Liliana Torres escribe sobre "¿Qué hicimos mal?"
- por © Avalon-NOTICINE.com
Por Liliana Torres *
¿Qué hicimos mal?: Es una pregunta que nos hacemos cada dos, tres, cinco, diez, u once años en los casos más excepcionales ¿Qué cojones hemos hecho mal esta vez? Es la pregunta que se hace mi generación cuando una pareja rompe.
A nadie le pasa desapercibido que las parejas actuales no son como las de antes, no duran toda la vida, en el mejor de los casos, una o dos décadas ¿mejor? Este romper constante del compromiso de pareja trae consigo muchas preguntas: ¿sabemos si es mejor el compromiso para toda la vida o el compromiso a corto-medio término? ¿es posible saberlo? Una de las diferencias fundamentales son las familias con una estructura no clásica, la progenie continua, pero no el modelo familiar. Fruto de este rompimiento generalizado la institución de la pareja también cambia: un domicilio para el padre y uno para la madre, padres y madres de segunda y tercera relación (los padrastros y madrastras), etc. Este es un fenómeno que determina nuestra existencia, no sólo como personas o sociedad, si no también como especie. Entre las teorías que se esgriman, hay quienes afirman que somos la generación bisagra entre el compromiso de toda la vida, con el que secretamente estamos obligados a soñar, y los compromisos itinerantes. Estamos educadas y educados en modelos que ya no se corresponden con lo que vivimos, pero ni siquiera sabemos o podemos saber, si las nuevas parejas son fruto de una emancipación emocional y económica real o son un subproducto de la sociedad de consumo neoliberal.
Volvamos. ¿Qué hicimos mal? Esto es lo que se pregunta la protagonista de mi guion. Intenta averiguarlo recorriendo hacia atrás su árbol marital – a través de tres entrevistas a sus exparejas - mientras lucha por mantener la pareja que tiene y que poco a poco se le desmonta por su incapacidad de entender las mutaciones de eso que creemos "el amor". El título es una pregunta y una excusa para hacernos un planteamiento más amplio de este fenómeno de cambio en el compromiso.
Para mí el cine es uno de los vehículos a través de los cuales la humanidad se explica las historias que contienen la esencia de nuestra existencia. En mi caso particular, es un vehículo que tiene dos volantes, con uno voy hacia delante, a visitar la/el espectador/a, y con el otro volante, voy hacia atrás, hacia mi interior en busca de aquello que para mí es necesario explicar del momento vital que vivo. Esa necesidad, cuando es auténtica, es también la conexión con algo universal que produce la magia de la identificación y entendimiento profundo. En este caso es entender la intimidad en la actualidad. Una necesidad que surge de la constatación de unos patrones que se repiten circularmente en mi vida, que me agotan y me desilusionan, me frustran y me desesperan y que me impulsa con urgencia a mirar desde fuera – buscar la perspectiva – el origen de esos patrones y con ello también, la forma de dejar de repetirlos. Al abrir la perspectiva la mirada se extiende más allá de las propias limitaciones y se abre al alcance generacional del conflicto haciendo de la película un elemento de identidad de los días de intimidad que vivimos.
(*): La española Liliana Torres, formada en la ESCAC barcelonesa y en México, debutó en la ficción con "Family Tour", hace ocho años. "¿Qué hicimos mal?", su segundo largometraje de ficción, se ha estrenado este 10 de diciembre en cines ibéricos.
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¿Qué hicimos mal?: Es una pregunta que nos hacemos cada dos, tres, cinco, diez, u once años en los casos más excepcionales ¿Qué cojones hemos hecho mal esta vez? Es la pregunta que se hace mi generación cuando una pareja rompe.
A nadie le pasa desapercibido que las parejas actuales no son como las de antes, no duran toda la vida, en el mejor de los casos, una o dos décadas ¿mejor? Este romper constante del compromiso de pareja trae consigo muchas preguntas: ¿sabemos si es mejor el compromiso para toda la vida o el compromiso a corto-medio término? ¿es posible saberlo? Una de las diferencias fundamentales son las familias con una estructura no clásica, la progenie continua, pero no el modelo familiar. Fruto de este rompimiento generalizado la institución de la pareja también cambia: un domicilio para el padre y uno para la madre, padres y madres de segunda y tercera relación (los padrastros y madrastras), etc. Este es un fenómeno que determina nuestra existencia, no sólo como personas o sociedad, si no también como especie. Entre las teorías que se esgriman, hay quienes afirman que somos la generación bisagra entre el compromiso de toda la vida, con el que secretamente estamos obligados a soñar, y los compromisos itinerantes. Estamos educadas y educados en modelos que ya no se corresponden con lo que vivimos, pero ni siquiera sabemos o podemos saber, si las nuevas parejas son fruto de una emancipación emocional y económica real o son un subproducto de la sociedad de consumo neoliberal.
Volvamos. ¿Qué hicimos mal? Esto es lo que se pregunta la protagonista de mi guion. Intenta averiguarlo recorriendo hacia atrás su árbol marital – a través de tres entrevistas a sus exparejas - mientras lucha por mantener la pareja que tiene y que poco a poco se le desmonta por su incapacidad de entender las mutaciones de eso que creemos "el amor". El título es una pregunta y una excusa para hacernos un planteamiento más amplio de este fenómeno de cambio en el compromiso.
Para mí el cine es uno de los vehículos a través de los cuales la humanidad se explica las historias que contienen la esencia de nuestra existencia. En mi caso particular, es un vehículo que tiene dos volantes, con uno voy hacia delante, a visitar la/el espectador/a, y con el otro volante, voy hacia atrás, hacia mi interior en busca de aquello que para mí es necesario explicar del momento vital que vivo. Esa necesidad, cuando es auténtica, es también la conexión con algo universal que produce la magia de la identificación y entendimiento profundo. En este caso es entender la intimidad en la actualidad. Una necesidad que surge de la constatación de unos patrones que se repiten circularmente en mi vida, que me agotan y me desilusionan, me frustran y me desesperan y que me impulsa con urgencia a mirar desde fuera – buscar la perspectiva – el origen de esos patrones y con ello también, la forma de dejar de repetirlos. Al abrir la perspectiva la mirada se extiende más allá de las propias limitaciones y se abre al alcance generacional del conflicto haciendo de la película un elemento de identidad de los días de intimidad que vivimos.
(*): La española Liliana Torres, formada en la ESCAC barcelonesa y en México, debutó en la ficción con "Family Tour", hace ocho años. "¿Qué hicimos mal?", su segundo largometraje de ficción, se ha estrenado este 10 de diciembre en cines ibéricos.
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