Sebastián Cordero reflexiona sobre su carrera ante el estreno de "Sumergible"
- por © Lucía Martín Muñoz-NOTICINE.com
Sebastián Cordero, uno de los directores de Ecuador más reconocidos, habla sobre su trayectoria y sobre su visión del cine como "cinéfilo y como cineasta", con motivo del reciente estreno ecuatoriano de "Sumergible", film de su compatriota Alfredo León, del que es coproductor.
Cordero, conocido por títulos como "Crónicas", "Rabia" o "Sin muertos no hay carnaval", entre otras, saltó a la fama con "Ratas, Ratones y Rateros" (1999), un film que se convirtió en una de las obras ecuatorianas de mayor renombre y de gran orgullo nacional sobre la que destacaba en una entrevista para El Comercio: "Lo que pasó con ‘Ratas’ es que se volvió un emblema y la gente se identificó. Eran tiempos en que comenzaba el ‘sí se puede’. Creo que, si me pusiera a hacer una película pensando en que quiero lograr eso, me muero".
Ahora presenta "Sumergible", un largometraje que coproduce bajo la dirección de por Alfredo León, que narra la historia de cuatro narcos que quedan atrapados en un submarino con un desperfecto. Al igual que en la cinta de Ratas, los personajes transgreden más allá de sus problemas: "Me interesa la transgresión, los personajes oscuros, supongo que hay un tema de sacarse los monstruos que uno tiene".
Para el ecuatoriano el ser cineasta conlleva una responsabilidad: "Tienes que acompañar la película hasta el final y hacer la mejor versión posible. Y te das cuenta de repente que debes hacer cambios por razones logísticas, prácticas y de presupuesto. Hasta hay cosas que pasan que están más allá de cualquier presupuesto. Un actor se peleó con su pareja y lo echaron de la casa y no estaba en la onda necesaria para la escena que querías filmar. Y lo que toca es buscar la solución".
La industria del cine se encuentra en un momento complejo por la crisis del COVID-19 que ha provocado que se paralice y ralentice la producción cinematográfica, un golpe duro que acentúa aún más la visión de Cordero sobre la posibilidad de llevar a cabo ciertas ideas: "Los proyectos son como los sueños. En la cabeza sabes que algún día quisieras que se materialice en una película. Pasan los años y, por el hecho de que no son fáciles de levantar, muchos se quedan en el archivo de proyectos. Y hay algunos que yo sé que se harán y otros que no. Uno vive con el sueño de esas películas futuras. Sería interesante hacer un documental de guiones no producidos, de cosas que no lograron ver la luz".
El quiteño difiere en su percepción sobre sus gustos cinematográficos dependiendo si está tratando un film como cinéfilo o cineasta: "Como cinéfilo, veo películas de géneros distintos; como cineasta, me concentro en algo que no es una decisión consciente porque quiero explorar diversos caminos". Aunque la devoción que siente Cordero sobre el cine es inmensa, no niega el agotamiento y cansancio que suponen los rodajes: "Son días durísimos. Rodar 45 días es correr una maratón. No todos los días serán buenos. Habrá cinco días increíbles, unos cinco horribles. Es así. Hay que sacarle el jugo...". Y aunque lo complejo sea sacarle el jugo a lo malo, el ecuatoriano tiene claro la forma de hacerlo: "Minimizándolo, buscando la manera de destilar la esencia. Generalmente lo malo no es malo de gratis. Suena simplista, pero si algo no está funcionando es porque hay algún elemento que no calza y muchas veces no nos damos cuenta. Son cosas en las que vienes trabajando mucho tiempo; en el papel funcionaban y de repente algo no calza".
Tras 23 años de trayectoria y con las visiones muy claras sobre la industria cinematográfica y su funcionamiento, Sebastián Cordero estrenó "Sumergibles", que ya puede verse en las salas de cine y en la plataforma de streaming, Touché Premiere.
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Cordero, conocido por títulos como "Crónicas", "Rabia" o "Sin muertos no hay carnaval", entre otras, saltó a la fama con "Ratas, Ratones y Rateros" (1999), un film que se convirtió en una de las obras ecuatorianas de mayor renombre y de gran orgullo nacional sobre la que destacaba en una entrevista para El Comercio: "Lo que pasó con ‘Ratas’ es que se volvió un emblema y la gente se identificó. Eran tiempos en que comenzaba el ‘sí se puede’. Creo que, si me pusiera a hacer una película pensando en que quiero lograr eso, me muero".
Ahora presenta "Sumergible", un largometraje que coproduce bajo la dirección de por Alfredo León, que narra la historia de cuatro narcos que quedan atrapados en un submarino con un desperfecto. Al igual que en la cinta de Ratas, los personajes transgreden más allá de sus problemas: "Me interesa la transgresión, los personajes oscuros, supongo que hay un tema de sacarse los monstruos que uno tiene".
Para el ecuatoriano el ser cineasta conlleva una responsabilidad: "Tienes que acompañar la película hasta el final y hacer la mejor versión posible. Y te das cuenta de repente que debes hacer cambios por razones logísticas, prácticas y de presupuesto. Hasta hay cosas que pasan que están más allá de cualquier presupuesto. Un actor se peleó con su pareja y lo echaron de la casa y no estaba en la onda necesaria para la escena que querías filmar. Y lo que toca es buscar la solución".
La industria del cine se encuentra en un momento complejo por la crisis del COVID-19 que ha provocado que se paralice y ralentice la producción cinematográfica, un golpe duro que acentúa aún más la visión de Cordero sobre la posibilidad de llevar a cabo ciertas ideas: "Los proyectos son como los sueños. En la cabeza sabes que algún día quisieras que se materialice en una película. Pasan los años y, por el hecho de que no son fáciles de levantar, muchos se quedan en el archivo de proyectos. Y hay algunos que yo sé que se harán y otros que no. Uno vive con el sueño de esas películas futuras. Sería interesante hacer un documental de guiones no producidos, de cosas que no lograron ver la luz".
El quiteño difiere en su percepción sobre sus gustos cinematográficos dependiendo si está tratando un film como cinéfilo o cineasta: "Como cinéfilo, veo películas de géneros distintos; como cineasta, me concentro en algo que no es una decisión consciente porque quiero explorar diversos caminos". Aunque la devoción que siente Cordero sobre el cine es inmensa, no niega el agotamiento y cansancio que suponen los rodajes: "Son días durísimos. Rodar 45 días es correr una maratón. No todos los días serán buenos. Habrá cinco días increíbles, unos cinco horribles. Es así. Hay que sacarle el jugo...". Y aunque lo complejo sea sacarle el jugo a lo malo, el ecuatoriano tiene claro la forma de hacerlo: "Minimizándolo, buscando la manera de destilar la esencia. Generalmente lo malo no es malo de gratis. Suena simplista, pero si algo no está funcionando es porque hay algún elemento que no calza y muchas veces no nos damos cuenta. Son cosas en las que vienes trabajando mucho tiempo; en el papel funcionaban y de repente algo no calza".
Tras 23 años de trayectoria y con las visiones muy claras sobre la industria cinematográfica y su funcionamiento, Sebastián Cordero estrenó "Sumergibles", que ya puede verse en las salas de cine y en la plataforma de streaming, Touché Premiere.
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