Alejandro Gerber habla del estreno de "Arillo de hombre muerto", lo nuevo de Adriana Paz

por © Redacción (México)-NOTICINE.com
Gerber y Adriana Paz en su película
Gerber y Adriana Paz en su película
Este 20 de marzo llega a las salas de cine mexicanas "Arillo de hombre muerto", la tercera película del director Alejandro Gerber Bicecci. Protagonizada por Adriana Paz, Noé Hernández, Gina Moret y Gabo Anguiano, la cinta narra la historia de Dalia, una conductora del Metro cuya vida se desmorona tras la desaparición de su esposo. A través de su lucha contra la indolencia del sistema y la sociedad, la película explora temas como la violencia y las desapariciones forzadas en México.

En una entrevista publicada en la web del IMCINE, Gerber compartió detalles sobre su enfoque en la historia y el proceso de creación de la película. "'Arillo de hombre' muerto no es una película de denuncia contra la inacción del gobierno, ni una épica de una heroína que busca a su marido desaparecido", explicó el director. "Es la historia de una mujer que se enfrenta a una indolencia generalizada en todos los ámbitos de su vida, alrededor de la desaparición de su marido. Habla de la relación de la sociedad con esta violencia que inunda al país desde hace casi veinte años. Eso la convierte en una película más íntima que política, más cercana a la realidad de cientos de miles de familias que viven esta triste situación".

Gerber destacó que Dalia, interpretada por Adriana Paz, no es una heroína tradicional. "Es más mártir que heroína. Sí hay un recorrido donde ella enfrenta distintas instancias, pero la perspectiva heroica implica una colección de virtudes que pueden enseñarnos el camino hacia un lugar más justo", comentó. "En el caso de Dalia estamos frente a una víctima imperfecta, con aristas en su personalidad que podrían ser moralmente reprochables, y que cada vez que intenta avanzar se topa con un universo indolente, que cuando se acercan a ella lo hacen por conveniencia propia, tanto desde el gobierno como desde la sociedad civil".



El metro de la Ciudad de México juega un papel central en la película, algo que Gerber atribuye a su propia relación con la ciudad. "El metro es fundamental en mi relación con la Ciudad de México. Es mi forma de habitar la ciudad, desde que a los doce años empecé a ir solo a la escuela", dijo. "Lo que conozco de la ciudad es a través del sistema de transporte colectivo. Y cada vez que lo recorro se ha convertido en un espacio de reflexión sobre mi relación con la ciudad y de quienes la cohabitan conmigo".

El director también compartió cómo surgió la idea de utilizar música sacra en las escenas del metro. "Se me ocurrió: ¿qué pasaría si le pongo música sacra al metro? ¿Si lo concibo como una iglesia gigantesca, donde la gente transita penosamente? Ahí surgió la idea de crear la música de la película con órgano de iglesia, algo que hizo Alejandro Otaola, uno de los highlights de la película".

Filmar en el metro no fue tarea fácil. Gerber explicó que su productor, Juan Pablo Miquirray, tuvo que realizar una extensa gestión con las autoridades. "Hubo que ser muy precisos en las peticiones, ayudó que teníamos claro lo que queríamos. Las autoridades leyeron el guión, lo vieron con buenos ojos y nos permitieron filmar", detalló. Algunas escenas se rodaron en la madrugada, mientras que otras se realizaron durante el funcionamiento normal del metro, utilizando un enfoque semidocumental para capturar la realidad del lugar.

Sobre el trabajo con Adriana Paz, ganadora del premio de interpretación en Cannes (junto a sus compañeras de "Emilia Pérez"), Gerber destacó su profesionalismo y dedicación. "Adriana y yo hemos colaborado desde hace casi quince años. Cuando estuvo el guión listo, Adriana estaba muy presente para mí. Lo leyó, le gustó y a partir de ahí la tuve de cómplice creativa", afirmó. "Es probablemente la actriz más profesional que conozco. Es rigurosa y se arroja en cada escena. Es exigente con su trabajo y, por añadidura, con el de los demás".

Paz aparece en el 100% de las escenas de la película, lo que representó un desafío logístico y emocional. "La película era extremadamente demandante, en el sentido de que no se podía filmar sin ella", comentó Gerber. "El trabajo con ella es de constante diálogo y debate de cada escena. Adriana constantemente está buscando lo mejor de cada escena, y para eso necesita un director dispuesto a dialogar, a acceder en algunos momentos y a defender las ideas que considera importantes".

"Arillo de hombre muerto" llega a los cines en un momento en el que estos temas siguen siendo de urgente relevancia en el país.

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