"Lo peor hasta el momento", una opera prima colombiana sobre las inesperadas desgracias de la vida
- por © Adolfo Morales-NOTICINE.com
La opera prima del director y guionista colombiano Iván Garzón Mayorga, "Lo peor hasta el momento", llegará a las salas de cine nacionales este 19 de septiembre. Cuenta la historia de dos hermanos distanciados que se reencuentran para cuidar y responsabilizarse de su madre agonizante. Carlos Silva, Santiago Orjuela y María Elena Duque encabezan el reparto. "Si hay gente que quiere hacer cine y que sus proyectos lleguen a salas de cine, deberían verla para saber qué hace que nuestra película esté ahí", afirmó el realizador novel.
La película comenzó a gestarse en el año 2017 durante su tesis de fin de grado como estudiantes de artes visuales. Pensada inicialmente como un cortometraje, fue poco a poco dividiéndose en varios actos representados por el abandono, el conflicto y la enfermedad.
Tras años de no saber nada de su familia, Juan decide ir a Bogotá a visitar a su mamá enferma. Allí se reencuentra con su hermano menor Mario, y con su tía Gloria, a quienes los cuidados de la enfermedad los han drenado económica y vitalmente. Para sorpresa de ambos hermanos, su tía les informa que por una oportunidad laboral, que no puede rechazar, ahora el cuidado de su madre lo deben afrontar ellos juntos mientras se enfrentan a sus diferencias.
"La escribí y dirigí -expresó Iván Garzón- para sacarme unos demonios, como dice Juan Espejo, el hermano mayor de la ficción, relacionados con la enfermedad y los lazos familiares rotos. Fue una catarsis emocional que me sentí obligado a decantar de alguna manera, y la manera que encontré fue de las más difíciles que he escogido en mi vida. En el proceso, la creciente sensación de absurdo y de ridículo de querer emprender un proyecto tan titánico, que parecía una hidra a la que cada vez le nacía una nueva cabeza, se volvió en sí un evento tan traumático, que empujados hacia el espejo que es la ficción, no pudimos evitar incluir nuestras luchas en las de nuestro protagonista, Mario Espejo; que al igual que nosotros, se enfrentaba contra la precariedad económica, el cuidado de su madre enferma, su hogar roto, y aun así, el deseo estéril de hacer una película. Entendí entonces que yo era la fantasía y el ensueño de mi propio personaje, y haciendo pases con todo lo que no podíamos hacer, encontré por fin la sinceridad que buscaba en todo lo que ya teníamos".
El rodaje de "Lo peor hasta el momento" fue cuanto menos abrupto. "Un día que estábamos cansados pensamos en dejar de rodar y grabar un mes después. Nos relajamos todos, nos pegamos una farra y dejamos la casa hecha una mierda. Tras ello yo llamo al hombre que nos alquiló la casa para grabar y nos dijo: 'ustedes volvieron esta casa una mierda y no van a seguir grabando aquí'. Así que nos quedamos sin casa y tuvimos que repetir todo otra vez", contó Garzón al podcast "Gente que hace cine".
"No habíamos tenido la oportunidad de vender la película y moverla a salas de cine hasta ahora. Yo creo que la gente veía algo muy valioso en nuestra ingenuidad porque nos pusimos a repartir postales, pegar carteles, hablar a gente de nuestro proyecto, etc. Y de esa forma fue como llegó nueva gente y comenzamos a vender la película", añadió el cineasta, para quien lo mejor de la experiencia fue " la invitación a hacer charlas, que nos recogieran en aeropuertos... Me sentía una Rockstar".
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La película comenzó a gestarse en el año 2017 durante su tesis de fin de grado como estudiantes de artes visuales. Pensada inicialmente como un cortometraje, fue poco a poco dividiéndose en varios actos representados por el abandono, el conflicto y la enfermedad.
Tras años de no saber nada de su familia, Juan decide ir a Bogotá a visitar a su mamá enferma. Allí se reencuentra con su hermano menor Mario, y con su tía Gloria, a quienes los cuidados de la enfermedad los han drenado económica y vitalmente. Para sorpresa de ambos hermanos, su tía les informa que por una oportunidad laboral, que no puede rechazar, ahora el cuidado de su madre lo deben afrontar ellos juntos mientras se enfrentan a sus diferencias.
"La escribí y dirigí -expresó Iván Garzón- para sacarme unos demonios, como dice Juan Espejo, el hermano mayor de la ficción, relacionados con la enfermedad y los lazos familiares rotos. Fue una catarsis emocional que me sentí obligado a decantar de alguna manera, y la manera que encontré fue de las más difíciles que he escogido en mi vida. En el proceso, la creciente sensación de absurdo y de ridículo de querer emprender un proyecto tan titánico, que parecía una hidra a la que cada vez le nacía una nueva cabeza, se volvió en sí un evento tan traumático, que empujados hacia el espejo que es la ficción, no pudimos evitar incluir nuestras luchas en las de nuestro protagonista, Mario Espejo; que al igual que nosotros, se enfrentaba contra la precariedad económica, el cuidado de su madre enferma, su hogar roto, y aun así, el deseo estéril de hacer una película. Entendí entonces que yo era la fantasía y el ensueño de mi propio personaje, y haciendo pases con todo lo que no podíamos hacer, encontré por fin la sinceridad que buscaba en todo lo que ya teníamos".
El rodaje de "Lo peor hasta el momento" fue cuanto menos abrupto. "Un día que estábamos cansados pensamos en dejar de rodar y grabar un mes después. Nos relajamos todos, nos pegamos una farra y dejamos la casa hecha una mierda. Tras ello yo llamo al hombre que nos alquiló la casa para grabar y nos dijo: 'ustedes volvieron esta casa una mierda y no van a seguir grabando aquí'. Así que nos quedamos sin casa y tuvimos que repetir todo otra vez", contó Garzón al podcast "Gente que hace cine".
"No habíamos tenido la oportunidad de vender la película y moverla a salas de cine hasta ahora. Yo creo que la gente veía algo muy valioso en nuestra ingenuidad porque nos pusimos a repartir postales, pegar carteles, hablar a gente de nuestro proyecto, etc. Y de esa forma fue como llegó nueva gente y comenzamos a vender la película", añadió el cineasta, para quien lo mejor de la experiencia fue " la invitación a hacer charlas, que nos recogieran en aeropuertos... Me sentía una Rockstar".
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