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El drama de una pareja que pierde a su hijo pequeño en un bosque, narrado en tiempo real, es la materia prima de "El castigo", la segunda película que el chileno Matías Bize estrena en este mismo año, tras la pandémica "Mensajes privados". Este jueves llega a las salas del país, más de dos años después de un primer intento de filmación. "Desde que hice 'Sábado' tenía ganas de volver a trabajar un plano secuencia, pero no quería que la forma fuera más importante que la trama. Tuve varias ideas que descarté. Me demoré 20 años hasta que apareció una idea de película que yo sentía que sería mejor con un plano secuencia", afirmó Bize.

Ana  (Antonia Zegers) y Mateo (Néstor Cantillana) buscan desesperadamente a su hijo que se les ha perdido en un frondoso bosque junto a la carretera, el el sur de Chile. Mientras comienza a anochecer y aun con la ayuda de la policía siguen sin poder encontrar al pequeño Lucas que parece haber sido tragado por este hermoso pero amenazante bosque. El suspenso por la búsqueda de su hijo y la intriga de si logrará aparecer los lleva a Ana y Mateo a replantearse su amor, sus vidas y sus propios roles en la familia.

"En 'El castigo' uno ve en tiempo real cómo los protagonistas se van cargando emocionalmente", contó el autor de "En la cama" y "La vida de los peces". "Hace tiempo tenía ganas de meterle más velocidad a mi carrera", añadió en declaraciones a Dirario Financiero.

"Lo otro que me interesa es el realismo que le da a la historia. Despojarla de todos los artificios del cine. No tiene ni música ni cortes. Como es la vida real. Tampoco quería hacer tomas súper rebuscadas o impresionantes, sino simplemente contar esta historia de la mejor manera posible", confesó Bize.

La gestación de la nueva cinta del chileno comenzó justo antes de que la pandemia se convirtiera en una preocupación mundial. En marzo de 2020 estaban ensayando cuando se decretó la emergencia sanitaria. El confinamiento hizo que cancelara la producción. "Dejé el guion de 'El castigo' y empecé a pensar en 'Mensajes privados'. Llamé a los actores (Blanca Lewin, Nicolás Poblete, Antonia Zegers, Néstor Cantillana y Vicenta Ndongo, entre otros) y les propuse hacer una película desde sus casas, con la cámara de sus teléfonos. Eso me permitió sobrevivir creativamente a la locura y al conteo de casos Covid-19", explicó el guionista y director.

El director de "La memoria del agua" enfrentó un segundo arranque frustrado del rodaje, el año pasado, y por fín en octubre, cuando la pandemia parecía más controlada, pudieron finalmente poner en marcha la cámara. La filmación se desarrolló en el bosque Quillín en Lago Ranco. Duró dos semanas, con la primera dedicada a ensayos prácticos con todo el equipo, ya que el tiempo real requería de una coreografía muy particular tanto de los actores como del equipo técnico. En la segunda realizaron siete tomas, es decir grabaron de seguido toda las película (85 minutos), y tras revisar a posteriori con tranquilidad, se decantó por la sexta, que es la que se estrena esta semana, y luego viajará al Festival de Tallín.

"La película entretiene, primeramente, porque cada minuto es urgente, eso me encanta. Y también abre un tabú, un tema difícil de reconocer. Siento que por momentos puede ser incómoda, una pareja puede sentirse reconocida en algunos sentidos. Creo que va a generar conversación y la gente se quedará pensando", concluyó Matías Bize.

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