María Aparicio y Ramiro Sonzini hablan sobre el híbrido de documental y ficción "Las cosas indefinidas"

por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
"Las cosas indefinidas"
"Las cosas indefinidas"
Híbrido entre la ficción y el documental, y cine sobre cine, "Las cosas indefinidas" se está ya proyectando en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, que participó en su gestación. Sigue a Eva, quien se dedica a editar películas. Mientras trabaja junto a su asistente Rami en un largometraje sobre personas con ceguera, parece haber perdido el entusiasmo por el cine. A esto se suma la reciente muerte de su amigo Juan, un director de cine cuyas películas ella editaba.

Estrenado en el Festival de Cine Documental de Marsella el año pasado y proyectado en Mar del Plata y otros certámenes, este trabajo de María Aparicio y Ramiro Sonzini, es consecuencia del deseo de hacer un documental a través de la ficción. "Quise preguntarle sobre ese elemento híbrido en su película; por otro lado, también me interesaba la cuestión sobre el duelo y los gestos que lo acompañan. Por último, me interesaba que junto con Ramiro Sonzini (actor y montajista de la película) pudieran hablarme de la reflexión sobre la memoria y el archivo de la cuál está cargada la película", dice Aparicio a LaRabiaCine.



"En esa película -detalla la cineasta-, había algo que se contraponía: el placer con respecto al trabajo; los personajes podían tener momentos donde pareciera que la vida se filtra hacia otro lado. Me puse a investigar cuáles fueron los primeros registros que hay acerca del trabajo, y llegué a unos textos de 1904 de Argentina, que son los primeros registros que se conocen sobre la situación laboral, sobre todo del interior del país, y con base en esos textos se hicieron las primeras legislaciones del derecho laboral. Entonces, me gusta ir hacia puntos lejanos aún si no está directamente relacionado con la idea en sí, pero te permiten expandir las preguntas que surgen a partir de esa idea. En el caso de Las cosas indefinidas fue mucho más nítido, era pensar una discusión puramente visual: ¿Qué nos puede enseñar la ausencia absoluta de la imagen? Es algo muy difícil de pensar porque el mundo en el que estamos es extremadamente visual. Todo el tiempo está mediado por las imágenes. Cada vez más".

"El destino de la historia de las imágenes -añade Sonzini- no puede depender de la vida de una persona, porque esa persona se va a morir y si no aparece alguien que lo continúe, el destino es la desaparición. Por eso es importante que haya una política pública, una ley, una institución que exceda al tiempo de vida de una persona. Y por otra parte, me parece que hay otra cosa que es muy interesante de la película. Hay un archivo que no es material, que es más íntimo. Es lo que deja una persona en los otros, ¿Cómo permanece la presencia de alguien después de morir, de desaparecer físicamente? La película tiene una fuerza muy consistente, porque lo que para mí prevalece en la película, en todas las cosas que ponen en juego, es un archivo emocional o íntimo sobre Pablo en el cuerpo de Eva. Hay una especie de transmutación. En ese sentido, Eva se vuelve la portadora de la intimidad de María en la película. La película logra transmitir a un extraño la emoción de tu intimidad con él. A mí me parece un logro importante".

"Esta idea de los personajes diciendo lo que sienten, hablando acerca de sus sentimientos, es algo muy del cine clásico. Hubo una época del cine que pudo darle lugar a la emocionalidad de los personajes y al melodrama, y a mí eso me parece extremadamente conmovedor. A veces lo siento como una pérdida que el cine hoy renuncie a esas cosas o que sea visto como un exceso sentimental.  Creo que hay que encontrar el punto justo pero yo me rehúso un poco a pensar que el cine tiene que abandonar esas ideas", concluye Aparicio.

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