Burton o "State and Main" de Mamet, los americanos nunca han tenido reparo en hablar de ellos mismos a través de su cine. Y es que la literatura americana se tomó el cine en serio antes que nadie, como mostraron Scott Fitzgerald con "The Last Tycoon", Nathanael West con "The Day of The Locust" o Budd Schulberg con "The Disenchanted"...
En lo que a mí se refiere, el cine y la vida se confunden. El cine es una ventana al exterior, pero también al interior. Pintores y escultores, músicos y escritores, cineastas, etc., han sido personajes habituales en mis películas. ¿Qué importa la profesión de los personajes? Al final lo que cuenta es que hablamos de seres humanos, de sus emociones, sus debilidades, sus dificultades, sus pasiones... Una gran parte de mis películas son comedias. Llevaba un tiempo alejado del género. Ahora tenía una necesidad física, moral, de volver a la comedia. De volver a escuchar la risa del público, de la gente.
(*): Fernando Trueba, ganador del Oscar por "Belle Epoque" es uno de los más exitosos cineastas españoles, desde "Opera prima" (1980), un soplo de aire fresco en un país en transición de la dictadura a la democracia. El madrileño, que ha combinado desde el principio documental y ficción, drama y comedia, ha obtenido con este último género sus mayores glorias, y "La niña de sus ojos" fue una de las más sonadas. Ahora retoma con esta secuela, "La Reina de España", a los mismos personajes, más de una década después de que los dejara en plena II Guerra Mundial. Protagonizada de nuevo por Penélope Cruz, cuyo personaje puede recordar a estrellas como Sara Montiel pero también a ella misma, muchas décadas después, estrena este fin de semana su nuevo trabajo.
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