Julián Hernández estrena drama social feminista "La Diosa del Asfalto"
- por © Noemí Romero Vera-NOTICINE.com
El próximo 29 de abril se estrena en la Cineteca Nacional la cinta mexicana "La Diosa del Asfalto", el sexto largometraje del reconocido cineasta Julián Hernández ("Mil nubes de paz cercan el cielo, amor jamás acabarás de ser amor", "El cielo dividido"), un drama coming-of-age que expone otro panorama del "empoderamiento femenino", a través de un grupo de contracultura formado por 5 chicas interpretadas por actrices consideradas como nuevos y prometedores talentos, encabezadas por Ximena Romo ("Esto no es Berlín", "Como si fuera la primera vez") y Mabel Cadena ("Hernán, Ingobernable").
Esta producción es la segunda –después de su último trabajo "Rencor tatuado"– en la que Julián Hernández aborda un guion que no es de su autoría ni trata sobre relaciones homosexuales masculinas, una constante de sus primeros films, sino de la guionista Inés Morales -quien, basada en experiencias personales de la también guionista Susana Quiroz-, crea un universo de personajes poderosos y comprometidos, en donde la perspectiva de género genera una identidad femenina inteligente y vigorosa, llena de personalidades entrañables y necesarias.
"El compartir mi experiencia con Inés Morales me ayudo a cicatrizar las heridas del pasado y a recordar a mis valedoras de coraza, morrillas de catorce y dieciséis años que luchamos por ser visibles y ganarnos un respeto dentro del barrio; así fue como formamos nuestras propias bandas de chavas, y yo pertenecí a "Las lágrimas rockers", ha afirmado Quiroz sobre el guion en conjunto con Morales.
La trama de la cinta también está inspirada en la historia de "Las castradoras de Santa Fe", una de las bandas femeninas que operaban, en los ochenta, al sur de la Ciudad de México, cuyas integrantes eran jóvenes de entre 12 y 18 años que vestían chamarras de piel, jeans y botas de casquillo. Así, en la película, Max, Ramira, Guama, Sonia y La Carcacha se quedan en la raya persiguiendo sus sueños de amistad, lealtad, comunicación y amor. Se arriesgan todas las noches en su búsqueda, antes de dejarse abatir por la desconfianza, y juntas enfrentan sus miedos sobre las calles, las barrancas y las avenidas de un barrio que ha marcado su adolescencia y su infancia.
Con esta nueva producción, Hernández ha apostado por seguir una línea consecuente a su lenguaje cinematográfico y los temas innovadores que siempre ha planteado en sus anteriores trabajos, pero ahora buscando atraer nuevas miradas y espectadores que se identifiquen con los temas que se plantean de manera más directa. Así, en un comunicado de prensa ha asegurado que busca destacar la aspereza y la austeridad de las vidas de las protagonistas, desde la ternura y la identificación, desde la inocencia y su lucha por conservar una identidad: la del barrio; destacando valores como la sororidad, la lealtad, el liderazgo y el feminismo, y poniendo de telón de fondo un tema de discusión de dolorosa actualidad "que hace necesaria y urgente su denuncia y reflexión".
La actriz que interpreta a Max, Ximena Romo, ha confesado que su personaje es lo más arriesgado y difícil que ha hecho en toda su carrera, y que implicó un cambio radical tanto física como emocionalmente para poder encarnar a una mujer que se resiste a ser la víctima de su entorno violento y machista, convirtiéndose en una líder que defiende y aboga por cada una de sus amigas: "Para mí, lo primero fue entender que estas personas no tienen un futuro comprado, no le importan a nadie más que a ellas mismas, han sido olvidadas por la sociedad y su única manera de sobrevivir es uniéndose en esta banda".
A pesar de las dificultades en la interpretación, Romo también ha asegurado que el ambiente del set siempre fue de mucha complicidad y compañerismo, y entre las cinco compañeras se creó un vínculo que traspasó la ficción, volviéndose apoyo y contención de todas: "cada una aportaba algo singular al trabajo haciendo de este reparto de lo más acertado de la película".
Como dato anecdótico, las canciones que acompañan a la narración de la cinta -que fue rodada por entero en la Ciudad de México en 2018- fueron compuestas e interpretadas por Jessy Bulbo, bajista y vocalista de la banda de rock mexicano con gran repercusión en el imaginario musical desde los años noventa, Las Ultrasónicas.
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Esta producción es la segunda –después de su último trabajo "Rencor tatuado"– en la que Julián Hernández aborda un guion que no es de su autoría ni trata sobre relaciones homosexuales masculinas, una constante de sus primeros films, sino de la guionista Inés Morales -quien, basada en experiencias personales de la también guionista Susana Quiroz-, crea un universo de personajes poderosos y comprometidos, en donde la perspectiva de género genera una identidad femenina inteligente y vigorosa, llena de personalidades entrañables y necesarias.
"El compartir mi experiencia con Inés Morales me ayudo a cicatrizar las heridas del pasado y a recordar a mis valedoras de coraza, morrillas de catorce y dieciséis años que luchamos por ser visibles y ganarnos un respeto dentro del barrio; así fue como formamos nuestras propias bandas de chavas, y yo pertenecí a "Las lágrimas rockers", ha afirmado Quiroz sobre el guion en conjunto con Morales.
La trama de la cinta también está inspirada en la historia de "Las castradoras de Santa Fe", una de las bandas femeninas que operaban, en los ochenta, al sur de la Ciudad de México, cuyas integrantes eran jóvenes de entre 12 y 18 años que vestían chamarras de piel, jeans y botas de casquillo. Así, en la película, Max, Ramira, Guama, Sonia y La Carcacha se quedan en la raya persiguiendo sus sueños de amistad, lealtad, comunicación y amor. Se arriesgan todas las noches en su búsqueda, antes de dejarse abatir por la desconfianza, y juntas enfrentan sus miedos sobre las calles, las barrancas y las avenidas de un barrio que ha marcado su adolescencia y su infancia.
Con esta nueva producción, Hernández ha apostado por seguir una línea consecuente a su lenguaje cinematográfico y los temas innovadores que siempre ha planteado en sus anteriores trabajos, pero ahora buscando atraer nuevas miradas y espectadores que se identifiquen con los temas que se plantean de manera más directa. Así, en un comunicado de prensa ha asegurado que busca destacar la aspereza y la austeridad de las vidas de las protagonistas, desde la ternura y la identificación, desde la inocencia y su lucha por conservar una identidad: la del barrio; destacando valores como la sororidad, la lealtad, el liderazgo y el feminismo, y poniendo de telón de fondo un tema de discusión de dolorosa actualidad "que hace necesaria y urgente su denuncia y reflexión".
La actriz que interpreta a Max, Ximena Romo, ha confesado que su personaje es lo más arriesgado y difícil que ha hecho en toda su carrera, y que implicó un cambio radical tanto física como emocionalmente para poder encarnar a una mujer que se resiste a ser la víctima de su entorno violento y machista, convirtiéndose en una líder que defiende y aboga por cada una de sus amigas: "Para mí, lo primero fue entender que estas personas no tienen un futuro comprado, no le importan a nadie más que a ellas mismas, han sido olvidadas por la sociedad y su única manera de sobrevivir es uniéndose en esta banda".
A pesar de las dificultades en la interpretación, Romo también ha asegurado que el ambiente del set siempre fue de mucha complicidad y compañerismo, y entre las cinco compañeras se creó un vínculo que traspasó la ficción, volviéndose apoyo y contención de todas: "cada una aportaba algo singular al trabajo haciendo de este reparto de lo más acertado de la película".
Como dato anecdótico, las canciones que acompañan a la narración de la cinta -que fue rodada por entero en la Ciudad de México en 2018- fueron compuestas e interpretadas por Jessy Bulbo, bajista y vocalista de la banda de rock mexicano con gran repercusión en el imaginario musical desde los años noventa, Las Ultrasónicas.
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