Film nacional "Un traductor", en salas cubanas
- por © Lidia Waya -NOTICINE.com
Film nacional "Un traductor", en salas cubanasFilm nacional "Un traductor", en salas cubanasEl Festival de Cine de Verano de Cuba ha proyectado y proyectará durante este verano casi 260 películas en los cines cubanos hasta el 1 de septiembre. Entre ellas, la producción cubano-canadiense "Un traductor", de los hermanos Barriuso, que se estrenó en Sundance el año pasado y fue vista en la última edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
Dirigida por los hermanos Rodrigo y Sebastián Barriuso y protagonizada por un elenco internacional en el que se encuentran el brasileño Rodrigo Santoro y los cubanos Eslinda Nuñez, Jorge Molina y Osvaldo Doimeadiós, la cinta cuenta la historia de La Habana en la década de 1980 donde Malin (Santoro), un profesor de literatura rusa de la Universidad de La Habana debe ejercer de traductor para los cientos de niños ucranianos víctimas del accidente de Chernóbil que buscan tratamiento médico en Cuba.
La opera prima de estos jóvenes directores obtuvo el premio a la Mejor Dirección en la 21 edición del Festival Internacional de Cine de Shanghai.
La película relata una anécdota personal de su propia familia y Rodrigo explicaba a OnCuba News que "nunca nos propusimos hacer una película autobiográfica. Como cineastas, para ambos es una prioridad abordar historias con un carácter social marcado y que, ante todo, no se hayan contado. Cuando Sebastián recordó esta historia, nos pareció que sería lindo hacer una película usándola como conflicto central, independientemente de que estuviera relacionada con nuestra familia. Decidimos titular la película 'Un traductor' en lugar de 'El traductor' precisamente porque reconocemos que nuestro padre fue uno de los tantos profesionales que fueron llamados para desarrollar esta labor".
A lo que Sebastián añadía los motivos que se les iban apareciendo: "Iban a cumplirse 30 años de la explosión de Chernóbil. La crisis de migración del pueblo sirio a raíz del estallido de la guerra allí y las reacciones de los distintos países europeos y Canadá fue decisiva también" y "la posibilidad de contar una historia universal en un contexto tan específico, donde el detalle, el localismo, añade valor visual y semántico a la obra, pero en un segundo plano, porque los elementos que la hacen universal son más relevantes. Eso para nosotros fue muy importante. Hay muchas obras que son más intimistas, y por ende el público es más limitado".
El protagonista de la película es el internacional astro brasileño Rodrigo Santoro, quien, según contaban los hermanos, "se enamoró del guion de tal modo que canceló las vacaciones y vino por dos meses a La Habana, con su esposa embarazada, a rodar la película".
El proceso de rodaje lo definían como "difícil en cualquier sitio, con cualquier cantidad de recursos, pero el contexto cubano tiene sus propias características".
Rodrigo comentaba que "cada experiencia es única y es difícil imaginarse las vicisitudes de cualquier otro cineasta haciendo su primera película. Basada en la historia personal o no, toda opera prima es sumamente personal y un encuentro con la vulnerabilidad propia; uno nunca sabe si una película va a quedar bien. La ópera prima es el acto consciente de pararse frente al mundo y mostrarle quién eres. Todas las películas son difíciles en su propia manera, pero esto es en gran medida lo que alienta y dan ganas de seguir adelante. Sin reto no hay diversión".
Sobre los nuevos proyectos, Sebastián confirmó que estaba desarrollando varios proyecto y uno de ellos con Asori Soto y Rodrigo contó que su próximo idea de largometraje es "la historia de Carmen, una mujer transgénero de 75 años que vive con Alzheimer en un hogar de ancianos donde se halla rodeada de homofobia y desamor. Su autodeterminación e identidad son puestos a prueba cuando la memoria a corto plazo se desvanece y Carmen comienza a regresar al hombre del cual transicionó, siendo incapaz de reconocerse a sí misma en el espejo".
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Dirigida por los hermanos Rodrigo y Sebastián Barriuso y protagonizada por un elenco internacional en el que se encuentran el brasileño Rodrigo Santoro y los cubanos Eslinda Nuñez, Jorge Molina y Osvaldo Doimeadiós, la cinta cuenta la historia de La Habana en la década de 1980 donde Malin (Santoro), un profesor de literatura rusa de la Universidad de La Habana debe ejercer de traductor para los cientos de niños ucranianos víctimas del accidente de Chernóbil que buscan tratamiento médico en Cuba.
La opera prima de estos jóvenes directores obtuvo el premio a la Mejor Dirección en la 21 edición del Festival Internacional de Cine de Shanghai.
La película relata una anécdota personal de su propia familia y Rodrigo explicaba a OnCuba News que "nunca nos propusimos hacer una película autobiográfica. Como cineastas, para ambos es una prioridad abordar historias con un carácter social marcado y que, ante todo, no se hayan contado. Cuando Sebastián recordó esta historia, nos pareció que sería lindo hacer una película usándola como conflicto central, independientemente de que estuviera relacionada con nuestra familia. Decidimos titular la película 'Un traductor' en lugar de 'El traductor' precisamente porque reconocemos que nuestro padre fue uno de los tantos profesionales que fueron llamados para desarrollar esta labor".
A lo que Sebastián añadía los motivos que se les iban apareciendo: "Iban a cumplirse 30 años de la explosión de Chernóbil. La crisis de migración del pueblo sirio a raíz del estallido de la guerra allí y las reacciones de los distintos países europeos y Canadá fue decisiva también" y "la posibilidad de contar una historia universal en un contexto tan específico, donde el detalle, el localismo, añade valor visual y semántico a la obra, pero en un segundo plano, porque los elementos que la hacen universal son más relevantes. Eso para nosotros fue muy importante. Hay muchas obras que son más intimistas, y por ende el público es más limitado".
El protagonista de la película es el internacional astro brasileño Rodrigo Santoro, quien, según contaban los hermanos, "se enamoró del guion de tal modo que canceló las vacaciones y vino por dos meses a La Habana, con su esposa embarazada, a rodar la película".
El proceso de rodaje lo definían como "difícil en cualquier sitio, con cualquier cantidad de recursos, pero el contexto cubano tiene sus propias características".
Rodrigo comentaba que "cada experiencia es única y es difícil imaginarse las vicisitudes de cualquier otro cineasta haciendo su primera película. Basada en la historia personal o no, toda opera prima es sumamente personal y un encuentro con la vulnerabilidad propia; uno nunca sabe si una película va a quedar bien. La ópera prima es el acto consciente de pararse frente al mundo y mostrarle quién eres. Todas las películas son difíciles en su propia manera, pero esto es en gran medida lo que alienta y dan ganas de seguir adelante. Sin reto no hay diversión".
Sobre los nuevos proyectos, Sebastián confirmó que estaba desarrollando varios proyecto y uno de ellos con Asori Soto y Rodrigo contó que su próximo idea de largometraje es "la historia de Carmen, una mujer transgénero de 75 años que vive con Alzheimer en un hogar de ancianos donde se halla rodeada de homofobia y desamor. Su autodeterminación e identidad son puestos a prueba cuando la memoria a corto plazo se desvanece y Carmen comienza a regresar al hombre del cual transicionó, siendo incapaz de reconocerse a sí misma en el espejo".
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