Simón Casal escribe sobre el estreno de "Justicia artificial"

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Echegui y Ammann, en "Justicia artificial"
Echegui y Ammann, en "Justicia artificial"
Por Simón Casal *

¿Es la inteligencia artificial un dilema?

Parece que la justicia, como institución, enfrenta múltiples problemas. Se dice que es lenta, ineficaz, politizada, influenciada por el poder o que no está en sintonía con los valores actuales de la sociedad. En este contexto, la idea de implementar una inteligencia artificial judicial que reemplace a jueces y juezas podría ganar considerable apoyo.

Este es el detonante de la película, así como el dilema que enfrenta la protagonista, y que nosotros, como espectadores, también debemos considerar: la justicia humana frente a la justicia robótica. La inteligencia artificial promete una eficiencia sin precedentes en todos los procesos y una neutralidad política fundamentada en la estadística y la matemática.

Si estos poderes tecnológicos están destinados a imponerse en más esferas de nuestras vidas e instituciones, surge la pregunta: ¿qué margen de decisión nos queda como ciudadanía para definir la sociedad en la que queremos vivir? ¿Qué espacios de participación, expresión y libertad conservamos?



En esta historia, lo que está en juego es la independencia judicial. Existe el peligro de perder el control democrático sobre una institución esencial para nuestras sociedades. Este es el tema narrativo o político de la película. A nivel formal, el objetivo es mostrar un contraste entre dos miradas: la humana y la de una inteligencia artificial. Esto se refleja en diversos ámbitos, pero en especial en la justicia, que abarca múltiples dimensiones sobre lo que somos, lo que queremos ser y cómo nos organizamos como sociedad. Se trata de explorar hasta qué punto el mundo y el comportamiento humano pueden ser reducidos y gestionados mediante datos y el uso de la IA.

Me interesa indagar y hacer visibles las concepciones que subyacen en estos sistemas de inteligencia artificial. Las ideas que los rigen, como la eficiencia, la optimización, la neutralidad, la media o la probabilidad, orientan el diseño, construcción y operación de estos sistemas, dejando de lado valores humanistas, experiencias sensoriales y las cualidades emocionales del ser humano.

Un reto de la película ha sido mostrar, tanto en el relato como en la forma cinematográfica, la importancia de la condición humana y de las emociones a la hora de impartir justicia. Se confronta esta manera humana de hacer justicia con el método científico y probabilístico en el que se basa la inteligencia artificial. No tengo respuestas claras a este dilema, pero considero fundamental plantear preguntas que hasta ahora no nos hemos hecho.

(*): Después de dirigir varios documentales, sobre todo de carácter histórico, el gallego Simón Casal convierte en ficción (con la ayuda en el guión de
Víctor Sierra) su documental homónimo "Justicia artificial", con Verónica Echegui, Alberto Amman, Tamar Novas y Alba Galocha. La cinta, ya en cines españoles, se desarrolla en un futuro próximo, y plantea el dilema moral entre mente humana versus inteligencia artificial, en el ámbito de la administración de justicia. Una historia que arranca con un referéndum constitucional que plantea el dilema de introducir un sistema informático que sustituya a los jueces y juezas en todos los tribunales del país.

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