Marina Seresesky escribe sobre el estreno de "Empieza el baile"
- por © NOTICINE.com
Por Marina Seresesky *
"Empieza el baile" es una comedia amarga, que transita por la ironía y la ternura sin perder contacto con la realidad. El humor es la forma que tienen nuestros tres personajes principales, de relacionarse y esconder sus sentimientos.
Es una película luminosa y llena de vida que nos enfrenta a una realidad áspera y silenciosa, sin artificios.
"Empieza el baile" habla del amor verdadero. De ese amor profundo que no conoce distancias, fronteras y mucho menos el paso del tiempo. Pero no solo del amor a otra persona, sino de ese amor que se profesa por los lugares y por los momentos en los que fuimos felices. Porque también esta película habla de la memoria compartida. ¿Cómo es posible que dos personas que vivieron lo mismo, lo recuerden de manera diametralmente opuesta? ¿Qué sucede cuando el pasado te nubla el presente y te impide ver el futuro? ¿Cómo se vive si tu amor verdadero es ya solo un recuerdo lejano?
Tres protagonistas que rondan los 70 años y que, a pesar de la edad, o gracias a ella, viven apasionada y vehementemente esta peripecia que los arrastra a descubrir la verdadera esencia. Una esencia que mantienen intacta mas allá de los años y la distancia, y que utiliza el humor como fondo y forma para expresarse.
Esta película es una road movie con largas y sinuosas carreteras, paisajes deslumbrantes, cielos enormes, bullicio y soledad, aridez y exuberancia. Pero también una road movie de personajes, donde la cámara sigue muy de cerca a nuestros protagonistas, sin perderse ningún matiz, gesto o silencio. El gran paisaje y el pequeño detalle conviven y se potencian para crear una película intima, pero a la vez imponente.
Una luz natural y sin artificios para los exteriores, despojada de excesos que, a medida que transcurre el viaje lo va inundando todo, para que los protagonistas también encuentren su verdadera esencia y sus profundos deseos en la belleza, sin disfraz, del paisaje final. Por el contrario, los interiores de la primera parte de la historia son abigarrados, llenos de claroscuros y muy complejos, para transmitir así el estado en el que Carlos y Margarita comienzan la aventura, y contar como poco a poco se desprenden de todo para quedarse con lo esencial. Esta dualidad queda muy retratada con la luz y los encuadres que también tendrán un arco de lo más complejo a lo más despojado y simple.
La música, cuya banda sonora original ha sido compuesta por Nicolas Guerschberg e interpretada por el grupo Escalandrum, liderado por Daniel "Pipi" Piazzolla, es el gran hilo conductor en esta road movie. Los sonidos del bandoneón de Astor Piazzola en "Adios Nonino", me impulsaron la escritura de este guion y por supuesto está presente en la película con una moderna y desgarradora versión.
(*): La argentina Marina Seresesky, afincada en España, ha estrenado esta semana su tercer largo, tras "Lo nunca visto" y "La puerta abierta". En "Empieza el baile" ha vuelto a su país natal para dirigir a tres monstruos de la actuación austral, Darío Grandinetti, Mercedes Morán y Jorge Marrale.
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"Empieza el baile" es una comedia amarga, que transita por la ironía y la ternura sin perder contacto con la realidad. El humor es la forma que tienen nuestros tres personajes principales, de relacionarse y esconder sus sentimientos.
Es una película luminosa y llena de vida que nos enfrenta a una realidad áspera y silenciosa, sin artificios.
"Empieza el baile" habla del amor verdadero. De ese amor profundo que no conoce distancias, fronteras y mucho menos el paso del tiempo. Pero no solo del amor a otra persona, sino de ese amor que se profesa por los lugares y por los momentos en los que fuimos felices. Porque también esta película habla de la memoria compartida. ¿Cómo es posible que dos personas que vivieron lo mismo, lo recuerden de manera diametralmente opuesta? ¿Qué sucede cuando el pasado te nubla el presente y te impide ver el futuro? ¿Cómo se vive si tu amor verdadero es ya solo un recuerdo lejano?
Tres protagonistas que rondan los 70 años y que, a pesar de la edad, o gracias a ella, viven apasionada y vehementemente esta peripecia que los arrastra a descubrir la verdadera esencia. Una esencia que mantienen intacta mas allá de los años y la distancia, y que utiliza el humor como fondo y forma para expresarse.
Esta película es una road movie con largas y sinuosas carreteras, paisajes deslumbrantes, cielos enormes, bullicio y soledad, aridez y exuberancia. Pero también una road movie de personajes, donde la cámara sigue muy de cerca a nuestros protagonistas, sin perderse ningún matiz, gesto o silencio. El gran paisaje y el pequeño detalle conviven y se potencian para crear una película intima, pero a la vez imponente.
Una luz natural y sin artificios para los exteriores, despojada de excesos que, a medida que transcurre el viaje lo va inundando todo, para que los protagonistas también encuentren su verdadera esencia y sus profundos deseos en la belleza, sin disfraz, del paisaje final. Por el contrario, los interiores de la primera parte de la historia son abigarrados, llenos de claroscuros y muy complejos, para transmitir así el estado en el que Carlos y Margarita comienzan la aventura, y contar como poco a poco se desprenden de todo para quedarse con lo esencial. Esta dualidad queda muy retratada con la luz y los encuadres que también tendrán un arco de lo más complejo a lo más despojado y simple.
La música, cuya banda sonora original ha sido compuesta por Nicolas Guerschberg e interpretada por el grupo Escalandrum, liderado por Daniel "Pipi" Piazzolla, es el gran hilo conductor en esta road movie. Los sonidos del bandoneón de Astor Piazzola en "Adios Nonino", me impulsaron la escritura de este guion y por supuesto está presente en la película con una moderna y desgarradora versión.
(*): La argentina Marina Seresesky, afincada en España, ha estrenado esta semana su tercer largo, tras "Lo nunca visto" y "La puerta abierta". En "Empieza el baile" ha vuelto a su país natal para dirigir a tres monstruos de la actuación austral, Darío Grandinetti, Mercedes Morán y Jorge Marrale.
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