Paco Caballero, director de "Perdiendo el Este": "Me lo dejo todo por intentar que la gente vaya al cine y se ría"

por © Helena Castillo-NOTICINE.com
Paco Caballero
El director español Paco Caballero estrena este viernes su primer largometraje, "Perdiendo el Este", secuela de una exitosa saga creada por Nacho García Velilla. Tras el éxito de la primera parte, "Perdiendo el Norte", esta continuación contraataca llevando a varios de los personajes de la primera entrega a Hong Kong. La cinta cuenta la historia de Braulio (Julián López), Rafa (Miki Esparbé) y Hakan (Younes Bachir), quienes deciden viajar a Oriente en busca de nuevas oportunidades. Para Braulio su experiencia en China va a ser un calvario, hasta que por causalidad conoce a Xiao (Chacha Huang), una chica moderna y con grandes expectativas de futuro. El film cuenta con el apoyo de Atresmedia Cine y Warner Bros España.

- Viene del mundo del cortometraje donde se ha labrado un prestigio con reconocidos cortos como "Doble check" o "Sinceridad", ¿Cómo ha sio el salto al largometraje?
Ha sido como un salto muy natural, porque llevo haciendo cortos mucho tiempo, he hecho bastantes cortos, de hecho ahora he rodado un corto este verano, no voy a dejar nunca el cortometraje porque es un formato maravilloso y creo que no hay que perderlo, luego estuve haciendo series de televisión en TV3 y para mi fue muy orgánico. El productor Nacho Velilla, que es también el director de la primera parte, me llama un día a mi casa y me dice: "Hola soy Nacho Velilla, quiero que hagas una peli mía", y es como "hostia", Nacho Velilla, que acojone... De repente me acojoné mucho porque venía de "Perdiendo el Norte" que había funcionado muy bien tanto como de taquilla como de crítica, entonces es tal la responsabilidad de hacer la siguiente que es "Perdiendo el Este" y con todo armado con Warner, con Antena 3, con un casting que viene la mitad heredado de "Perdiendo el Norte", te da un vértigo que yo le dije "necesito una semana para pensar pero ahora mismo te digo que no" y me dijo "bueno, tienes una semana"... Entonces, lo pensé y dije "todo lo que me da miedo ahora en el fondo es una virtud tener todo esto en mi primera peli". Yo estaba escribiendo algún proyecto mío, pero está difícil hacer algo autoral en ese sentido para mí en aquel momento. Entonces me vino este encargo y dije "¿Por qué no? Creo que estoy muy arropado, es un buen momento para hacer esta peli y dije vamos a quitarnos todos los miedos y empezar a currar". Luego, ha sido muy orgánico el paso, para mí después de hacer series que controlas mucho el raccord emocional de trece capítulos de una temporada entera a hacer un largo que son una hora y  media, es más asequible en ese sentido a nivel de raccord, controlas muy bien la pieza y por eso ha sido muy controlado y muy arropado con estos cómicos, estos actores que tengo que son una maravilla ósea ¿Qué más puedo pedir?

- ¿En que le ayudaron sus cortos?
Es verdad que mis cortos son comedias pero más realistas, no son de chiste, sino más de lo emocional. Mis cortos son otro tipo de humor, funcionan un poco parecido pero lo que pasa que no va al chiste tópico, al cliché, y esa es la diferencia, pero en el fondo el motor es lo mismo, es desde los personajes que hacen chistes o son graciosos, y en los cortos tienen algo que están sufriendo y el chiste viene solo o la sonrisa es más "no me quiero reír de este momento porque yo mismo lo he vivido y ahora me río pero es una risa más nerviosa".

- Aunque la película sea una comedia tiene un trasfondo y una crítica social como "la mujer sobrante" en China o el problema del trabajo en España, ¿Cómo se consigue dar un tono cómico a problemas tan serios?
Para nosotros la comedia, yo siempre digo que se tiene que basar en un drama, es importantísimo, sino la comedia no es una comedia sino un sketch. Creo que la comedia es drama más tiempo, en este caso nosotros nos basamos un poco en lo que es la emigración de gente joven que tiene mucho talento y en este país que todavía estamos con los resquicios de la crisis pues hemos tenido que irnos fuera. Yo en este caso he tenido la suerte de quedarme o no, pero mucha gente se ha tenido que ir, mucha gente de mi alrededor se ha ido fuera a buscarse la vida. Entonces en la primera parte en "Perdiendo el norte", hacemos como el emigrante que va a buscarse la vida y trabaja de lo que sea aunque va bien preparado, pero en esta nos dimos cuenta en "Perdiendo el Este" que la gente que va, va a triunfar y va a intentar trabajar de su profesión porque es un mercado muy emergente, entonces va a buscar una oportunidad de triunfo y es la manera diferente del emigrante en esta segunda parte. Dicho esto, luego hay cosas sociales en la película, vemos un poco el problema que tiene Xiao con una cultura de las "mujeres sobrantes". Nosotros cuando nos documentamos para la peli, nos dimos cuenta que aún existía esto, evidentemente China está cambiando y evolucionando a pasos agigantados. Yo no juzgo nada de esto porque no es mi cultura ni puedo meterme en una cultura que no es mía, ni quiero meterme. Pero hay como una especie de mercados que se juntan y van con fotografías de sus hijas y las enseñan a otros padres porque hay una cultura de que la mujer si no se casa a partir de los veinte es una "mujer sobrante de la sociedad" y es una cosa que está contada en la peli, que ella al serlo se aprovecha del pobre Braulio para poder tranquilizar al padre, pero nosotros queríamos que ella fuera una chica moderna, que hubiera estado viviendo fuera, no queríamos meternos mucho en lo social, creo que es una peli en donde sí están las bases de lo social pero no estamos metiéndonos mucho en lo social porque tampoco es un drama que a nosotros nos pille tan cerca y juzgar cosas que no nos pillan tan cerca creo que era un error para nosotros. Entonces yo lo que juzgo solo es a la panda de españoles que van ahí, como esta panda de locos que van destrozando todo.

- ¿Cuál es el mensaje de la película que le gustaría que calara en el público?
Lo que me gustaría es que se lo pasaran muy bien, que se rieran mucho, creo que es una película que se tienen que reír, que en algún momento empaticen con el personaje de Julián, ese "pez fuera del agua" y que te rías de ello, de lo torpes que somos en muchos momentos. No sé si hay un mensaje claro, creo que es una unión en realidad de sociedades. Al final convivimos con mucha gente china que viene, o de Asia, y estamos muy apartados, es verdad que no nos acabamos de integrar, los vemos ahí en los bazares, los vemos en la tienda de alimentación pero hay una distancia todavía y vivimos en el mismo país, entonces creo que esto a través de lo más emocional que es el amor, el idioma universal, lo que hace la peli es aunar estas dos culturas y esto es lo que me gustaría que quedara que al final somos todos iguales, lo que pasa que nosotros somos tontos, directamente, tenemos un humor muy raro, muy curioso.

- ¿Recuerda alguna anécdota del rodaje?
Me acuerdo de cuando bajé en el aeropuerto de Hong Kong, mi primera vez que estaba la gente de producción de China esperándome y yo fui a saludarles entusiasmado y abrazándoles y era como "¿Y este señor?" Y se apartaron porque allí que te toquen no es como aquí, luego acabamos el rodaje y todos me abrazaban, entonces nosotros nos vamos retroalimentando y eso es lo más bonito de todo esto.

- ¿Y cómo fue filmar en Hong Kong?
Rodar en Hong Kong es un parque de atracciones para mí como director, porque es todo, yo baje del avión y me llevaron en un autobús tuning con luces de neón, fundas de ganchillo -esto no es broma- y eran todos así, y era como "Dios mío donde hemos venido", y cuando entras en la ciudad ya empiezas a alucinar yo iba mirando para todos los lados y me gustaba todo, quería rodar en muchísimos sitios pero no había tantas escenas, aunque yo quería rodar en "tos laos" igualmente, y veía otra cosa y me gustaba más, y así todo el rato. Luego es verdad que con el dinero que íbamos, difícil, también hay sitios que es inviable por toda la gente que hay pero si que es verdad que la peli es muy agradecida porque pongas donde pongas la cámara Hong Kong es alucinante, tiene todos esos contrastes de lo tecnológico con lo tradicional de los parques o templos más zen donde hay que ir en silencio, donde no puedes gritar mucho, son sus sitios de respiro de la ciudad. Y luego la parte un poco más de los años 60-50 de este viejo comercio con toda la cartelería desvencijada que es como el barrio de Braulio, que lo hemos ubicado ahí, que es la zona más continental. Tienes todos estos contrastes que son muy chulos, son muy alucinantes. Entonces lo ves y claro, lo que te digo es un parque de atracciones. Es maravilloso. La peli creo que se nota porque hemos intentado hacer planos muy abiertos para ver a los personajes dentro y cómo la ciudad les rodea un poco.

- ¿Qué fue lo mejor y lo peor del rodaje?
Lo peor es que la tuvimos que rodar en seis semanas, en vez de en siete. Son los tiempos. Hemos corrido mucho, que al final te vas a un país y luego cuando vuelves tienes que hacer un cambio horario, entonces hemos pedido días de rodaje porque el jet lag se nota, yo venía y me dormía cada dos minutos, vienes muy cansado. Lo mejor es un equipo humano espectacular, un equipo que he tenido maravilloso y luego lo que se ve en pantalla son estos actores que han tenido una libertad para hacer comedia, que ellos mismos se han desnudado a la hora de hacer comedia, no han tenido prejuicios de ellos mismos ni de nada y se han tirado a la piscina y creo que se nota en la peli. Son muy atrevidos, no les da vergüenza nada y eso está muy bien porque a la hora de hacer comedia esto es super importante. Al final no es solo el ensayo, no es solo rodar, es que al final hemos convivido juntos, somos una colonia, hemos convivido mucho durante este rodaje y eso es muy chulo, estar allí en Hong Kong y hacer esa piña, estábamos todos en el mismo hotel, íbamos a cenar juntos, todo lo que pasaba ahí y todo lo que nos contábamos fuera de la peli, al final todos tenemos una psicología ahí porque tu estas haciendo tu primera peli, y tienes tus inseguridades, tus miedos, y entonces con los actores vas compartiendo cosas y ellos contigo, y haces de este equipo algo humano. El buen rollo de esta peli era que estábamos todo en el mismo barco trabajando porque esto fuera lo mejor posible. No era una cuestión de dinero, era una cuestión de que me lo estaba dejando todo por intentar que la gente vaya al cine y se ría y esto se ve. Cada día te vas a cenar con uno y "hostia este chiste lo podría haber hecho mejor", u "hostia que risa hoy como nos lo hemos pasado hoy en rodaje". Tengo la escena de la cucaracha que se agrandó en ensayos y luego la agrandamos en rodaje... Y de repente ese día fue magia, donde dices "por eso merece la pena hacer comedia", porque ese día yo estaba en el monitor con los cascos, con los pies encima del monitor, porque me daba vergüenza, asco, me estaba descojonando y llorando de la risa en cada toma y esto es magia. Cuando pasa esto, dices: "Estoy en el mejor sitio del mundo ahora mismo", aunque luego haya días que no son tan buenos.

- ¿Cuáles son sus futuros proyectos?
Estoy ahora en una serie de Netflix. Se puede decir ya, se llama "El vecino", con Quim Gutiérrez y Clara Lago, y estoy ya en preproducción... Empezamos a rodar en menos de un mes. De hecho ahora me voy a plató porque tengo que currar. Voy a rodar tres capítulos, es una serie que dirige Nacho Vigalondo, hace el uno y el dos, yo le tomo el relevo con el tres, cuatro y cinco, y luego vienen compañeros maravillosos como Victor García León que es un máquina... Y, por otro lado, ya se está barajando la posibilidad de una tercera parte de esta franquicia, pero ahora los personajes viajarían al Oeste.

Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.