Entrevista: Pedro Trapero estrena "La Quietud" en España, donde se prepara a dirigir "Patria"
- por © Mónica Uriel-NOTICINE.com
El drama familiar del argentino Pablo Trapero "La Quietud", estrenado a finales de agosto en su país de origen e inmediatamente después en la Mostra de Venecia, ha llegado este fin de semana a salas españolas, país en que el autor de "El clan" y "Carancho" se apresta a realizar parte de una de las más ambiciosas series nacionales, "Patria", basada en la exitosa novela homónima de Fernando Aramburu. Sobre ambos asuntos NOTICIONE.com habló con él en exclusiva.
- Dígale a los potenciales espectadores españoles que les espera si van a ver "La Quietud"...
"La Quietud" cuenta la historia de dos hermanas, Mía y Eugenia, que se reencuentran en un campo que se llama como el film y a partir de ahí se reconstruye su vinculo familiar contando su pasado y también poco a poco la historia de Argentina. Tiene en primer término la intimidad del vinculo de Mía y Eugenia, personajes interpretados por Martina Gusman y Berénice Bejó. Lo que parece un retrato familiar se va llenando de enigmas y de suspense que se van revelando de a poco.
- Es un drama familiar... ¿También un film político?
La película principalmente es un retrato de la familia, de un algún modo puede parecer un complemento de "El clan", mi cinta anterior en la que teníamos a un padre que ordenaba la familia y se veía un mundo muy de hombres, donde había violencia, misterio y secretos. En este caso, "La Quietud" es la construcción de un matriarcado donde una madre controla la familia y lidia con sus dos hijas mujeres y donde hay misterios que se van revelando poco a poco. Era un desafío siendo un director varón contar un mundo femenino con este nivel de intimidad y también la posibilidad de retratar una parte de la historia de argentina que no está retratada aún.
- ¿Y por qué se metió en un pantano que no le resulta tan próximo?
Tenía ganas de trabajar con Martina Gusman en un personaje como el de Mia. Para mí es conmovedor para el espectador. Además, otra parte del motor del proyecto fue trabajar con Berénice a la cual conocí hace varios años y me sorprendió su parecido físico con Martina. En ese momento empezó casi como un chiste hacer un film donde fueran hermanas. Años después, escribí la historia se la enseñé a ambas y aquí esta. Desde el primer momento uno de lo motores para realizar este film fue llegar al mundo femenino y contar principalmente la historia de las hermanas y por supuesto de su madre. A medida que van pasando las escenas se van descubriendo perfiles que no son tan evidentes al principio.
- Se dijo que su película se iba a estrenar en Cannes, festival donde usted es casi un viejo conocido, pero al final se lanzó internacionalmente en Venecia...
Venecia es un festival muy importante. Mi primer film, "Mundo Grúa" ganó aquí tres premios en el 99, y "El clan" ganó el León de plata. Me siento cómodo allá y el espectador disfruta mucho las cintas. Me hacía mucha ilusión. La Mostra es uno de los más importantes de la historia del cine. Además, soy un gran admirador del cine italiano. Cada vez que he venido he sentido la sintonía del público el cual se expresa en las salas, algo no muy común en los festivales. Se expresa como audiencia. Por otro lado, es un lugar de encuentro que permite no solo ver películas, sino encontrar a otros directores y actores con los que conversar sobre cine.
- Flota sobre "La Quietud" ese pasado trágico que algunos prefieren olvidar como es la dictadura militar y su represión. Ahora en "Patria" va a zambillirse en una historia ajena, que se desarrolla en el País Vasco y sobre el dolor que significó la violencia de ETA. De nuevo algo político y luctuoso...
Es ajena pero en realidad todas lo son, de alguna manera. Ninguna de mis películas son autobiográficas. Como director me gusta sumergirme en lo nuevo y desconocido. "Patria" la considero una película larga, no una serie dividida en episodios. Son dos mujeres, dos amigas de toda la vida que se han alejado por el drama que dividió a la sociedad vasca, familias con una tragedia detrás, como pasa también con "La Quietud" o "El clan". Todo eso supera a los personajes. El desafío es enorme, y espero que el público sea capaz de encontrar su enfoque a esta historia, porque el cine lo permite.
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- Dígale a los potenciales espectadores españoles que les espera si van a ver "La Quietud"...
"La Quietud" cuenta la historia de dos hermanas, Mía y Eugenia, que se reencuentran en un campo que se llama como el film y a partir de ahí se reconstruye su vinculo familiar contando su pasado y también poco a poco la historia de Argentina. Tiene en primer término la intimidad del vinculo de Mía y Eugenia, personajes interpretados por Martina Gusman y Berénice Bejó. Lo que parece un retrato familiar se va llenando de enigmas y de suspense que se van revelando de a poco.
- Es un drama familiar... ¿También un film político?
La película principalmente es un retrato de la familia, de un algún modo puede parecer un complemento de "El clan", mi cinta anterior en la que teníamos a un padre que ordenaba la familia y se veía un mundo muy de hombres, donde había violencia, misterio y secretos. En este caso, "La Quietud" es la construcción de un matriarcado donde una madre controla la familia y lidia con sus dos hijas mujeres y donde hay misterios que se van revelando poco a poco. Era un desafío siendo un director varón contar un mundo femenino con este nivel de intimidad y también la posibilidad de retratar una parte de la historia de argentina que no está retratada aún.
- ¿Y por qué se metió en un pantano que no le resulta tan próximo?
Tenía ganas de trabajar con Martina Gusman en un personaje como el de Mia. Para mí es conmovedor para el espectador. Además, otra parte del motor del proyecto fue trabajar con Berénice a la cual conocí hace varios años y me sorprendió su parecido físico con Martina. En ese momento empezó casi como un chiste hacer un film donde fueran hermanas. Años después, escribí la historia se la enseñé a ambas y aquí esta. Desde el primer momento uno de lo motores para realizar este film fue llegar al mundo femenino y contar principalmente la historia de las hermanas y por supuesto de su madre. A medida que van pasando las escenas se van descubriendo perfiles que no son tan evidentes al principio.
- Se dijo que su película se iba a estrenar en Cannes, festival donde usted es casi un viejo conocido, pero al final se lanzó internacionalmente en Venecia...
Venecia es un festival muy importante. Mi primer film, "Mundo Grúa" ganó aquí tres premios en el 99, y "El clan" ganó el León de plata. Me siento cómodo allá y el espectador disfruta mucho las cintas. Me hacía mucha ilusión. La Mostra es uno de los más importantes de la historia del cine. Además, soy un gran admirador del cine italiano. Cada vez que he venido he sentido la sintonía del público el cual se expresa en las salas, algo no muy común en los festivales. Se expresa como audiencia. Por otro lado, es un lugar de encuentro que permite no solo ver películas, sino encontrar a otros directores y actores con los que conversar sobre cine.
- Flota sobre "La Quietud" ese pasado trágico que algunos prefieren olvidar como es la dictadura militar y su represión. Ahora en "Patria" va a zambillirse en una historia ajena, que se desarrolla en el País Vasco y sobre el dolor que significó la violencia de ETA. De nuevo algo político y luctuoso...
Es ajena pero en realidad todas lo son, de alguna manera. Ninguna de mis películas son autobiográficas. Como director me gusta sumergirme en lo nuevo y desconocido. "Patria" la considero una película larga, no una serie dividida en episodios. Son dos mujeres, dos amigas de toda la vida que se han alejado por el drama que dividió a la sociedad vasca, familias con una tragedia detrás, como pasa también con "La Quietud" o "El clan". Todo eso supera a los personajes. El desafío es enorme, y espero que el público sea capaz de encontrar su enfoque a esta historia, porque el cine lo permite.
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