Hablamos con el juez y cineasta Martín Agudelo sobre "Sara": "Aprendo de todo lo que vivo en mi oficio judicial"
- por © Marina Durán-NOTICINE.com
La película "Sara la Fuerza del Mar", que ahora llega a salas colombianas tras pasar por varios festivales de cine, nos sumerge en la historia de Sara, una mujer valiente interpretada por Giselle Villada, una jueza que desafía las convenciones para encontrar su verdadera voz y liberarse de un matrimonio opresivo. Dirigida por el juez y cineasta Martín Agudelo junto a Andrés Ricaurte, esta obra cinematográfica cuestiona los límites entre la ley y la justicia. Agudelo es abogado, filósofo, teólogo, docente y magistrado en la Sala Civil del Tribunal Superior de Medellín, y ha llevado su pasión por el cine a nuevas alturas con esta producción. Desde sus primeros pasos en el mundo del cine con documentales pedagógicos, ha evolucionado hacia la creación de obras de ficción como "Tríptico de una Dama Extraviada", "Un Guardián ante el Espejo" y "Un Camino para Tomás". "Sara la Fuerza del Mar" marca su opera prima como director y su tercera colaboración con Ricaurte.
- No debe haber muchos magistrados cineastas. ¿Conoce algún otro caso?
No, no conozco en este momento magistrados que se dediquen a la realización audiovisual, ya sea en trabajo documental o de ficción. Sé que hay jueces interesados por el cine y muchos abogados también que establecen relaciones entre cine y derecho, pero no magistrados que sean directores de cine o guionistas.
- ¿Qué le llevó a usted a incursionar en el mundo del audiovisual?
En el año 2004 inicié mis estudios doctorales en España, concretamente en la Universidad de Salamanca, y a partir de mi estancia doctoral en un curso sobre cine y derechos humanos, me comencé a interesar sobre cómo el cine podía convertirse en una herramienta pedagógica para la enseñanza del derecho. A partir de un proceso investigativo que emprendí, consideré que el cine actualmente es fundamental en las universidades y en las facultades de derecho para que los chicos puedan entender mejor ciertos conceptos que se trabajan en clase. Luego de realizar unos trabajos pedagógicos, poco a poco me fui interesando por todo el cine en su conjunto. Comencé a estudiar técnicas de realización audiovisual, e hice guiones, hasta que en el 2016 ya emprendí la tarea de hacer cortometrajes y finalmente mi opera prima, que es "Sara la fuerza del mar".
- En su película la protagonista es jueza. ¿Por qué eligieron que fuera una mujer?
Elegí una mujer porque a través de ella podía encontrar expresiones, reacciones, sentimientos específicos que podía captar de una manera genial o increíble, muy distinta a los hombres con los que yo ya había trabajado como protagonistas de mis cortometrajes anteriores. Quería hacer un contraste de cara al tipo de cine que vengo realizando. Generalmente el cine agudeliano se ha caracterizado por unos personajes, digamos, con cierto tipo de luces y sombras, pero los protagonistas siempre han sido hombres. Ahora yo quería, digamos, ese tipo de luces y sombras, trabajarlos desde la dimensión femenina y creo que lo logré, que las reacciones desde ser mujer, desde lo femenino podían captarse de una forma distinta. Es un asunto también de contraste. No quería seguir trabajando al menos con hombres y quería tener una experiencia con una mujer como protagonista.
- ¿Encuentra usted inspiración en su trabajo como juez a la hora de crear estas historias?
Sí, por supuesto. Buena parte de las experiencias que yo he vivido en el ámbito judicial se han convertido en una fuente tremenda para la escritura de mis guiones y luego para la realización. Yo aprendo de todo lo que vivo a través de mi oficio judicial y de todo el entorno que lo rodea y por supuesto que a partir de mi observación, eso sirve para recrearme en el proceso de escritura y luego convertir eso en imágenes.
- ¿Cómo se reparten Ricaurte y usted el trabajo de realización?
El codirector Andrés Ricaurte trabaja con Punto Ocho Entertainment en Colombia. Él, desde que yo escribo el guión, lo estudia inmediatamente. Y entre los dos comenzamos a hacer un diseño claro desde la etapa de la preproducción de cara al concepto, de cara al casting. Luego involucramos también al director de fotografía, al responsable de la cinematografía, que es Mateo Londoño, y ya en un trabajo en equipo tratamos de completar esa fase de preproducción y luego en la preproducción y la posproducción, siempre en compañía de Andrés Ricaute, tratamos de trabajar siempre en equipo, no de forma insular. Tratamos de que pese a ser dos mundos, digamos dos miradas a veces tan distintas en cuanto a las perspectivas de entender, de interpretar, se complementen, pero siempre respetando una voz autoral. Cuando estamos en la fase de producción, siempre los dos bloqueamos la escena, preparamos los lugares, la locación donde se se van a hacer las correspondientes grabaciones y bloqueamos antes de hablar con los actores y siempre trabajando en equipo. Creo que los dos nos complementamos para que finalmente sea una voz y no haya discontinuidades o inconsistencias.
- ¿Le tienta llevar a la ficción casos delictivos reales que haya conocido?
Por ahora no. Yo trabajo en el campo de los derechos fundamentales y en el derecho civil. No soy experto en juicios o causas criminales. Sin embargo, en mis películas no dejo de sustraerme de ciertas situaciones problemáticas que se viven en mi país, como es lo concerniente al tema del conflicto armado que ha vivido Colombia o situaciones de desplazamiento, pero yo no me ocupo de temas vinculados con la violencia ni tampoco con juicios en causas o casos criminales.
- ¿Cómo ve el tratamiento que el cine y la televisión en Colombia dedica a la justicia y a los procesos judiciales?
Creo que el trabajo sobre ficción, cine de ficción, en lo que tú me preguntas, está aún incipiente. No conozco aún una película en Colombia en donde la protagonista sea una jueza. Sí, se han documentado casos judiciales en el ámbito documental, y por supuesto que se han hecho trabajos sobre investigaciones judiciales. Pero en el caso de la justicia, no. En el caso de mi película, lo que quise hacer es algo diferente, más que a partir de una noticia criminal o judicial o sobre un asunto judicial que se ha llevado al cine, quisimos retratar a una jueza, tanto en el estrado, tanto en las audiencias, en el ámbito de su oficio judicial, como también por dentro, desde sus propios abismos. Conocerla tanto en los exteriores de su vida pública como en sus interiores, conocer sus conflictos personales, familiares. Y eso es lo que marca la diferencia en nuestra historia. Es mirar como una magistrada que tiene una vida como los otros jueces en el sector público, que resuelve juicios, casos, tiene también su propio drama interno, tiene sus deseos, sus aspiraciones, sus propios demonios internos, y lucha en contra de esos demonios internos. Y yo creo que este tipo de cine, sí, en eso tratamos de ser pioneros, porque es la primera vez, en lo que yo conozco, en donde la protagonista de la historia sea una juez, y en donde damos cuenta de su drama interno, de tener un matrimonio, una vida matrimonial no fácil, un marido que es un tanto machista, que tiene una concepción de entender el derecho de forma muy distinta a como la entiende la juez, y que a eso se suman sus dilemas, los dilemas que tiene la juez sobre cómo resolver los casos y si aplicar la ley significa resolver conforme a la justicia, en eso queremos ser un tanto genuinos auténticos. "Sara" Es la historia de una jueza que te pregunta hasta dónde resolver los casos conforme a la ley significa resolver conforme a lo justo. A partir de un caso dramático que ella tiene en su despacho en donde una mujer es lanzada a la calle tras una pretensión que se resolvió en su contra presentada por el propietario de una casa en la que ella habitaba, se le desencadenan una serie de preguntas en donde Sara, inicialmente preocupada por su decisión porque ella resolvió que era el propietario y no la señora, el que tenía la razón, y ella finalmente tuvo en su contra una orden de desalojo. Eso desata esas preguntas profundas que son las que desarrollan en la película. ¿Resolver conforme a la ley significa decidir conforme, con lo correcto, con lo justo?. Esa es la pregunta central de "Sara la fuerza del mar".
Sigue nuestras últimas noticias por X (TWITTER).
- No debe haber muchos magistrados cineastas. ¿Conoce algún otro caso?
No, no conozco en este momento magistrados que se dediquen a la realización audiovisual, ya sea en trabajo documental o de ficción. Sé que hay jueces interesados por el cine y muchos abogados también que establecen relaciones entre cine y derecho, pero no magistrados que sean directores de cine o guionistas.
- ¿Qué le llevó a usted a incursionar en el mundo del audiovisual?
En el año 2004 inicié mis estudios doctorales en España, concretamente en la Universidad de Salamanca, y a partir de mi estancia doctoral en un curso sobre cine y derechos humanos, me comencé a interesar sobre cómo el cine podía convertirse en una herramienta pedagógica para la enseñanza del derecho. A partir de un proceso investigativo que emprendí, consideré que el cine actualmente es fundamental en las universidades y en las facultades de derecho para que los chicos puedan entender mejor ciertos conceptos que se trabajan en clase. Luego de realizar unos trabajos pedagógicos, poco a poco me fui interesando por todo el cine en su conjunto. Comencé a estudiar técnicas de realización audiovisual, e hice guiones, hasta que en el 2016 ya emprendí la tarea de hacer cortometrajes y finalmente mi opera prima, que es "Sara la fuerza del mar".
- En su película la protagonista es jueza. ¿Por qué eligieron que fuera una mujer?
Elegí una mujer porque a través de ella podía encontrar expresiones, reacciones, sentimientos específicos que podía captar de una manera genial o increíble, muy distinta a los hombres con los que yo ya había trabajado como protagonistas de mis cortometrajes anteriores. Quería hacer un contraste de cara al tipo de cine que vengo realizando. Generalmente el cine agudeliano se ha caracterizado por unos personajes, digamos, con cierto tipo de luces y sombras, pero los protagonistas siempre han sido hombres. Ahora yo quería, digamos, ese tipo de luces y sombras, trabajarlos desde la dimensión femenina y creo que lo logré, que las reacciones desde ser mujer, desde lo femenino podían captarse de una forma distinta. Es un asunto también de contraste. No quería seguir trabajando al menos con hombres y quería tener una experiencia con una mujer como protagonista.
- ¿Encuentra usted inspiración en su trabajo como juez a la hora de crear estas historias?
Sí, por supuesto. Buena parte de las experiencias que yo he vivido en el ámbito judicial se han convertido en una fuente tremenda para la escritura de mis guiones y luego para la realización. Yo aprendo de todo lo que vivo a través de mi oficio judicial y de todo el entorno que lo rodea y por supuesto que a partir de mi observación, eso sirve para recrearme en el proceso de escritura y luego convertir eso en imágenes.
- ¿Cómo se reparten Ricaurte y usted el trabajo de realización?
El codirector Andrés Ricaurte trabaja con Punto Ocho Entertainment en Colombia. Él, desde que yo escribo el guión, lo estudia inmediatamente. Y entre los dos comenzamos a hacer un diseño claro desde la etapa de la preproducción de cara al concepto, de cara al casting. Luego involucramos también al director de fotografía, al responsable de la cinematografía, que es Mateo Londoño, y ya en un trabajo en equipo tratamos de completar esa fase de preproducción y luego en la preproducción y la posproducción, siempre en compañía de Andrés Ricaute, tratamos de trabajar siempre en equipo, no de forma insular. Tratamos de que pese a ser dos mundos, digamos dos miradas a veces tan distintas en cuanto a las perspectivas de entender, de interpretar, se complementen, pero siempre respetando una voz autoral. Cuando estamos en la fase de producción, siempre los dos bloqueamos la escena, preparamos los lugares, la locación donde se se van a hacer las correspondientes grabaciones y bloqueamos antes de hablar con los actores y siempre trabajando en equipo. Creo que los dos nos complementamos para que finalmente sea una voz y no haya discontinuidades o inconsistencias.
- ¿Le tienta llevar a la ficción casos delictivos reales que haya conocido?
Por ahora no. Yo trabajo en el campo de los derechos fundamentales y en el derecho civil. No soy experto en juicios o causas criminales. Sin embargo, en mis películas no dejo de sustraerme de ciertas situaciones problemáticas que se viven en mi país, como es lo concerniente al tema del conflicto armado que ha vivido Colombia o situaciones de desplazamiento, pero yo no me ocupo de temas vinculados con la violencia ni tampoco con juicios en causas o casos criminales.
- ¿Cómo ve el tratamiento que el cine y la televisión en Colombia dedica a la justicia y a los procesos judiciales?
Creo que el trabajo sobre ficción, cine de ficción, en lo que tú me preguntas, está aún incipiente. No conozco aún una película en Colombia en donde la protagonista sea una jueza. Sí, se han documentado casos judiciales en el ámbito documental, y por supuesto que se han hecho trabajos sobre investigaciones judiciales. Pero en el caso de la justicia, no. En el caso de mi película, lo que quise hacer es algo diferente, más que a partir de una noticia criminal o judicial o sobre un asunto judicial que se ha llevado al cine, quisimos retratar a una jueza, tanto en el estrado, tanto en las audiencias, en el ámbito de su oficio judicial, como también por dentro, desde sus propios abismos. Conocerla tanto en los exteriores de su vida pública como en sus interiores, conocer sus conflictos personales, familiares. Y eso es lo que marca la diferencia en nuestra historia. Es mirar como una magistrada que tiene una vida como los otros jueces en el sector público, que resuelve juicios, casos, tiene también su propio drama interno, tiene sus deseos, sus aspiraciones, sus propios demonios internos, y lucha en contra de esos demonios internos. Y yo creo que este tipo de cine, sí, en eso tratamos de ser pioneros, porque es la primera vez, en lo que yo conozco, en donde la protagonista de la historia sea una juez, y en donde damos cuenta de su drama interno, de tener un matrimonio, una vida matrimonial no fácil, un marido que es un tanto machista, que tiene una concepción de entender el derecho de forma muy distinta a como la entiende la juez, y que a eso se suman sus dilemas, los dilemas que tiene la juez sobre cómo resolver los casos y si aplicar la ley significa resolver conforme a la justicia, en eso queremos ser un tanto genuinos auténticos. "Sara" Es la historia de una jueza que te pregunta hasta dónde resolver los casos conforme a la ley significa resolver conforme a lo justo. A partir de un caso dramático que ella tiene en su despacho en donde una mujer es lanzada a la calle tras una pretensión que se resolvió en su contra presentada por el propietario de una casa en la que ella habitaba, se le desencadenan una serie de preguntas en donde Sara, inicialmente preocupada por su decisión porque ella resolvió que era el propietario y no la señora, el que tenía la razón, y ella finalmente tuvo en su contra una orden de desalojo. Eso desata esas preguntas profundas que son las que desarrollan en la película. ¿Resolver conforme a la ley significa decidir conforme, con lo correcto, con lo justo?. Esa es la pregunta central de "Sara la fuerza del mar".
Sigue nuestras últimas noticias por X (TWITTER).