Valeria Bertuccelli habla sobre el estreno de su opera prima como directora, "La reina del miedo"
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Los noventa encontraron a la actriz Valeria Bertuccelli como una de las figuras esenciales del cine independiente argentino tras coprotagonizar con Rosario Bléfari, Mirta Busnelli, entre otros, la fundacional "Silvia Prieto" (1999), de Martín Rejtman. Luego comenzó a participar en producciones televisivas y teatro que amoldaron su temperamento y trabajo hacia un perfil más popular. En 2016 protagonizó la película más taquillera del año, "Me casé con un boludo", junto a Adrián Suar y hoy, aliada a otra figura estratégica de la cultura popular, Marcelo Tinelli, entre otros productores, se lanzó a la dirección, junto con Fabiana Tiscornia, de su ópera prima, "La reina del miedo" (2018). El film, que también escribe y protagoniza, gira en torno a Robertina, una actriz a punto de estrenar un unipersonal, del que nadie sabe nada. Por su interpretación fue premiada en Sundance. "Lo de ese festival fue como una palmada grosa como para quedarme un poco tranquila con lo que había hecho", dice en una charla con nuestros compañeros de EscribiendoCine.
- En el momento de estrenar su película ¿qué le pasa por la cabeza? ¿qué le gustaría que pasara con la película?
Estoy bastante emocionada con el momento del estreno. Me doy cuenta que fue todo tan vertiginoso desde que empecé a escribir, de un tirón, fue escribirlo, terminé, hablé con una productora, estábamos a punto de, se cayó, busqué otros productores, y a partir de ahí, que dijimos que sí con los chicos de Rei Cine pusimos una fecha, mientras armamos la financiación y después la película arrancó, la pre, la filmamos, edición y la terminé el 30 de diciembre y el seis estaba en Sundance, y fue volver de ahí, todo muy rápido.
- El cine tiene mucho de tiempos laxos y después todo muy precipitado…
Sí, tal cual, y entonces siento que ahora recién paré, tomo un poquito de distancia, e incluso me pasa haciendo las notas, que tenés que pensar y hablar sobre la película, o que el otro te devuelve cosas que vio y que vas escuchando y armando, conectás con otras miradas.
- Es el momento en el que la película deje de ser suya…
Sí, y hay algo de eso que la obra se completa con la mirada del público es totalmente así, realmente pasa. Me acuerdo de haber hecho en teatro cosas y cuando escuchabas las devoluciones decías ¡ah mirá!. Creo que ahora estoy escuchando cosas de los primeros que lo ven y estoy dándole como otro valor, entendiendo lo que se vio. Me emociona que cuando algo que quería que se vea, o más sutil y desdibujado, saber que se ve. Hace quince días me preguntabas si estaba nerviosa y te decía no, después bastante nerviosa y ahora como medio emocionada, me agarró emoción que se estrene la película, porque es increíble lo que cuesta, el tiempo que te lleva. Con Fabiana Tiscornia, la codirectora, hablábamos muchas veces, teníamos charlas, nos reíamos, llorábamos, nos pasaron mil cosas, sobre la película, sobre nosotras mismas, y todo el tiempo le decía que es increíble cómo una película te interpela de una manera tan fuerte, te llama a comprometerte con algo tuyo.
- Y es la primera vez que además lo hace desde el otro lado de la cámara ¿Cree que esto le va a cambiar la mirada sobre tu trabajo a la hora de ponerse bajo las ordenes de un director o directora?
Sí, yo creo que te cambia mucho, no creo..., me cambió mucho seguro, todo el pienso y siento que hay un montón de otras cosas, que comprendo, que por ahí antes no las podía comprender, que me enternecen más o me causan más. Me cambia mucho para cuando ahora tenga que actuar.
- Cuando se sentó a escribir el guion, ¿qué tanto de Valeria puso en Robertina y qué cosas aparecieron en el desarrollo del personaje?
Tiene de mí una observación muy profunda sobre el miedo, en mí y en las demás personas, de chica era bastante miedosa, y tiene desde observar eso hasta cosas que me han dicho que fueron medio el leit motiv de la película para mí, como una frase de mi viejo que dice "Valiente no es el que no tiene miedo sino el que tiene miedo y lo enfrenta", es muy del personaje, y después la idea del miedo como motor, como te impulsa para hacer, cuando tenés miedo te podés paralizar o sacar una fuerza que ni vos sabías para hacer, es transformador. Después de pasar por una situación de miedo seguro te ves favorecido o por lo menos distinto.
- ¿El rodaje le dio miedo? ¿Qué sintió el primer día cuando llegó al set?
Estaba aterrada (risas), el primer día y la primera semana y después siempre tenía un poco de miedo, pero la primera semana estaba aterrada y como perdida, no entendía de dónde mirarme. En la cuarta semana, que ya estaba agotada, estaba viendo el monitor, porque muchas veces me iba a ver el plano, muchas la escena o la puesta en escena, pero muchas el plano, y estoy mirando y era un plano que era el escenario y estaba yo parada y yo los miro y digo "¿esto es vivo?" y me responden, "¡Estás vos! Excepto que hayas aprendido el arte de desdoblarte es imposible". En la segunda semana de rodaje se acomodó todo para mí y para el equipo, entendimos qué película se estaba haciendo, cuál era el código del personaje y ahí yo también comencé a relajarme y todo empezó a fluir.
- ¿Cómo elegió a sus compañeros de elenco? ¿Y la casa?, que también es clave en el relato…
Aparecieron de muchas maneras diferentes, la casa estaba hace rato buscándola con ese jardín gigante, oscuro, había aparecido una y queríamos que nos la aguantaran hasta alquilarla, y lo logramos, porque todas las demás que vimos eran carísimas. Era la casa que yo sabía que era. El resto de los roles, excepto el personaje de Eli, que es el que hace Sari López, que salió por casting y había que buscar y era re difícil encontrar ese personajes, todos eran los que había pensado y aceptaron.
- ...¿Cuándo estaba escribiendo?
No, sólo ahí pensé en Mercedes Scapola Morán para la escena de la depilación. Después fueron apareciendo, pensé primero en Diego Velázquez, por muchas cosas, primero porque es un actor tremendo, es un actor muy genial, lo había visto en el teatro, en la tele, en el cine, me parecía no sólo muy lindo y con una voz divina, y que puede hacer cosas muy diferentes, es muy genial, sino porque imaginaba perfecto que podríamos haber sido dos amigos de toda la vida, que habían compartido teatro, que habían vivido en lugares, y de hecho pasó, hicimos los primeros ensayos y enseguida conectamos, porque es alguien que hasta hizo un recorrido parecido al mío como actor. Siento que viene del mismo palo, que tiene el mismo modo, que le interesa lo mismo y que va para un lugar parecido. Con Gabriel Goity me gustaba tenerlo para que haga algo diferente a lo que venía trabajando. Está en otro registro.
- Además distinto a lo que hicieron juntos en "Un novio para mi mujer" (2008)…
Sí, le dije busquemos otra cosa, otro tono de voz, lo quería mucho más enigmático. Con Dario Grandinetti, esa escena tiene algo de mi padre, él viajaba muchísimo, desaparecía, uno no sabía dónde estaba, y enseguida me apareció la cara de él, la voz también, me interesaba muchísimo.
- ¿Imagina repasando su carrera en ese momento?
No, no lo imaginaba, para que no me diera miedo fui tan paso a paso, la escribí, la llevé, como que bueno no arranqué escribiendo pensando "Uy, si la llego a hacer", no, no pensaba a tan largo plazo, que ahora lo miro y no lo puedo creer.
- ¿Tampoco la repercusión que ya consiguió antes del estreno?
Me cuesta darme cuenta, y lo de Sundance fue como una palmada grosa como para quedarme un poco tranquila con lo que había hecho. Saber que a gente que yo admiro mucho vea la película y le guste también, me da tranquilidad, alegría y halago.
- ¿Pensaba en algún espectador tipo para la propuesta?
No, lo pienso para todo tipo de público, el primer corte se lo mostré a Martín Rejtman, que era alguien que me importaba mucho su opinión, y le gustó mucho, la vio mi hijo con sus amigos y les había encantado, me gusta ese público, sólo una persona me interesaba mucho que esté en el estreno que es Paloma Herrera, soy fan de ella, hay algo de la magia del teatro de ese mundo, del artista, que lo identifico con ella. La tuve muy presente en referencia de fotos en el escenario. Cuando tuve que mostrar al director de fotografía y a vestuario imágenes del escenario, agarré varias que tenía de Paloma para esos colores.
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- En el momento de estrenar su película ¿qué le pasa por la cabeza? ¿qué le gustaría que pasara con la película?
Estoy bastante emocionada con el momento del estreno. Me doy cuenta que fue todo tan vertiginoso desde que empecé a escribir, de un tirón, fue escribirlo, terminé, hablé con una productora, estábamos a punto de, se cayó, busqué otros productores, y a partir de ahí, que dijimos que sí con los chicos de Rei Cine pusimos una fecha, mientras armamos la financiación y después la película arrancó, la pre, la filmamos, edición y la terminé el 30 de diciembre y el seis estaba en Sundance, y fue volver de ahí, todo muy rápido.
- El cine tiene mucho de tiempos laxos y después todo muy precipitado…
Sí, tal cual, y entonces siento que ahora recién paré, tomo un poquito de distancia, e incluso me pasa haciendo las notas, que tenés que pensar y hablar sobre la película, o que el otro te devuelve cosas que vio y que vas escuchando y armando, conectás con otras miradas.
- Es el momento en el que la película deje de ser suya…
Sí, y hay algo de eso que la obra se completa con la mirada del público es totalmente así, realmente pasa. Me acuerdo de haber hecho en teatro cosas y cuando escuchabas las devoluciones decías ¡ah mirá!. Creo que ahora estoy escuchando cosas de los primeros que lo ven y estoy dándole como otro valor, entendiendo lo que se vio. Me emociona que cuando algo que quería que se vea, o más sutil y desdibujado, saber que se ve. Hace quince días me preguntabas si estaba nerviosa y te decía no, después bastante nerviosa y ahora como medio emocionada, me agarró emoción que se estrene la película, porque es increíble lo que cuesta, el tiempo que te lleva. Con Fabiana Tiscornia, la codirectora, hablábamos muchas veces, teníamos charlas, nos reíamos, llorábamos, nos pasaron mil cosas, sobre la película, sobre nosotras mismas, y todo el tiempo le decía que es increíble cómo una película te interpela de una manera tan fuerte, te llama a comprometerte con algo tuyo.
- Y es la primera vez que además lo hace desde el otro lado de la cámara ¿Cree que esto le va a cambiar la mirada sobre tu trabajo a la hora de ponerse bajo las ordenes de un director o directora?
Sí, yo creo que te cambia mucho, no creo..., me cambió mucho seguro, todo el pienso y siento que hay un montón de otras cosas, que comprendo, que por ahí antes no las podía comprender, que me enternecen más o me causan más. Me cambia mucho para cuando ahora tenga que actuar.
- Cuando se sentó a escribir el guion, ¿qué tanto de Valeria puso en Robertina y qué cosas aparecieron en el desarrollo del personaje?
Tiene de mí una observación muy profunda sobre el miedo, en mí y en las demás personas, de chica era bastante miedosa, y tiene desde observar eso hasta cosas que me han dicho que fueron medio el leit motiv de la película para mí, como una frase de mi viejo que dice "Valiente no es el que no tiene miedo sino el que tiene miedo y lo enfrenta", es muy del personaje, y después la idea del miedo como motor, como te impulsa para hacer, cuando tenés miedo te podés paralizar o sacar una fuerza que ni vos sabías para hacer, es transformador. Después de pasar por una situación de miedo seguro te ves favorecido o por lo menos distinto.
- ¿El rodaje le dio miedo? ¿Qué sintió el primer día cuando llegó al set?
Estaba aterrada (risas), el primer día y la primera semana y después siempre tenía un poco de miedo, pero la primera semana estaba aterrada y como perdida, no entendía de dónde mirarme. En la cuarta semana, que ya estaba agotada, estaba viendo el monitor, porque muchas veces me iba a ver el plano, muchas la escena o la puesta en escena, pero muchas el plano, y estoy mirando y era un plano que era el escenario y estaba yo parada y yo los miro y digo "¿esto es vivo?" y me responden, "¡Estás vos! Excepto que hayas aprendido el arte de desdoblarte es imposible". En la segunda semana de rodaje se acomodó todo para mí y para el equipo, entendimos qué película se estaba haciendo, cuál era el código del personaje y ahí yo también comencé a relajarme y todo empezó a fluir.
- ¿Cómo elegió a sus compañeros de elenco? ¿Y la casa?, que también es clave en el relato…
Aparecieron de muchas maneras diferentes, la casa estaba hace rato buscándola con ese jardín gigante, oscuro, había aparecido una y queríamos que nos la aguantaran hasta alquilarla, y lo logramos, porque todas las demás que vimos eran carísimas. Era la casa que yo sabía que era. El resto de los roles, excepto el personaje de Eli, que es el que hace Sari López, que salió por casting y había que buscar y era re difícil encontrar ese personajes, todos eran los que había pensado y aceptaron.
- ...¿Cuándo estaba escribiendo?
No, sólo ahí pensé en Mercedes Scapola Morán para la escena de la depilación. Después fueron apareciendo, pensé primero en Diego Velázquez, por muchas cosas, primero porque es un actor tremendo, es un actor muy genial, lo había visto en el teatro, en la tele, en el cine, me parecía no sólo muy lindo y con una voz divina, y que puede hacer cosas muy diferentes, es muy genial, sino porque imaginaba perfecto que podríamos haber sido dos amigos de toda la vida, que habían compartido teatro, que habían vivido en lugares, y de hecho pasó, hicimos los primeros ensayos y enseguida conectamos, porque es alguien que hasta hizo un recorrido parecido al mío como actor. Siento que viene del mismo palo, que tiene el mismo modo, que le interesa lo mismo y que va para un lugar parecido. Con Gabriel Goity me gustaba tenerlo para que haga algo diferente a lo que venía trabajando. Está en otro registro.
- Además distinto a lo que hicieron juntos en "Un novio para mi mujer" (2008)…
Sí, le dije busquemos otra cosa, otro tono de voz, lo quería mucho más enigmático. Con Dario Grandinetti, esa escena tiene algo de mi padre, él viajaba muchísimo, desaparecía, uno no sabía dónde estaba, y enseguida me apareció la cara de él, la voz también, me interesaba muchísimo.
- ¿Imagina repasando su carrera en ese momento?
No, no lo imaginaba, para que no me diera miedo fui tan paso a paso, la escribí, la llevé, como que bueno no arranqué escribiendo pensando "Uy, si la llego a hacer", no, no pensaba a tan largo plazo, que ahora lo miro y no lo puedo creer.
- ¿Tampoco la repercusión que ya consiguió antes del estreno?
Me cuesta darme cuenta, y lo de Sundance fue como una palmada grosa como para quedarme un poco tranquila con lo que había hecho. Saber que a gente que yo admiro mucho vea la película y le guste también, me da tranquilidad, alegría y halago.
- ¿Pensaba en algún espectador tipo para la propuesta?
No, lo pienso para todo tipo de público, el primer corte se lo mostré a Martín Rejtman, que era alguien que me importaba mucho su opinión, y le gustó mucho, la vio mi hijo con sus amigos y les había encantado, me gusta ese público, sólo una persona me interesaba mucho que esté en el estreno que es Paloma Herrera, soy fan de ella, hay algo de la magia del teatro de ese mundo, del artista, que lo identifico con ella. La tuve muy presente en referencia de fotos en el escenario. Cuando tuve que mostrar al director de fotografía y a vestuario imágenes del escenario, agarré varias que tenía de Paloma para esos colores.
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