Hablamos con Juanma Bajo Ulloa de "Baby", una película sobre la creación

por © Alvaro Juanas-NOTICINE.com
 Juanma Bajo Ulloa
Juanma Bajo Ulloa
El director vasco Juanma Bajo Ulloa vuelve a las salas de cine después de cinco años tras la comedia "Rey Gitano", con un film de suspense que se estrena en toda España este 18 de Diciembre. El conocido cineasta, autor de películas como "Alas de mariposa" o "La madre muerta", no dejará indiferente a nadie con su obra "Baby", una historia sobre la vida y la muerte a través de la maternidad. NOTICINE.com ha podido hablar en exclusiva con el autor sobre el significado de su último trabajo, su perspectiva del cine y los futuros proyectos en los que está trabajando.

- ¿Podría comenzar describiéndonos lo que significa esta obra para su autor?
Es una película que se pone en manos del espectador, es interpretable. Como espectador rechazo ese cine masticado que nos convierte casi en consumidores bulímicos, consumir y vomitar sin que quede poso. Esa película pretende dar al espectador esa autoridad de persona pensante que interpreta los símbolos, pero habla sobre todo de la vida y de la muerte. Y de la capacidad que tiene el amor en ese proceso, como dice el título es un viaje del temor al amor. Normalmente la gente está instalada en temores y en debilidades y eso nos impide avanzar, cuando nos empezamos a desprender de esos pesos de los temores es cuando somos capaces de avanzar en la vida.

- El film aborda el tema de la maternidad desde diferentes perspectivas, para lo que se han usado personajes únicamente femeninos, ¿Por qué lo ha tratado así?
La maternidad o la venta de niños es el tema de ficción que utilizo pero detrás lo que estoy hablando es de la creación, y la creación es la vida que pertenece al ámbito femenino. Los hombres podemos tener creatividad pero no capacidad de creación que es exclusivamente femenina. Además, cuando hablas de la vida, lo más valioso, lo haces de la muerte. La película es una historia de vida y muerte. La muerte hay que asumirla como parte del recorrido vital de cualquier persona u organismo, es nuestra mirada la que la ve como algo nocivo.

- Una película sin diálogos no encaja en los estándares convencionales, ¿le costó encontrar apoyos?
La empecé en el 2016 así que mira si costó. La industria o los poderes, como quieras llamarlos, están interesados en propiciar un tipo de obra para ser consumida, les interesa que seamos consumidores principalmente sin criterio. Cuanto más aborregados mejor, porque es consumir sin hacer preguntas ni dar problemas. Entonces es difícil cuando partes de una idea que pretende cuidar esa libertad creativa personal que pone en duda esa creación, te encuentras con muchos problemas porque no encajas. Ir por libre, fuera de esa maquinaria, se hace muy complicado pero al final hemos conseguido encontrar unos compañeros de viaje.

- ¿Que opinaron en concreto sobre suprimir los diálogos?
No había una decisión radical, fue un proceso. Yo tenía una idea pero dejé a la historia que fuera pidiendo su forma. El texto fue desapareciendo, algunos personajes también. Por ejemplo la protagonista era originalmente más mayor, había fracasado en su vida con las relaciones, la familia..., ya tenía una edad, de repente se queda embarazada y fracasa también con eso. Pero buscando lo más esencial, encontré interesante que fuera una chica joven y vulnerable. Al aparecer Rosie Day, vi que era ella. En todo ese proceso, me daba cuenta en el montaje que no necesitaba el texto porque me sobraba, era redundante porque ya lo narraban las herramientas del cine.

- En "Baby" se le da mucha importancia a la naturaleza ¿A qué se debe?
Igual que estoy hablando que yo valoro todos los elementos del cine, me pasa lo mismo con la naturaleza y el ser humano. El ser humano está desconectado de sí mismo, estamos conectados a cosas absurdas. La película lo que viene a decir es que somos un organismo completo. Cuando se desequilibra porque no estamos conectados tiende siempre a llamarnos la atención y a darnos una segunda oportunidad. Realmente la metáfora es que el organismo es completo y la desconexión nos lleva a la enfermedad. Un poco lo que está sucediendo ahora, que esta sociedad esté desconectada de sí misma es la acción y la reacción del universo es el desequilibrio medioambiental que está acabando con nosotros, la pandemia, enfermedades… Todo está conectado.

- Los protagonistas, que como usted ha dicho en alguna ocasión surgen de la visceralidad más primaria, se comportan muchas veces como animales. ¿Es el simbolismo algo fundamental en su cine?
Totalmente, cuándo tú usas una metáfora estás dejando libre la imaginación del espectador y además le estás permitiendo que la compare con su experiencia personal y que saque sus propias conclusiones. Yo no tengo una conclusión, No sé por qué hago esto. El creador cuando algo surge de lo más profundo de su alma, desde lo visceral, no puede evitarlo. A mi juicio, el creador debería ser emocional y visceral, y los políticos deberían ser racionales, pero se da el caso contrario. Algunos artistas tienen miedo a ser juzgados y hacen lo que se espera de ellos desde la racionalidad para intentar no ofender a nadie y contentar a todo el mundo. Eso no es la creación, es un poder manipulando el arte. Todo está siendo pervertido.

- La música y la fotografía ayudan a que todo encaje, ¿cuál es la importancia que tiene en sus trabajos?
Esta película es puramente atmosférica, pero en otras puede no haber música. Introduces al espectador en un universo y para introducirlo he echado mano de muchas herramientas. Para mí todas las herramientas del cine son igual de valiosas, así forman una obra artesanal llena de detalles muy cuidados. También el silencio es importante en esta película. En cuanto a la fotografía no solo es luz, también es oscuridad. Yo sé que hay películas que se acaban y se le dice al músico que ponga la música, jamás lo he comprendido. Mis músicos desde que conocen el guión ya están trabajando en la banda sonora e incluso he llegado a rodar con piezas ya creadas, determinando el ritmo de algunas escenas en función de la música que ya estaba hecha. No es un añadido, es parte de la narración.

- Sin duda es una obra arriesgada, ¿cree que le gustará al público?
La gente lo está interpretando a su manera qué es cómo se debe hacer. Les está llegando dos cosas: un mensaje de belleza y por otro lado la gente se está removiendo. Es una película en la que te llevas las escenas a casa, yo creo que esa emoción está siendo transmitida. En ese sentido estoy satisfecho.

- En muchas entrevistas usted ha hablado de la "cultura bulímica", ¿Cree que es un fenómeno al alza o que se está revirtiendo en los últimos años?
Está en alza. La prueba de ello es que el otro día estaba en un avión y ves a gente viendo películas y series en el móvil. No sé qué forma más grotesca hay de enfrentarse a una obra que verla en el móvil, es puramente llenar el tiempo y el vacío, no hay ninguna apreciación a la obra. Las películas se hacen para verlas en el cine, pero el mundo se ha vuelto cada vez más consumista a todos los niveles y estamos en una huida hacia delante en forma de progreso. Un progreso que no tiene fin. ¿Las películas en el 2020 son mejores que las que se hacían en el año 60? Yo creo que no. Ojalá el "progreso" hubiera dado mejores obras y películas, pero no las veo.

- ¿Qué hará Juanma Bajo Ulloa tras este proyecto? ¿Tiene algo en mente?
Este proyecto me va a llevar todavía largo recorrido, pero estamos preparando la siguiente película que se llama "El mal". Un thriller más convencional sobre la necesidad que tiene el ser humano de ser reconocido y la incapacidad que tiene él mismo para admitir su lado oscuro.

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