"Miculax, el regreso del Diablo" o la historia del peor asesino pederasta en Guatemala
- por © Alvaro Juanas-NOTICINE.com
Se anunció que la película guatemalteca "Miculax, el regreso del diablo" llegará a los principales cines nacionales el próximo día 18 de febrero. Basada en una actualización de la historia de José María Miculax Bux, el primer asesino en serie de la nación, que trasladará esta trágica historia a los nuevos espectadores y al presente. La cinta es la opera prima del cineasta Luis Garistú en un largometraje, pese a que cuenta en experiencia previa en cortos, y se rodó a lo largo de más de dos años, con actores locales como Mario Vallar, Sergio Antonio Batz o Roger Ovalle, entre otros, lo que puede suponer un claro empujón hacia sus carreras en el caso que el film logre ser un éxito tanto de taquilla como de la crítica.
La historia se centrará en José María Miculax, el conocido como el "Coco Guatemalteco", que tomó protagonismo a mediados de los años 40 por ser considerado el primer homicida serial del país confirmado. Se le atribuyeron casi una veintena de asesinatos junto a su primo, todos ellos niños y adolescentes varones a los que violaba y estrangulaba, en un plazo de menos de cuatro meses. La nación pidió públicamente al gobierno de Juan José Arévalo que se encontraran a los culpables cuanto antes y que se les juzgará con la mayor dureza posible, algo que fue posible gracias a la colaboración de una señora que dijo haberlo visto acompañando a un chico. El criminal fue condenado a morir fusilado, siendo sus últimas voluntades poder hacerlo en traje y con dos octavas de una botella.
Sin embargo, la trama no trata exactamente de él, sino que se ambienta en la actualidad. Algo curioso es que su cabeza le fue extraída del cuerpo para poder ser analizada en una clínica y comprobar si la psicopatía era una característica fisiológica del cerebro, hospital de dónde desapareció misteriosamente años después. A partir de este hecho real, parte de la premisa que la calavera ha sido encontrada por el nieto de uno de los científicos que estudiaron el caso y sin querer inyecta genes de Miculax a un hombre alcohólico desatando una serie de asesinatos similares a los acontecidos setenta años atrás, poniendo de nuevo a los ciudadanos más jóvenes en peligro. La cinta conseguirá así hacer que los espectadores se encuentren en tensión en todo momento.
El cineasta se ha mostrado feliz de poder haber llevado a cabo un proyecto así debido a que "me llamó la atención la historia, porque, lamentablemente seguimos teniendo ‘Miculaxes’ en la historia". Para darle un realismo total a la producción, fue rodada íntegramente en los parajes de San Juan Obispo y con un elenco "ciento por ciento guatemalteco". El director, quién cuenta con una extensa trayectoria como dramaturgo y actor de teatro dentro de sus fronteras, ha querido aclarar que la película no pretende reavivar el debate de la pena de muerte, todavía legal en Guatemala a nivel jurídico pero sin ningún delito al que se le pueda aplicar de manera real, si no "la cruda realidad del riesgo de la niñez que no debería estar pasando".
El largometraje se une así a una nueva ola de cine guatemalteco que está consiguiendo que se consagre la industria tanto dentro como fuera del país. Entre ellas se encuentran las realizadas por Jayro Bustamante como "Ixcanul", "Temblores" o "La llorona", siendo esta última seleccionada para competir en prestigiosos certámenes como el Festival de La Habana o los Premios Goya y que además se cree que pueda ser escogida en la categoría de Mejor Película Internacional de los Oscar, la última obra de Kenneth Muller "Septiembre, un llanto de silencio", sobre la guerrilla durante los años 80, o "Los fantasmas" de Sebastián Lojo, una historia de robos y engaños en la capital del estado.
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La historia se centrará en José María Miculax, el conocido como el "Coco Guatemalteco", que tomó protagonismo a mediados de los años 40 por ser considerado el primer homicida serial del país confirmado. Se le atribuyeron casi una veintena de asesinatos junto a su primo, todos ellos niños y adolescentes varones a los que violaba y estrangulaba, en un plazo de menos de cuatro meses. La nación pidió públicamente al gobierno de Juan José Arévalo que se encontraran a los culpables cuanto antes y que se les juzgará con la mayor dureza posible, algo que fue posible gracias a la colaboración de una señora que dijo haberlo visto acompañando a un chico. El criminal fue condenado a morir fusilado, siendo sus últimas voluntades poder hacerlo en traje y con dos octavas de una botella.
Sin embargo, la trama no trata exactamente de él, sino que se ambienta en la actualidad. Algo curioso es que su cabeza le fue extraída del cuerpo para poder ser analizada en una clínica y comprobar si la psicopatía era una característica fisiológica del cerebro, hospital de dónde desapareció misteriosamente años después. A partir de este hecho real, parte de la premisa que la calavera ha sido encontrada por el nieto de uno de los científicos que estudiaron el caso y sin querer inyecta genes de Miculax a un hombre alcohólico desatando una serie de asesinatos similares a los acontecidos setenta años atrás, poniendo de nuevo a los ciudadanos más jóvenes en peligro. La cinta conseguirá así hacer que los espectadores se encuentren en tensión en todo momento.
El cineasta se ha mostrado feliz de poder haber llevado a cabo un proyecto así debido a que "me llamó la atención la historia, porque, lamentablemente seguimos teniendo ‘Miculaxes’ en la historia". Para darle un realismo total a la producción, fue rodada íntegramente en los parajes de San Juan Obispo y con un elenco "ciento por ciento guatemalteco". El director, quién cuenta con una extensa trayectoria como dramaturgo y actor de teatro dentro de sus fronteras, ha querido aclarar que la película no pretende reavivar el debate de la pena de muerte, todavía legal en Guatemala a nivel jurídico pero sin ningún delito al que se le pueda aplicar de manera real, si no "la cruda realidad del riesgo de la niñez que no debería estar pasando".
El largometraje se une así a una nueva ola de cine guatemalteco que está consiguiendo que se consagre la industria tanto dentro como fuera del país. Entre ellas se encuentran las realizadas por Jayro Bustamante como "Ixcanul", "Temblores" o "La llorona", siendo esta última seleccionada para competir en prestigiosos certámenes como el Festival de La Habana o los Premios Goya y que además se cree que pueda ser escogida en la categoría de Mejor Película Internacional de los Oscar, la última obra de Kenneth Muller "Septiembre, un llanto de silencio", sobre la guerrilla durante los años 80, o "Los fantasmas" de Sebastián Lojo, una historia de robos y engaños en la capital del estado.
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