Hablamos en exclusiva con Luciano Zito, que estrenó "Nancy"
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com

El argentino Luciano Zito, primero documentalista, ha pasado por primera vez al terreno de la ficción con "Nancy", la historia de una mujer que se gana la vida limpiando las casas de los porteños en la costa cuando ellos no están. Este drama de silencios, esperanzas y decepciones, ha llegado este jueves a la sala Gaumont y se verá también en otras del INCAA, luego de haberse presentado en el último Festival BAFICI. NOTICINE.com habló con él en exclusiva.
- ¿En qué momento sintió la necesidad de pasar a la ficción? ¿Fue complejo el proceso?
Tenía varios guiones de ficción que nunca llegué a terminar. Uno de ellos lo había escrito hace bastante tiempo y era relativamente sencillo de producir, pero por distintas razones lo dejé de lado. En 2020 me propuse hacer una ficción, después de haber trabajado en documentales de todo tipo. Entonces, me anoté en un taller del director Gustavo Fontán con el objetivo de terminar una primera versión del guion ese mismo año, pero justo llegó la pandemia. En ese sentido, no sentí que fuera un proceso complejo, sino que fue bastante natural porque tuve mucho tiempo para escribir. Quizás lo más complejo fue conseguir la financiación. Finalmente, el INCAA (Instituto del cine argentino) fue la fuente principal del financiamiento de la cinta. Además, había ciertas cuestiones que nos permitían poder hacer el rodaje en buenas condiciones técnicas con gente súper talentosa, así que seguimos adelante con la película.
- ¿Por qué esta historia?
Venía rondándome la cabeza desde hace tiempo. Quise retratar ese vínculo tan particular entre los propietarios, que se ven obligados a depositar su confianza, y los trabajadores encargados de cuidar las casas durante el año. Siempre me llamó la atención esa relación marcada por una desconfianza concreta y explícita, pero al mismo tiempo inevitable, porque los propietarios tienen que dejar las llaves en manos de otros. También me atrajo la figura de personas como Nancy, que acceden a esos lugares, a los que no podrían acceder de otra manera, cuando nadie las ve. Además, me interesaba mostrar la situación concreta que vive la protagonista, enfrentada a una contradicción entre los deseos del cuerpo y los de la mente.
- La película me ha dejado una cierta sensación de amargura porque la esperanza que surge en la protagonista acaba en decepción...
Es verdad que es una película que tiene muy pocos momentos felices o tiernos. Sin embargo, a mi parecer, al final de la cinta Nancy acaba mejor de lo que empieza, porque hace lo que siente y se quita un peso de encima.
- ¿Cómo llegó a Camila Peralta y qué es lo que más le interesó de su trabajo?
Al principio, Iván Eibuszyc (el productor) y yo pensamos en Sofía Gala Castiglione, que de hecho leyó el guion y le gustó mucho. Fue muy difícil concretar una reunión con ella porque en ese momento tenía muchos compromisos, por lo que descartamos la idea. Entonces, alguien nos recomendó que fuéramos a ver a Camila en la obra de teatro “Pequeña Pamela”, y nos encantó. Le pasamos el guion y le interesó mucho, por lo que empezamos a trabajar. Lo que me atrajo de Camila fue que no es una actriz muy conocida, porque tengo la sensación de que cuando el público ve a alguien famoso en la pantalla, ven primero a la persona que al personaje. Además, me pareció una actriz muy versátil y que tenía la capacidad de pasar de un estado emocional a otro con mucha naturalidad. Como era mi primera ficción, me dejé llevar mucho por la intuición y por la experiencia de Camila. Además, como su personaje no tiene mucho diálogo, me resultó más fácil pedirle lo que tenía en mente. Fue como construir un personaje desde otro lado.
- Peralta tiene una virtud interesante para la película porque podría tener cualquier edad, y creo que el hecho de que tenga una edad indeterminada ayuda.
Si, puede ser. De hecho, también le pasamos el guion a Lorena Vega, pero era claramente mayor en edad. Ahí me di cuenta de que me interesaba que el personaje pareciera más joven.
- Parece ser que su película ha sido una de las últimas en recibir apoyo del INCAA. ¿Cómo está la situación para los cineastas en este momento?
Es muy complicada. Hace algunas semanas se publicó un comunicado firmado por casi todas las asociaciones de productores, directores y del sector audiovisual, en el que se denunciaba que, bajo la actual gestión del INCAA durante el gobierno de Milei, no se había aprobado ni una sola película. El director del Instituto respondió diciendo que se habían aprobado 236 películas, pero obviamente es mentira, porque en realidad se refería a films apoyados durante la gestión anterior. Se ha dejado de lado y se ha desvalorizado la cultura, y en especial el cine. Actualmente se está dando una oleada de películas argentinas que se están estrenando apresuradamente, como la mía, simplemente para poder terminar de cobrar la parte que el INCAA nos debe, porque el pago se realiza tras el estreno. Muchos estamos estrenando así, porque el dinero cada vez vale menos, pero es una forma de intentar recuperar al menos una parte del trabajo y esfuerzo invertidos.
- ¿Ven alguna luz al final del túnel o la única solución es esperar a que haya otra elección presidencial?
Por un lado, es cuestión de tiempo, porque muchos esperamos que no falte tanto para las próximas elecciones. Pero por otro lado, el escenario de que este gobierno no llegue a completar su mandato tampoco es sencillo, porque suele implicar situaciones conflictivas y violentas que nunca sabes cómo terminan. Me gustaría que la salida fuera a través de una vía pacífica y democrática, aunque a los que tienen el poder en este momento no les interesa eso. Cuando la cuerda se tense mucho porque la mayoría lo esté pasando mal, volará todo por los aires.
- En este panorama, ¿se plantea otro nuevo proyecto de ficción o de momento estás descorazonado con la situación?
Me encantó hacer ficción y, de hecho, ya tengo un guion bastante avanzado. Inevitablemente, también armé algunos proyectos de documentales para plataformas. Además, estoy dando talleres de desarrollo de proyectos, algo que vengo haciendo hace tiempo para distintos países de Iberoamérica. La idea es que alguno de estos proyectos pueda concretarse. Tengo muchas ganas de volver a filmar ficción, pero también tengo claro que la próxima película quiero hacerla en mejores condiciones económicas. Obviamente, el dinero no va a salir de acá, de Argentina, por lo que será un proceso que llevará su tiempo.
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- ¿En qué momento sintió la necesidad de pasar a la ficción? ¿Fue complejo el proceso?
Tenía varios guiones de ficción que nunca llegué a terminar. Uno de ellos lo había escrito hace bastante tiempo y era relativamente sencillo de producir, pero por distintas razones lo dejé de lado. En 2020 me propuse hacer una ficción, después de haber trabajado en documentales de todo tipo. Entonces, me anoté en un taller del director Gustavo Fontán con el objetivo de terminar una primera versión del guion ese mismo año, pero justo llegó la pandemia. En ese sentido, no sentí que fuera un proceso complejo, sino que fue bastante natural porque tuve mucho tiempo para escribir. Quizás lo más complejo fue conseguir la financiación. Finalmente, el INCAA (Instituto del cine argentino) fue la fuente principal del financiamiento de la cinta. Además, había ciertas cuestiones que nos permitían poder hacer el rodaje en buenas condiciones técnicas con gente súper talentosa, así que seguimos adelante con la película.
- ¿Por qué esta historia?
Venía rondándome la cabeza desde hace tiempo. Quise retratar ese vínculo tan particular entre los propietarios, que se ven obligados a depositar su confianza, y los trabajadores encargados de cuidar las casas durante el año. Siempre me llamó la atención esa relación marcada por una desconfianza concreta y explícita, pero al mismo tiempo inevitable, porque los propietarios tienen que dejar las llaves en manos de otros. También me atrajo la figura de personas como Nancy, que acceden a esos lugares, a los que no podrían acceder de otra manera, cuando nadie las ve. Además, me interesaba mostrar la situación concreta que vive la protagonista, enfrentada a una contradicción entre los deseos del cuerpo y los de la mente.
- La película me ha dejado una cierta sensación de amargura porque la esperanza que surge en la protagonista acaba en decepción...
Es verdad que es una película que tiene muy pocos momentos felices o tiernos. Sin embargo, a mi parecer, al final de la cinta Nancy acaba mejor de lo que empieza, porque hace lo que siente y se quita un peso de encima.
- ¿Cómo llegó a Camila Peralta y qué es lo que más le interesó de su trabajo?
Al principio, Iván Eibuszyc (el productor) y yo pensamos en Sofía Gala Castiglione, que de hecho leyó el guion y le gustó mucho. Fue muy difícil concretar una reunión con ella porque en ese momento tenía muchos compromisos, por lo que descartamos la idea. Entonces, alguien nos recomendó que fuéramos a ver a Camila en la obra de teatro “Pequeña Pamela”, y nos encantó. Le pasamos el guion y le interesó mucho, por lo que empezamos a trabajar. Lo que me atrajo de Camila fue que no es una actriz muy conocida, porque tengo la sensación de que cuando el público ve a alguien famoso en la pantalla, ven primero a la persona que al personaje. Además, me pareció una actriz muy versátil y que tenía la capacidad de pasar de un estado emocional a otro con mucha naturalidad. Como era mi primera ficción, me dejé llevar mucho por la intuición y por la experiencia de Camila. Además, como su personaje no tiene mucho diálogo, me resultó más fácil pedirle lo que tenía en mente. Fue como construir un personaje desde otro lado.
- Peralta tiene una virtud interesante para la película porque podría tener cualquier edad, y creo que el hecho de que tenga una edad indeterminada ayuda.
Si, puede ser. De hecho, también le pasamos el guion a Lorena Vega, pero era claramente mayor en edad. Ahí me di cuenta de que me interesaba que el personaje pareciera más joven.
- Parece ser que su película ha sido una de las últimas en recibir apoyo del INCAA. ¿Cómo está la situación para los cineastas en este momento?
Es muy complicada. Hace algunas semanas se publicó un comunicado firmado por casi todas las asociaciones de productores, directores y del sector audiovisual, en el que se denunciaba que, bajo la actual gestión del INCAA durante el gobierno de Milei, no se había aprobado ni una sola película. El director del Instituto respondió diciendo que se habían aprobado 236 películas, pero obviamente es mentira, porque en realidad se refería a films apoyados durante la gestión anterior. Se ha dejado de lado y se ha desvalorizado la cultura, y en especial el cine. Actualmente se está dando una oleada de películas argentinas que se están estrenando apresuradamente, como la mía, simplemente para poder terminar de cobrar la parte que el INCAA nos debe, porque el pago se realiza tras el estreno. Muchos estamos estrenando así, porque el dinero cada vez vale menos, pero es una forma de intentar recuperar al menos una parte del trabajo y esfuerzo invertidos.
- ¿Ven alguna luz al final del túnel o la única solución es esperar a que haya otra elección presidencial?
Por un lado, es cuestión de tiempo, porque muchos esperamos que no falte tanto para las próximas elecciones. Pero por otro lado, el escenario de que este gobierno no llegue a completar su mandato tampoco es sencillo, porque suele implicar situaciones conflictivas y violentas que nunca sabes cómo terminan. Me gustaría que la salida fuera a través de una vía pacífica y democrática, aunque a los que tienen el poder en este momento no les interesa eso. Cuando la cuerda se tense mucho porque la mayoría lo esté pasando mal, volará todo por los aires.
- En este panorama, ¿se plantea otro nuevo proyecto de ficción o de momento estás descorazonado con la situación?
Me encantó hacer ficción y, de hecho, ya tengo un guion bastante avanzado. Inevitablemente, también armé algunos proyectos de documentales para plataformas. Además, estoy dando talleres de desarrollo de proyectos, algo que vengo haciendo hace tiempo para distintos países de Iberoamérica. La idea es que alguno de estos proyectos pueda concretarse. Tengo muchas ganas de volver a filmar ficción, pero también tengo claro que la próxima película quiero hacerla en mejores condiciones económicas. Obviamente, el dinero no va a salir de acá, de Argentina, por lo que será un proceso que llevará su tiempo.
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