Hablamos con Emma Suárez sobre el estreno de "70 Binladens"
- por © Covadonga Díaz -NOTICINE.com
La actriz española Emma Suárez vuelve este 8 de marzo a la gran pantalla con el estreno de "70 Binladens", el nuevo thriller dramático del director Koldo Serra en el que interpreta a Raquel Crespo, una mujer con una complicada situación personal que le exige conseguir con urgencia 35 000 euros, a base de billetes de 500 euros (conocidos coloquialmente con la expresión que da nombre a la cinta, al ser dificilmente accesibles). Su última esperanza es un préstamo bancario. Cuando está a punto de lograrlo, dos atracadores irrumpen en la sucursal, complicando aún más su situación. Sin embargo, Raquel sabe que no tiene otra opción más que salir de allí con el dinero… al precio que sea. NOTICINE.com habló con la reconocida actriz, protagonista de la penúltima película de Almodóvar.
Galardonada con tres premios Goya por sus interpretaciones en "El perro del hortelano", "Julieta" y "La próxima piel", Emma Suárez arrastra una larga trayectoria profesional que suma una carrera de más de 40 años. Una de sus últimas apariciones es "70 Binladens", en la que su mirada protagonista guía en todo momento la línea dramática de la cinta. "Raquel es un personaje que obligaba a trabajar con los ojos y la mente. Requería mucha concentración y mucha contención. Era como tener una computadora en los ojos, pero fue muy divertido".
Así describe a Raquel Crespo, una mujer que arrastra una controvertida situación personal que le obliga a conseguir 35 000 euros en menos de 24 horas. Cuando dos atracadores se proponen desbalijar la sucursal en la que la protagonista se encuentra en ese momento, tendrá que dejarse guiar por la improvisación para concluir su objetivo. Una mujer llena de misterios que mantendrá alerta al espectador en todo momento.
"Es un personaje que te obliga a estar todo el tiempo contra la pared. Una mujer calculadora que tiene un plan que fracasa al comienzo de la película e inmediatamente ha de improvisar otro nuevo para conseguir lo que se propone. Además, la urgencia viene porque su hija está en peligro, lo que hace que su cabeza se acelere; y, a la vez, es alguien que esconde todo lo que está sucediendo", afirma.
A la hora de preparar a su personaje, confiesa que no fue tarea fácil: "Al principio, cuando leí el guion, no sabía muy bien cómo empezar". No obstante, supo desde el comienzo que debía ser una mujer aparentemente frágil, que pasara desapercibida. "Es algo que forma parte de su estrategia. Debía ser alguien que no te paras a mirar si te la encuentras por la calle y luego, a la vez, alguien que mide mucho sus palabras, una mentirosa profesional", detalla.
Para ello, llevó a cabo un profundo trabajo de documentación que la ayudara a encaminar su interpretación. "Fue Koldo, un cinéfilo muy apasionado, quien me habló de algunas películas que tenían algo que ver con lo que íbamos a hacer, como `Tarde de perros´, `Jackie Brown´ o `Sospechosos habituales´. A raíz de esas referencias empecé a componer este personaje. Luego, busqué en Internet historias de estafadoras que, aunque finalmente no te sirvan mucho, ayudan a encender tu imaginación. Y, por supuesto, también me basé en la literatura", explica.
E igual de complicado fue el cambio de registro cinematográfico. Pese a sentirse orgullosa de cada uno de los papeles que ha llevado a cabo, confiesa que tenía muchas ganas de interpretar un thriller, y cuando se le presentó la oportunidad, no la dejó escapar: "A mí lo que me gusta es cambiar de registros, hacer cosas diferentes, porque al final hacer lo mismo me aburre. No es fácil porque es verdad que, en esta industria, cuando interpretas un personaje que gusta y funciona, te encasilla. Y yo, justamente, no soy muy dramática en mi vida real, me gusta el sentido del humor, y aquí tenía la oportunidad de hacer algo que se salía de ese tono dramático, aunque tenga cierto drama".
Pero sobre todo, lo que más le llamó la atención a la hora embarcarse en esta nueva producción fue el hecho de trabajar con Koldo Serra, un director por el que siente una fuerte admiración: "Tiene muchísimo talento y es alguien con el que da gusto trabajar, es de esos directores con los que te sientes protegida. Sabe la historia que quiere contar y eso me daba mucha confianza".
Y a esto, añade otros muchos motivos, como el hecho de rodar el Bilbao o trabajar con un equipo tan profesional y completo. Detalla que "todo eso va sumando y hace que te sientas a gusto, te da confianza en lo que estás haciendo. Aunque, por otro lado, se convierte también en una gran responsabilidad el querer hacer un buen trabajo, porque cuando alguien confía en ti merece la pena devolvérselo".
Por otro lado, pese a ser un thriller dramático, "70 binladens" está teñido de dosis de humor, lo que hace que la tensión que se refleja en la película ofrezca también un halo de tranquilidad: "En la película había la tensión que tenía que haber, pero eso no significa que a la hora de cortar sigamos todos en esa tensión. Koldo tiene mucho sentido del humor y se notaba en el rodaje. En la película hay momentos para que el espectador se pueda soltar y reír, y eso pasaba también durante la grabación. Además, los personajes son todos personas muy peculiares, todos con su toque cómico. Por ello, siempre estaba la tensión que convenía pero acompañada de un espacio de humor, lo que hacía que fuera muy divertido".
Y así lo reitera al narrar varias anécdotas que califica como destacables del rodaje: "El interior era un banco real abandonado. Pero la parte de fuera estaba rodada en otro sitio. Por ello, pusieron un cajero falso en el exterior, y la gente iba a sacar dinero inconscientemente", cuenta entre risas.
A la hora de rodar, confiesa que una de las escenas más difíciles fue el momento de la pelea entre ella y Lola, el papel interpretado por Natalie Poza. "Las escenas de violencia -dice Suárez- fueron las que más nos costaron. Por mi parte, tenía mucho miedo de hacerle daño, y aunque había un especialista que nos enseñaba cómo pelear y reaccionar, siempre estaba ese temor".
Pero lo complicado no fue solo la interpretación, sino también toda esa parte técnica escondida tras los focos, algo muy requerido y necesario para plasmar dicha escena: "Primero hay una caracterización –la de las heridas tras cada golpe- que es muy progresiva. Teníamos que parar a cada puñetazo y añadir algo más de maquillaje. Y luego siempre es difícil colocar la cámara en un punto en el que parezca verdad lo que en realidad es mentira. Normalmente el tiempo está mandado, porque se rueda a última hora y hay que cortar el rodaje. Por eso, en estas situaciones, es muy importante la figura del director, porque es quien templa la situación y hace que se convierta en algo más distendido".
Para finalizar, Suárez vuelve la mirada atrás y relata la sensación que sintió la noche en la que se coronó con dos premios Goya en una misma gala, algo que recuerda con mucho cariño y emoción. "Fue una noche muy especial porque era imprevisible. Me hizo mucha ilusión y es algo que recuerdo de forma muy especial porque, además, ese mismo año coincidió con la nominación de mi hermano, director de arte", concluye.
Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.
Galardonada con tres premios Goya por sus interpretaciones en "El perro del hortelano", "Julieta" y "La próxima piel", Emma Suárez arrastra una larga trayectoria profesional que suma una carrera de más de 40 años. Una de sus últimas apariciones es "70 Binladens", en la que su mirada protagonista guía en todo momento la línea dramática de la cinta. "Raquel es un personaje que obligaba a trabajar con los ojos y la mente. Requería mucha concentración y mucha contención. Era como tener una computadora en los ojos, pero fue muy divertido".
Así describe a Raquel Crespo, una mujer que arrastra una controvertida situación personal que le obliga a conseguir 35 000 euros en menos de 24 horas. Cuando dos atracadores se proponen desbalijar la sucursal en la que la protagonista se encuentra en ese momento, tendrá que dejarse guiar por la improvisación para concluir su objetivo. Una mujer llena de misterios que mantendrá alerta al espectador en todo momento.
"Es un personaje que te obliga a estar todo el tiempo contra la pared. Una mujer calculadora que tiene un plan que fracasa al comienzo de la película e inmediatamente ha de improvisar otro nuevo para conseguir lo que se propone. Además, la urgencia viene porque su hija está en peligro, lo que hace que su cabeza se acelere; y, a la vez, es alguien que esconde todo lo que está sucediendo", afirma.
A la hora de preparar a su personaje, confiesa que no fue tarea fácil: "Al principio, cuando leí el guion, no sabía muy bien cómo empezar". No obstante, supo desde el comienzo que debía ser una mujer aparentemente frágil, que pasara desapercibida. "Es algo que forma parte de su estrategia. Debía ser alguien que no te paras a mirar si te la encuentras por la calle y luego, a la vez, alguien que mide mucho sus palabras, una mentirosa profesional", detalla.
Para ello, llevó a cabo un profundo trabajo de documentación que la ayudara a encaminar su interpretación. "Fue Koldo, un cinéfilo muy apasionado, quien me habló de algunas películas que tenían algo que ver con lo que íbamos a hacer, como `Tarde de perros´, `Jackie Brown´ o `Sospechosos habituales´. A raíz de esas referencias empecé a componer este personaje. Luego, busqué en Internet historias de estafadoras que, aunque finalmente no te sirvan mucho, ayudan a encender tu imaginación. Y, por supuesto, también me basé en la literatura", explica.
E igual de complicado fue el cambio de registro cinematográfico. Pese a sentirse orgullosa de cada uno de los papeles que ha llevado a cabo, confiesa que tenía muchas ganas de interpretar un thriller, y cuando se le presentó la oportunidad, no la dejó escapar: "A mí lo que me gusta es cambiar de registros, hacer cosas diferentes, porque al final hacer lo mismo me aburre. No es fácil porque es verdad que, en esta industria, cuando interpretas un personaje que gusta y funciona, te encasilla. Y yo, justamente, no soy muy dramática en mi vida real, me gusta el sentido del humor, y aquí tenía la oportunidad de hacer algo que se salía de ese tono dramático, aunque tenga cierto drama".
Pero sobre todo, lo que más le llamó la atención a la hora embarcarse en esta nueva producción fue el hecho de trabajar con Koldo Serra, un director por el que siente una fuerte admiración: "Tiene muchísimo talento y es alguien con el que da gusto trabajar, es de esos directores con los que te sientes protegida. Sabe la historia que quiere contar y eso me daba mucha confianza".
Y a esto, añade otros muchos motivos, como el hecho de rodar el Bilbao o trabajar con un equipo tan profesional y completo. Detalla que "todo eso va sumando y hace que te sientas a gusto, te da confianza en lo que estás haciendo. Aunque, por otro lado, se convierte también en una gran responsabilidad el querer hacer un buen trabajo, porque cuando alguien confía en ti merece la pena devolvérselo".
Por otro lado, pese a ser un thriller dramático, "70 binladens" está teñido de dosis de humor, lo que hace que la tensión que se refleja en la película ofrezca también un halo de tranquilidad: "En la película había la tensión que tenía que haber, pero eso no significa que a la hora de cortar sigamos todos en esa tensión. Koldo tiene mucho sentido del humor y se notaba en el rodaje. En la película hay momentos para que el espectador se pueda soltar y reír, y eso pasaba también durante la grabación. Además, los personajes son todos personas muy peculiares, todos con su toque cómico. Por ello, siempre estaba la tensión que convenía pero acompañada de un espacio de humor, lo que hacía que fuera muy divertido".
Y así lo reitera al narrar varias anécdotas que califica como destacables del rodaje: "El interior era un banco real abandonado. Pero la parte de fuera estaba rodada en otro sitio. Por ello, pusieron un cajero falso en el exterior, y la gente iba a sacar dinero inconscientemente", cuenta entre risas.
A la hora de rodar, confiesa que una de las escenas más difíciles fue el momento de la pelea entre ella y Lola, el papel interpretado por Natalie Poza. "Las escenas de violencia -dice Suárez- fueron las que más nos costaron. Por mi parte, tenía mucho miedo de hacerle daño, y aunque había un especialista que nos enseñaba cómo pelear y reaccionar, siempre estaba ese temor".
Pero lo complicado no fue solo la interpretación, sino también toda esa parte técnica escondida tras los focos, algo muy requerido y necesario para plasmar dicha escena: "Primero hay una caracterización –la de las heridas tras cada golpe- que es muy progresiva. Teníamos que parar a cada puñetazo y añadir algo más de maquillaje. Y luego siempre es difícil colocar la cámara en un punto en el que parezca verdad lo que en realidad es mentira. Normalmente el tiempo está mandado, porque se rueda a última hora y hay que cortar el rodaje. Por eso, en estas situaciones, es muy importante la figura del director, porque es quien templa la situación y hace que se convierta en algo más distendido".
Para finalizar, Suárez vuelve la mirada atrás y relata la sensación que sintió la noche en la que se coronó con dos premios Goya en una misma gala, algo que recuerda con mucho cariño y emoción. "Fue una noche muy especial porque era imprevisible. Me hizo mucha ilusión y es algo que recuerdo de forma muy especial porque, además, ese mismo año coincidió con la nominación de mi hermano, director de arte", concluye.
Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.