Coproducción hispano-chilena "La fiebre de los ricos" se estrena en salas españolas
- por © Ángela Pérez Torres-NOTICINE.com
Tras el éxito internacional de "El hoyo", el director bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia regresa a la pantalla grande con una coproducción hispano-chilena que promete dar mucho de qué hablar. "La fiebre de los ricos", su tercer largometraje, ya se puede disfrutar en los cines españoles.
Con su nueva película, Gaztelu-Urrutia ofrece una visión radicalmente distópica que profundiza en una crítica al sistema capitalista de una manera tan grotesca y provocadora como la ópera prima del cineasta. En "La fiebre de los ricos", la trama se centra en una epidemia inexplicable que solo afecta a los multimillonarios del mundo, quienes comienzan a morir sin razón aparente. La epidemia se presenta como una especie de "virus anticapitalista" que también tiene un simbolismo visual único: los dientes de los ricos brillan con un resplandor casi surrealista. En este contexto, el relato se desenvuelve como una especie de alegoría tardomarxista, que desafía la afirmación de pensadores como Fredric Jameson o Slavoj Žižek, autores que aseguraban que es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo.
La cinta está marcada por el tono irreverente y desmesurado que caracteriza el estilo de Gaztelu-Urrutia, de forma que las disonancias y los giros narrativos inesperados cobran protagonismo. La historia comienza con un toque de autoficción, donde una ambiciosa profesional, interpretada por la americana Mary Elizabeth Winstead, sirve como punto de partida para una reflexión sobre la propia carrera del director y su mirada crítica hacia la industria del cine. Con su característico afán provocador, la nueva propuesta del realizador bilbaíno destaca por la visión colectiva y social que subyace en la trama, ya que las masas tienen más relevancia que los personajes principales. El film se aleja de los relatos individuales para poner el foco en el efecto de la pandemia y la caída de los capitalistas en un mundo globalizado.
Gaztelu-Urrutia, quien comenzó su carrera en la televisión y la publicidad, propone con su nuevo largometraje la idea de un "viaje inverso" en el que los occidentales, afectados por la epidemia, huyen hacia África. De esta forma, "La fiebre de los ricos" subraya la desconexión entre el mundo rico y el empobrecido, y se convierte en un vehículo para realizar debates sobre las estructuras de poder y la justicia social. "Yo llevaba tiempo dándole vueltas a una historia sobre migración inversa, que se pudiera contar en primera persona desde el punto de vista de una persona privilegiada que en circunstancias normales jamás sería perseguida ni discriminada", decía Gazteu-Urrutia en una entrevista con RTVE.
Junto a Winstead, el reparto de la cinta está completado por un elenco internacional con nombres como la estadounidense Lorraine Bracco ("Uno de los nuestros / Goodfellas", "Los Soprano / The Soprano") y los británicos Timothy Spall ("Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet Street / Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street", "Mr. Turner"), Rafe Spall ("La gran apuesta / The Big Short", "Arma fatal / Hot fuzz") y Jonah Hauer-King ("La Sirenita / The Little Mermaid", "Mujercitas / Little Women"), entre otros.
En la que hasta el momento es su última película, coescrita junto a David Desola y Pedro Rivero, el director no solo vuelve a alejarse de las fórmulas predecibles, sino que reafirma su capacidad para ofrecer un cine arriesgado, desafiante y lleno de reflexiones. "La responsabilidad personal que tenemos es la autentica reflexión de esta película y el debate que plantea" remataba el bilbaíno. En definitiva, "La fiebre de los ricos" invita a los espectadores a cuestionarse el mundo que habitamos y a desafiar las dinámicas de poder que lo rigen.
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Con su nueva película, Gaztelu-Urrutia ofrece una visión radicalmente distópica que profundiza en una crítica al sistema capitalista de una manera tan grotesca y provocadora como la ópera prima del cineasta. En "La fiebre de los ricos", la trama se centra en una epidemia inexplicable que solo afecta a los multimillonarios del mundo, quienes comienzan a morir sin razón aparente. La epidemia se presenta como una especie de "virus anticapitalista" que también tiene un simbolismo visual único: los dientes de los ricos brillan con un resplandor casi surrealista. En este contexto, el relato se desenvuelve como una especie de alegoría tardomarxista, que desafía la afirmación de pensadores como Fredric Jameson o Slavoj Žižek, autores que aseguraban que es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo.
La cinta está marcada por el tono irreverente y desmesurado que caracteriza el estilo de Gaztelu-Urrutia, de forma que las disonancias y los giros narrativos inesperados cobran protagonismo. La historia comienza con un toque de autoficción, donde una ambiciosa profesional, interpretada por la americana Mary Elizabeth Winstead, sirve como punto de partida para una reflexión sobre la propia carrera del director y su mirada crítica hacia la industria del cine. Con su característico afán provocador, la nueva propuesta del realizador bilbaíno destaca por la visión colectiva y social que subyace en la trama, ya que las masas tienen más relevancia que los personajes principales. El film se aleja de los relatos individuales para poner el foco en el efecto de la pandemia y la caída de los capitalistas en un mundo globalizado.
Gaztelu-Urrutia, quien comenzó su carrera en la televisión y la publicidad, propone con su nuevo largometraje la idea de un "viaje inverso" en el que los occidentales, afectados por la epidemia, huyen hacia África. De esta forma, "La fiebre de los ricos" subraya la desconexión entre el mundo rico y el empobrecido, y se convierte en un vehículo para realizar debates sobre las estructuras de poder y la justicia social. "Yo llevaba tiempo dándole vueltas a una historia sobre migración inversa, que se pudiera contar en primera persona desde el punto de vista de una persona privilegiada que en circunstancias normales jamás sería perseguida ni discriminada", decía Gazteu-Urrutia en una entrevista con RTVE.
Junto a Winstead, el reparto de la cinta está completado por un elenco internacional con nombres como la estadounidense Lorraine Bracco ("Uno de los nuestros / Goodfellas", "Los Soprano / The Soprano") y los británicos Timothy Spall ("Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet Street / Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street", "Mr. Turner"), Rafe Spall ("La gran apuesta / The Big Short", "Arma fatal / Hot fuzz") y Jonah Hauer-King ("La Sirenita / The Little Mermaid", "Mujercitas / Little Women"), entre otros.
En la que hasta el momento es su última película, coescrita junto a David Desola y Pedro Rivero, el director no solo vuelve a alejarse de las fórmulas predecibles, sino que reafirma su capacidad para ofrecer un cine arriesgado, desafiante y lleno de reflexiones. "La responsabilidad personal que tenemos es la autentica reflexión de esta película y el debate que plantea" remataba el bilbaíno. En definitiva, "La fiebre de los ricos" invita a los espectadores a cuestionarse el mundo que habitamos y a desafiar las dinámicas de poder que lo rigen.
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