Matías Bize, ante el estreno de su pandémico film "Mensajes privados"

por © Eva Ramos-NOTICINE.com
Matías Bize
Matías Bize
El Festival de Cine de Málaga será el marco elegido para el estreno del nuevo trabajo del cineasta chileno Matías Bize. "Mensajes privados", colección de relatos que surgen "en la intimidad de un espacio privado lanzados a la pantalla", formará parte de la Sección Oficial del festival, que celebrará su 25ª edición en la ciudad andaluza del 18 al 27 de marzo.

El ganador del Goya 2011 a Mejor Película Iberoamericana por "La vida de los peces", nominado en Venecia y ganador en Huelva como Mejor Director por "La memoria del agua" (2015) y premiado en Valladolid por "En la cama" (2005), film por el que también estuvo nominado al Ariel de Plata, nos ofrece esta vez un largometraje ideado y rodado en plena pandemia con actores amigos. "Les propuse hacer una película sin saber cómo iba a terminar ni hacia dónde iba a ir. Era una invitación muy abierta, a mirarse hacia adentro y a pensar de qué queríamos hablar", comenta el director a El Periodista.

Los protagonistas de estos relatos son Blanca Lewin, con la que ya trabajó en "En la cama" y en "La vida de los peces"; Nicolás Poblete, de "Soltera otra vez" y "Pobre rico"; Antonia Zegers, "Los perros", "La jauría", y Néstor Cantillana, "Romané", "Pacto de sangre", por la parte chilena. El elenco internacional lo forman los españoles Vicenta Ndongo, "En la ciudad", "Airbag", y Álex Brendemühl, "El creyente", junto a la argentina Verónica Intile, "El robo del siglo". Participa también el cantante y compositor chileno (Me llamo) Sebastián, que pone música al film.

La intención de estos relatos es contar "cómo somos como madres, como padres o como hijos. Historias de dolor, de esperanza, de amor, o de enfrentar aquello que nunca fue enfrentado. Testimonios inquietantes, pero también llenos de humanidad. Apuntes visuales que conforman una película sobre nuestro ser y lo que decimos cuando todas las certezas se derrumban", según resume el realizador.

La grabación se realizó desde los teléfonos de cada uno de los integrantes del proyecto y desde su propia casa: "Son todas historias reales, algunas son interpretadas por los actores y otras son las propias vivencias de los actores. Es una película que dialoga con el documental y que está totalmente despojada de elementos accesorios".

Por último, Bize ha querido adelantar algo más sobre la intención de este largometraje: "Nos interroga sobre nuestro propio mundo privado, sobre nuestros propios secretos, nuestros propios dolores y aquello que hemos callado y ocultado a veces por años. A través de distintos relatos, la película nos lleva por un viaje emocionante y doloroso, en donde la muerte está siempre muy cerca", concluye.

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