Brujas llegan a cines colombianos con "El alma quiere volar"
- por © Jesús Sánchez-NOTICINE.com
La opera prima de la directora colombiana Diana Montenegro, "El alma quiere volar", llega este 27 de octubre a las salas, en los días previos a Halloween, algo oportuno si consideramos que la cinta cuenta con elementos como el suspense, la superstición y la brujería, aderezando una historia femenina, feminista y claustrofóbica. " Está la idea del confort en torno a estas mujeres que no son capaces de tomar las riendas de su propia vida, porque en Latinoamérica crecemos con la idea de que lo que está quieto se deja quieto. Hay un estado de permanencia casi inmutable en el que, para las mujeres, es preferible mantenerse en su cómoda prisión en lugar de abrir la ventana hacia algo distinto", afirmó Montenegro.
"Eso también tiene que ver con la muy fuerte presencia cultural de la casa materna, ya que la casa de la abuela es como un templo por el que pasan todos los miembros de la familia, hasta los bisnietos. Así que sí, siempre pensé en esa casa en esas dos vertientes, como refugio y como prisión. Claramente como metáfora", agregó la joven cineasta en declaraciones a Coolt.
El elenco de la película está formado por Laura Castro, María Fernanda Puyo, Lílla Córdoba y Luis Merino, entre otros. Si bien fue escrita íntegramente por su directora, ha contado con la asesoría de la reconocida directora argentina Lucrecia Martel, autora de "La Ciénaga" o "Zama".
"El alma quiere volar" gira en torno a Camila, una niña de 10 años que durante sus vacaciones escolares va a visitar a su abuela junto a su madre y tías. La reunión de las mujeres comenzará a suscitar la extrañeza en Camila, pues se rumorea que están envueltas en una maldición que les impide ser felices.
"Queríamos proponer -detalló Diana Montenegro- una mirada al universo femenino sin caer en el preciosismo, sino mostrando su imperfección, porque las mujeres también podemos ser crueles y brujas. Al mismo tiempo, tenía mucho interés en un cierto esteticismo y en la composición de los planos. Aunque la película es digital, utilizamos las mismas lentes que La naranja mecánica, para darle ese look tan particular y limitar aquello digital tan moderno y excesivo. Era importante que la luz tuviera la misma importancia que la sombra".
A la vez, la opera prima de la cineasta caleña refleja la opresión y violencia que sufren las mujeres: "El tema de la violencia de género está palpitando todo el tiempo. He querido poner en la pantalla esos fenómenos que normalizamos porque forman parte de la cotidianidad, pero tampoco quiero poner etiquetas. Hay un eco con Colombia y, como dices, con el resto del mundo, pero no tengo nada contra los hombres. Los críticos que más han admirado la película son hombres, y las mujeres también podemos ser crueles".
El film ha participado en diversos festivales desde que se terminó en 2020, en ocasiones sin presencialidad por la pandemia, entre los que podemos encontrar el Festival POFF Black Nights Tallin de Estonia, en donde se estrenó en 2020, así como el Manheim – Heidelberg de Alemania, Toulouse, Huelva y el de Trieste, todos en 2021.
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"Eso también tiene que ver con la muy fuerte presencia cultural de la casa materna, ya que la casa de la abuela es como un templo por el que pasan todos los miembros de la familia, hasta los bisnietos. Así que sí, siempre pensé en esa casa en esas dos vertientes, como refugio y como prisión. Claramente como metáfora", agregó la joven cineasta en declaraciones a Coolt.
El elenco de la película está formado por Laura Castro, María Fernanda Puyo, Lílla Córdoba y Luis Merino, entre otros. Si bien fue escrita íntegramente por su directora, ha contado con la asesoría de la reconocida directora argentina Lucrecia Martel, autora de "La Ciénaga" o "Zama".
"El alma quiere volar" gira en torno a Camila, una niña de 10 años que durante sus vacaciones escolares va a visitar a su abuela junto a su madre y tías. La reunión de las mujeres comenzará a suscitar la extrañeza en Camila, pues se rumorea que están envueltas en una maldición que les impide ser felices.
"Queríamos proponer -detalló Diana Montenegro- una mirada al universo femenino sin caer en el preciosismo, sino mostrando su imperfección, porque las mujeres también podemos ser crueles y brujas. Al mismo tiempo, tenía mucho interés en un cierto esteticismo y en la composición de los planos. Aunque la película es digital, utilizamos las mismas lentes que La naranja mecánica, para darle ese look tan particular y limitar aquello digital tan moderno y excesivo. Era importante que la luz tuviera la misma importancia que la sombra".
A la vez, la opera prima de la cineasta caleña refleja la opresión y violencia que sufren las mujeres: "El tema de la violencia de género está palpitando todo el tiempo. He querido poner en la pantalla esos fenómenos que normalizamos porque forman parte de la cotidianidad, pero tampoco quiero poner etiquetas. Hay un eco con Colombia y, como dices, con el resto del mundo, pero no tengo nada contra los hombres. Los críticos que más han admirado la película son hombres, y las mujeres también podemos ser crueles".
El film ha participado en diversos festivales desde que se terminó en 2020, en ocasiones sin presencialidad por la pandemia, entre los que podemos encontrar el Festival POFF Black Nights Tallin de Estonia, en donde se estrenó en 2020, así como el Manheim – Heidelberg de Alemania, Toulouse, Huelva y el de Trieste, todos en 2021.
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