Luis Estrada escribe en el Washington Post sobre "¡Que viva México!"
- por © Jesús Sánchez-NOTICINE.com
El director de cine mexicano Luis Estrada, conocido por obras como "El infierno" (2010) y "La ley de Herodes" (1999), ha escrito un artículo para Washington Post en donde habla acerca de su nueva película "¡Que viva México!", que finalmente se estrenará en cines el próximo 23 de marzo de 2023, antes de lanzarse en la plataforma Netflix, un film que -afirma- se encuentra más en la fabula social y la sátira política que en el realismo o documental.
Tras la muerte de su abuelo minero, Pancho viaja con su esposa y sus hijos a su pueblo natal, donde se destaca el caos con sus familiares por la herencia. El reparto de la película está formado por Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Alfonso Herrera, Ana Martín y Ana de la Guerrera, entre varios otros más.
Estrada ha hablado en el artículo del Washington Post acerca de diversos problemas del país: "Por ningún motivo se puede justificar esta intolerancia, pero en un país en el que las tremendas desigualdades sociales, la brutal e injusta distribución de la riqueza, la corrupción generalizada, la impunidad rampante y, sobre todo, el clasismo, el machismo y el racismo renovados se han enquistado como parte de nuestras vidas. Tampoco es de sorprendernos que nos veamos más como enemigos y rivales, que como compañeros de viaje en el mismo barco".
El director también ha alabado diversas obras de su país: "Pero, para el cine mexicano esa idiosincrasia ha permanecido más como tabú. A excepción de notables ejemplos como los de Luis Buñuel con 'Los olvidados' y 'El ángel exterminador', Luis Alcoriza con 'Mecánica nacional', o Juan Ibáñez con 'Los caifanes', pareciera que, en nuestra cinematografía, cuando rara vez abordamos el tema de nuestra idiosincrasia, hemos preferido retratarnos como pobres, pero honrados; jodidos, pero contentos; borrachos, pero cariñosos; feos, pero no tanto; corruptos, pero nomás poquito; racistas, pero de buenos sentimientos".
Para Estrada, "lo más interesante que puede surgir de '¡Que viva México!' es ¿qué reacción tendrán sus espectadores (actores de la vida pública y clase política)? ¿Sentirán sus vidas reflejadas en los personajes? ¿Qué pensará esa audiencia —que tiene como ley la corrección política— de que los "héroes" aquí son retratados como clasistas, racistas, misóginos, avaros, intolerantes, machistas, homofóbicos, arribistas y corruptos?".
Finaliza diciendo: "Si como país por fin logramos consolidar un nuevo régimen que se presume democrático y progresista, la tolerancia a la crítica y el respeto irrestricto a la libertad de expresión debieran ser el sello. En ese sentido, la película representa un gran reto y una provocación a esa tolerancia".
La película de 191 minutos de duración ha resultado complicada para Estrada. El propio Luis Estrada contó este mismo mes que no contó con el apoyo financiero del IMCINE (Instituto Mexicano de Cinematografía), siendo esto calificado por élcomo un acto de censura y sabotaje. El cineasta dejó esta destacada declaración: "Me tuve que bajar los pantalones con Netflix para poderla hacer porque se me cerraron todos los caminos habidos y por haber".
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Tras la muerte de su abuelo minero, Pancho viaja con su esposa y sus hijos a su pueblo natal, donde se destaca el caos con sus familiares por la herencia. El reparto de la película está formado por Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Alfonso Herrera, Ana Martín y Ana de la Guerrera, entre varios otros más.
Estrada ha hablado en el artículo del Washington Post acerca de diversos problemas del país: "Por ningún motivo se puede justificar esta intolerancia, pero en un país en el que las tremendas desigualdades sociales, la brutal e injusta distribución de la riqueza, la corrupción generalizada, la impunidad rampante y, sobre todo, el clasismo, el machismo y el racismo renovados se han enquistado como parte de nuestras vidas. Tampoco es de sorprendernos que nos veamos más como enemigos y rivales, que como compañeros de viaje en el mismo barco".
El director también ha alabado diversas obras de su país: "Pero, para el cine mexicano esa idiosincrasia ha permanecido más como tabú. A excepción de notables ejemplos como los de Luis Buñuel con 'Los olvidados' y 'El ángel exterminador', Luis Alcoriza con 'Mecánica nacional', o Juan Ibáñez con 'Los caifanes', pareciera que, en nuestra cinematografía, cuando rara vez abordamos el tema de nuestra idiosincrasia, hemos preferido retratarnos como pobres, pero honrados; jodidos, pero contentos; borrachos, pero cariñosos; feos, pero no tanto; corruptos, pero nomás poquito; racistas, pero de buenos sentimientos".
Para Estrada, "lo más interesante que puede surgir de '¡Que viva México!' es ¿qué reacción tendrán sus espectadores (actores de la vida pública y clase política)? ¿Sentirán sus vidas reflejadas en los personajes? ¿Qué pensará esa audiencia —que tiene como ley la corrección política— de que los "héroes" aquí son retratados como clasistas, racistas, misóginos, avaros, intolerantes, machistas, homofóbicos, arribistas y corruptos?".
Finaliza diciendo: "Si como país por fin logramos consolidar un nuevo régimen que se presume democrático y progresista, la tolerancia a la crítica y el respeto irrestricto a la libertad de expresión debieran ser el sello. En ese sentido, la película representa un gran reto y una provocación a esa tolerancia".
La película de 191 minutos de duración ha resultado complicada para Estrada. El propio Luis Estrada contó este mismo mes que no contó con el apoyo financiero del IMCINE (Instituto Mexicano de Cinematografía), siendo esto calificado por élcomo un acto de censura y sabotaje. El cineasta dejó esta destacada declaración: "Me tuve que bajar los pantalones con Netflix para poderla hacer porque se me cerraron todos los caminos habidos y por haber".
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