Rossana Díaz Costa habla sobre el estreno de "Un mundo para Julius"

por © Eva Ramos-NOTICINE.com
Rossana Díaz Costa
Rossana Díaz Costa
La directora y guionista peruana Rossana Díaz Costa estrena este jueves, "Un mundo para Julius", adaptación cinematográfica de la novela de Alfredo Bryce Echenique, y ha querido revelar algunos detalles sobre su producción, como la lucha con el estado peruano por conseguir financiación a lo largo de varios años para que la película pudiera ver la luz.

En una entrevista con la página de Facebook Actores Peruanos, Díaz Costa ha hablado de las dificultades de producir un cine que no es comercial. Su primera película, "Viaje a Tombuctú", de 2014, fue íntegramente financiada con dinero de premios: el Premio del Ministerio de Cultura, el Premio de Ibermedia, que gestiona España, y el fondo del INCAA, que es un fondo estatal argentino. Pero manifiesta que creyó que iba a ser más fácil conseguir financiación para "Un mundo para Julius".

"Se ha hecho con dinero del Estado español, con dinero del Estado argentino nuevamente, no fue fácil conseguir financiación del Estado peruano a pesar de que es un producto cultural", comenta. Quedó en tres ocasiones como finalista en los DAFO del Ministerio de Cultura, y siempre los problemas que le ponían venían referidos a la producción, por miedo a darle el premio y que se quedara sin rodar la película porque faltara mucho más dinero. "La última vez que postulé al premio ya tenía todo, el dinero de España, de Argentina, la única pieza que faltaba era la de la DAFO, y no me dieron el premio. Fue una cosa completamente loca, porque en el jurado había dos personas que no eran peruanos, una persona de Colombia y una persona de Chile", se lamenta.

Parece ser que en países como Colombia o Chile, las estimaciones de la película, que eran de unos 250 000 o 300 000 espectadores, se consideran una supertaquilla. "Para nosotros, en Perú, eso no es una supertaquilla, acá hay gente que ha hecho más de un millón de espectadores con comedias", ha destacado la directora, ensalzando al público peruano: "Muchas veces nos estamos tirando tierra a nosotros mismos, pero en otros países que tienen más cinematografía que nosotros, la gente no va tanto al cine. Al peruano le gusta ir al cine, por lo menos era así en época prepandemia".

La única financiación del Ministerio de Cultura se ha recibido para la postproducción. Tampoco las empresas grandes que suelen apadrinar estos proyectos quisieron financiarla: "Están esperando solamente darle dinero a las comedias. Hay un problema grande de que no apoyan un proyecto que puede ser cultural, no lo ven en sus números. Pero lo que sí salió son auspicios de inversionistas privados, personas a las que les encanta la novela y han puesto dinero".  

En cuanto a la finalidad del proyecto, Rossana desea que sirva para que la gente reflexione sobre la problemática social del país, que se abra un diálogo, al igual que intentaba en su anterior film: "Las dos películas las he hecho pensando que puede ir también un niño grande o un adolescente, es apta para todos. Un niño de la edad de Julius la puede ver perfectamente y lo que no entienda se lo tendrá que preguntar a sus padres. Ahí ya surge un diálogo entre la familia acerca de temas muy peruanos, le pueden hablar acerca del racismo, de la desigualdad, de cómo es Perú, por qué pasan estas cosas".

Junto a esto, ha señalado la importancia de dar a conocer una novela cumbre de la literatura peruana como es la de Bryce Echenique. Se lamenta de que las adaptaciones de obras "canónicas" de su historia se hayan realizado ya en el siglo pasado: "Hay alguna versión de una obra de teatro, de una obra de autoayuda escrita por un periodista, pero no de la literatura más importante de nuestro país. Ha pasado algo, ha habido más guiones originales, lo cual está muy bien, pero creo que siendo un país con una literatura tan rica debería de haber más adaptaciones". Cree que hay que resucitar esta novela, sobre todo para los lectores más jóvenes.

Recordando su trayectoria, ha querido remarcar que comenzó sus estudios en literatura y tuvo que ser con una beca de literatura como llegara a España, pero con la intención de estudiar cine. Estuvo en dos escuelas mientras compatibilizaba sus estudios con su trabajo de profesora: "Me quedé 12 años a vivir en España, fue allá que pude estudiar cine en una escuela de cine".

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