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El popular actor mexicano Omar Chaparro ha brindado este año personajes que le distancian de su previa carrera en la comedia. Uno de ellos queda pendiente para un lanzamiento en Prime Video a principios del año entrante, el de la cinta de acción "Un billón a uno", y el otro, el de "La celda de los milagros" llega a los cines nacionales este jueves. Se trata de un drama que se adentra en la injusticia, la fe y la capacidad humana de resistir cuando todo parece perdido, con la colombiana Natalia Reyes como coprotagonista, y dirigida por Ana Lorena Pérez Ríos. Paisajes del sur de México se recrearon en el rodaje en tierras colombianas, para este remake de la película surcoreana "Milagro en la celda No. 7"., reinterpretada desde un contexto latinoamericano marcado por la violencia, la arbitrariedad del poder y la fragilidad de los más vulnerables.

En la cinta, Chaparro interpreta a Héctor, un hombre con una discapacidad neurológica que vive una vida sencilla con su hija "Alma", personaje de Natalia Reyes. La trama da un giro cuando Héctor es acusado injustamente de un crimen que no cometió. Separado de su hija y enviado a prisión, el personaje debe aprender a sobrevivir en un entorno hostil, donde su inocencia y su amor paternal comienzan a transformar lentamente a quienes lo rodean.

Para el actor, el primer acercamiento al proyecto fue visceral. En entrevista con El Informador, explica que su forma de elegir papeles depende de una conexión inmediata. "A mí me pasa algo muy particular: empiezo a leer los guiones y, en las primeras páginas, conecto o no conecto. Me doy cuenta cuando eso sucede porque empiezo a querer interpretar al personaje, no solo leerlo", explica Chaparro.

"Con esta película, inmediatamente empecé a hablar como hablaría Héctor, lo empecé a interpretar de manera involuntaria. Fue una experiencia muy rica imaginarme haciendo un personaje tan opuesto a lo que he hecho antes. Me dio un poquito de miedo, porque sabía que tenía que salir de la zona cómoda, pero al mismo tiempo me emocionó. La verdad es que terminé llorando con el guion, y eso no siempre sucede", agrega.



Aunque su carrera ha estado ligada a la comedia, Chaparro evita catalogar este drama como un punto de quiebre o una estrategia de reinvención. "Prefiero no hacerme esa pregunta. A mí me gusta preguntarme cuál es el siguiente personaje", dice. "Es bonito entregarte y saber que diste lo mejor. Uno aprende con los años, y prefiero no hacerme esas preguntas. Que sea lo que tenga que ser".

El reto actoral, según describe, radicó en el doble encierro del personaje: el físico de la prisión y el psicológico de su condición. Para construir a Héctor, el actor y la directora buscaron una clave específica. "Fue un personaje bastante complejo", asegura. "Creo que algo que nos ayudó muchísimo fue construirlo inspirado no en ningún paciente con alguna condición mental, sino más bien en cómo se comporta un niño de cinco años. Esto fue por sugerencia de la directora. Desde ahí me ayudó mucho a construir al personaje. Es un hombre de cuarenta y tantos años, pero mentalmente tiene cinco. Sin embargo, él sabe que es papá. En el fondo sabe que tiene la responsabilidad de su hija. Entonces, ¿cómo tolera este niño esa frustración, ese miedo, ese pánico? ¿Cómo lo vive? ¿Como adulto, como niño o como Héctor? Esa era mi tarea: darle vida a este personaje, generar emociones muy fuertes y, sobre todo, que nunca perdiera la esperanza de reencontrarse con su hija".

Chaparro reflexiona sobre el proceso como un aprendizaje que va más allá de lo profesional. "Cada película es una universidad intensa para mí. Son dos o tres meses de preparación muy fuertes. Estar con otros actores y otros seres humanos te hace ver realidades distintas y te ayuda a abrir la empatía", dice. "Es muy bonito como actor trabajar con cosas intangibles. No trabajamos con objetos, sino con emociones, y con ellas construyes personajes. Nunca sabes a cuánta gente pueden tocar estas historias".

A pocos días del lanzamiento, el actor expresa una sensación de satisfacción que mezcla la actuación con otra de sus facetas: la música. Para "La celda de los milagros" compuso e interpretó el tema "Alma de mi alma", lo que le permitió unir dos oficios. "Estoy muy contento. Creo que hicimos una película muy linda. Estoy orgulloso de lo que hemos hecho este año y de que se hayan juntado mis dos profesiones", finaliza.

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