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Estrenada hace más de dos años en el Festival de Cine de la Riviera Maya, "Los hámsters" es la opera prima en el largometraje de Gilberto González Penilla, que la rodó como tésis de fin de grado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), donde estudió. Tijuanense, el nuevo cineasta dedica su debut a narrar con sentido del humor la historia de una familia en la que apenas hay comunicación entre sus miembros. Ahora, por fin, la cinta, que fue valorada en aquel festival como en otros en los que se vio más adelante, está en cines mexicanos.

Los también tijuanenses Ángel Norzagaray, Gisela Madrigal, Monserrat Minor y Hozé Meléndez, protagonizan este film que se desarrolla en el hogar de Rodolfo y Beatriz, una pareja con problemas de comunicación. El guarda silencio ante el desempleo, mientras ella vive la crisis de la edad. En tanto su hijo Juan descubre que será papá, y Jessica la hija menor se inserta en un juego homoerótico con su mejor amiga.

Cada uno de los personajes a pesar de vivir en la misma casa no logran crear los puentes necesarios de comunicación y parecen seres aislados, presos de sí mismos.

"No es una cinta de arte -afirmaba en declaraciones a La Jornada el director debutante- . Cada director tiene su punto de visto sobre el cine y el público. Hay unos que piensan en éste, pero otros no. Hoy día el público mexicano no se acerca a las películas porque no se identifica con ellas, no siente que son las historias que se suceden aquí, se aburren y se salen de la sala. Ese es un problema que como cineasta hay que atacar. Por eso mi objetivo es que el público disfrute, que se vaya con satisfacción y reflexión. Es lograr una amalgama entre el cine de autor y el cine comercial".

González Penilla ha comentado que una de sus apuestas principales fue precisamente filmar en Tijuana una película que no tuviera que ver con los temas de la migración, la prostitución o el narcotráfico, sino ofrecer otra mirada a la ciudad y sus habitantes. Además fue una decisión desde el principio utilizar locaciones poco icónicas de esta ciudad fronteriza, para darle al espectador la posibilidad de que esto podría suceder en cualquier parte de México, pero evidentemente la película tiene un alma tijuanense.

Como trabajo de fin de estudios en el CCC, "Los hámsters" es una película de bajo costo, con un presupuesto de 370 000 pesos, rodada durante un mes en Tijuana con el apoyo de otros estudiantes.  

El nuevo cineasta tiene en cartera un segundo proyecto, "Huevos divorciados", la historia de un hombre al que deja su mujer porque no sabe bailar, también una comedia costumbrista e igualmente a filmarse en su ciudad natal.

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