Charlamos con Antonio de la Torre, Raúl Arévalo y Chema del Barco por el estreno de "El plan"
- por © Miguel Toba-NOTICINE.com
Luego de pasar por la Seminci y el Festival de Sevilla, la película española "El plan", nueva película de Polo Menárguez ("Invierno en Europa"), se apresta a llegar a las salas, este fin de semana. NOTICNE.com estuvo con sus protagonistas, Antonio de la Torre ("El Reino"), Raúl Arévalo ("La isla mínima") y Chema del Barco ("Petra").
"El plan" es una adaptación de la obra teatral de Ignasi Vidal, en la que tres hombres y antiguos compañeros de trabajo han urdido un plan que pronto empieza a desmoronarse. La ambientación es en un modesto piso, con una decoración antigua y un tanto recargada y en la que se desarrolla el 90 por ciento de la historia.
Los tres protagonistas de "El plan" componen un retrato costumbrista del hombre medio español, con todos sus defectos, complejos y frustración latente e incluso con la etiqueta de perdedores.
"El espectador que la viva de una manera abierta y que no sepa nada de la película. A ver qué le parecen, qué sienten por los personajes y a ver qué le hace pensar al final", pide Antonio de la Torre. "Lo más difícil en una película de estas características, como es una película en un solo decorado, hay situaciones que no se enseñan, por lo que la expresividad es fundamental, todo se tiene ver en nuestras caras ya que no disponemos de un recurso en el que siga al actor yendo a tal sitio y hablando con tal persona", agrega el actor andaluz sobre las dificultades de adaptar una obra teatral, a lo que Raúl Arévalo añade rápidamente: "El reto era para mí llevar el personaje del teatro al cine en cuanto a los códigos teatrales y cinematográficos". Ambos coinciden en que adaptar el tono de la obra fue difícil: "Condiciona la cercanía del teatro. Hay que ser coherente con la propuesta que se cuenta para que la gente se lo crea, que es la norma número uno", explican los dos actores.
Por otro lado, Arévalo expone que "tenemos suerte de que las generaciones vayan cambiando por lo evidente que es tener una educación menos retrógrada y menos machista. Con ello puedes retratar otro tipo de hombres que hace años. Pero eso no significa que no sigan existiendo hombres como nuestros personajes".
En cuanto al tercer protagonista, Chema del Barco —que interpreta a Ramón—, detalla que "el equipo no era excesivamente grande y el piso resultó más amplio de lo que parecía. Luego era un piso de 200 metros cuadrados. Eso sí, para cambiar el set y los focos, teníamos que irnos a una habitación y escondernos allí. Un poco incómodo siempre es, pero al ser tres actores lo hemos llevado bien".
El papel ya fue asumido por Del Barco en la primera adaptación teatral. "'El plan' lo llevaba haciendo tres años y también hacía el mismo personaje. Esta obra la estrenamos en La Pensión de las Pulgas en Madrid, que básicamente era una habitación. Nosotros montamos 'El plan' en un salón y duramos dos meses. Era un sofá, una mesa, una tele y 30 personas alrededor de nosotros. El problema vino cuando salimos de allí para ir de gira a sitios más grandes, a mantener esa expresividad e intimidad en un teatro de 700 personas. Entonces, al hacer la película es como si hubiera vuelto a La Pensión de las Pulgas. Hacer otra vez 'El plan' en un espacio muy reducido, con 20 personas de equipo alrededor, era como una función en La Pensión de las Pulgas. El tono volvía a la cercanía con la que arrancamos cuando la empezamos en su momento", recuerda.
El actor opina que ha ido cambiando esa concepción, pero añade que "este español que mostramos en esta película desgraciadamente sigue existiendo. Estos hombres que cuando están solos y no hay mujeres y están viendo el fútbol mientras beben cervezas y comen pipas, tienen este tipo de lenguaje, este tipo de trato hacia las mujeres y es un tipo de personas que poco a poco deberíamos ir sacando de esta sociedad, pero que desgraciadamente están muy presentes, son muy reconocibles. El personaje que yo hago es el típico que todo el mundo diría 'con lo simpático que era, siempre saludaba'. Por eso la idea Ignasi y de Polo, es mostrar una realidad que desgraciadamente existió y sigue existiendo, pero que no tomamos partido por ningún lado. Mostramos esto que es muy crudo y desagradable, pero lamentablemente existe". Siguiendo en esta línea, añade que "para eliminar estos hábitos tan nocivos, el primer paso es mostrarlo para que la gente lo vea y pueda identificar a estos personajes. También es análogo a otros países, no es exclusivo al hombre español".
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"El plan" es una adaptación de la obra teatral de Ignasi Vidal, en la que tres hombres y antiguos compañeros de trabajo han urdido un plan que pronto empieza a desmoronarse. La ambientación es en un modesto piso, con una decoración antigua y un tanto recargada y en la que se desarrolla el 90 por ciento de la historia.
Los tres protagonistas de "El plan" componen un retrato costumbrista del hombre medio español, con todos sus defectos, complejos y frustración latente e incluso con la etiqueta de perdedores.
"El espectador que la viva de una manera abierta y que no sepa nada de la película. A ver qué le parecen, qué sienten por los personajes y a ver qué le hace pensar al final", pide Antonio de la Torre. "Lo más difícil en una película de estas características, como es una película en un solo decorado, hay situaciones que no se enseñan, por lo que la expresividad es fundamental, todo se tiene ver en nuestras caras ya que no disponemos de un recurso en el que siga al actor yendo a tal sitio y hablando con tal persona", agrega el actor andaluz sobre las dificultades de adaptar una obra teatral, a lo que Raúl Arévalo añade rápidamente: "El reto era para mí llevar el personaje del teatro al cine en cuanto a los códigos teatrales y cinematográficos". Ambos coinciden en que adaptar el tono de la obra fue difícil: "Condiciona la cercanía del teatro. Hay que ser coherente con la propuesta que se cuenta para que la gente se lo crea, que es la norma número uno", explican los dos actores.
Por otro lado, Arévalo expone que "tenemos suerte de que las generaciones vayan cambiando por lo evidente que es tener una educación menos retrógrada y menos machista. Con ello puedes retratar otro tipo de hombres que hace años. Pero eso no significa que no sigan existiendo hombres como nuestros personajes".
En cuanto al tercer protagonista, Chema del Barco —que interpreta a Ramón—, detalla que "el equipo no era excesivamente grande y el piso resultó más amplio de lo que parecía. Luego era un piso de 200 metros cuadrados. Eso sí, para cambiar el set y los focos, teníamos que irnos a una habitación y escondernos allí. Un poco incómodo siempre es, pero al ser tres actores lo hemos llevado bien".
El papel ya fue asumido por Del Barco en la primera adaptación teatral. "'El plan' lo llevaba haciendo tres años y también hacía el mismo personaje. Esta obra la estrenamos en La Pensión de las Pulgas en Madrid, que básicamente era una habitación. Nosotros montamos 'El plan' en un salón y duramos dos meses. Era un sofá, una mesa, una tele y 30 personas alrededor de nosotros. El problema vino cuando salimos de allí para ir de gira a sitios más grandes, a mantener esa expresividad e intimidad en un teatro de 700 personas. Entonces, al hacer la película es como si hubiera vuelto a La Pensión de las Pulgas. Hacer otra vez 'El plan' en un espacio muy reducido, con 20 personas de equipo alrededor, era como una función en La Pensión de las Pulgas. El tono volvía a la cercanía con la que arrancamos cuando la empezamos en su momento", recuerda.
El actor opina que ha ido cambiando esa concepción, pero añade que "este español que mostramos en esta película desgraciadamente sigue existiendo. Estos hombres que cuando están solos y no hay mujeres y están viendo el fútbol mientras beben cervezas y comen pipas, tienen este tipo de lenguaje, este tipo de trato hacia las mujeres y es un tipo de personas que poco a poco deberíamos ir sacando de esta sociedad, pero que desgraciadamente están muy presentes, son muy reconocibles. El personaje que yo hago es el típico que todo el mundo diría 'con lo simpático que era, siempre saludaba'. Por eso la idea Ignasi y de Polo, es mostrar una realidad que desgraciadamente existió y sigue existiendo, pero que no tomamos partido por ningún lado. Mostramos esto que es muy crudo y desagradable, pero lamentablemente existe". Siguiendo en esta línea, añade que "para eliminar estos hábitos tan nocivos, el primer paso es mostrarlo para que la gente lo vea y pueda identificar a estos personajes. También es análogo a otros países, no es exclusivo al hombre español".
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