El largo camino de "La ciénaga, entre el mar y la tierra" hasta las salas colombianas
- por © Corresponsal (Colombia)-NOTICINE.com

Ocho años después de su realización, "La ciénaga, entre el mar y la tierra" llegó finalmente a las salas de cine colombianas el pasado jueves 29 de mayo. El largometraje, protagonizado por Vicky Hernández y Manolo Cruz, había permanecido bloqueado por un litigio judicial entre sus codirectores, Cruz y Carlos del Castillo, a pesar de haber obtenido reconocimientos internacionales, incluidos tres premios en el Festival de Sundance.
El conflicto comenzó en 2016, cuando Del Castillo cuestionó la autoría compartida de la película. Aunque inicialmente aceptó el rol de codirector durante el rodaje, su participación se limitó a esa etapa, sin involucrarse en la preproducción ni en la edición final. Tras el éxito en festivales, Del Castillo insistió en que era el único director legítimo, lo que llevó a una serie de demandas que escalaron hasta la Corte Suprema de Justicia y la Dirección Nacional de Derechos de Autor (DNDA).
En junio de 2024, la Corte Suprema falló a favor de Manolo Cruz, reconociendo su labor como codirector. La sentencia señaló que Cruz, además de ser guionista y actor protagónico, ejerció "un rol propio de director" durante la preproducción y posproducción. La DNDA ratificó esta decisión, basándose en testimonios del equipo técnico y actoral, incluyendo a Jorge Cao y Vicky Hernández.
El film narra la historia de Alberto Navarro (interpretado por Cruz), un hombre con distonía que vive postrado en una cama en la Ciénaga Grande de Santa Marta, bajo el cuidado de su madre (Hernández). Para el papel, Cruz perdió 23 kilos y estudió el trastorno neuromuscular para retratar con precisión los movimientos involuntarios y las limitaciones del personaje.
El proceso de filmación duró 23 días y enfrentó dificultades desde el inicio. La directora de fotografía y otro miembro clave del equipo abandonaron el proyecto al recibir ofertas de Netflix, lo que llevó a Cruz a ofrecerle a Del Castillo el cargo de codirector durante el rodaje. Sin embargo, tras ver el corte final, Del Castillo declaró: "Es la peor película que he visto en mi vida", según relata Cruz.
A pesar del conflicto, la película acumuló premios en Ventana Sur, Sundance y otros festivales. Vicky Hernández destacó su influencia en cineastas más jóvenes, como Yuldor Gutiérrez, director de "Ángel de mi vida" (2020). "Hay poesía y hay belleza en medio de la miseria", comentó Hernández sobre el film.
El fallo judicial permitió que los créditos finales reconocieran a ambos como codirectores, cerrando una disputa que mantuvo la película fuera de circulación durante casi una década. Para Cruz, el tema de la cinta sigue vigente: "Esta película, al tocar un tema tan actual como son las personas que están silenciadas en nuestro país, sea por el abandono político o social, porque no pueden salir a gritar su historia al mundo, no se vuelve vieja".
Jorge Cao, quien interpreta a un supervisor de energía en la cinta, resaltó el uso del silencio como elemento narrativo clave. Una ironía no menor, considerando que la película misma fue silenciada por años debido a conflictos legales.
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El conflicto comenzó en 2016, cuando Del Castillo cuestionó la autoría compartida de la película. Aunque inicialmente aceptó el rol de codirector durante el rodaje, su participación se limitó a esa etapa, sin involucrarse en la preproducción ni en la edición final. Tras el éxito en festivales, Del Castillo insistió en que era el único director legítimo, lo que llevó a una serie de demandas que escalaron hasta la Corte Suprema de Justicia y la Dirección Nacional de Derechos de Autor (DNDA).
En junio de 2024, la Corte Suprema falló a favor de Manolo Cruz, reconociendo su labor como codirector. La sentencia señaló que Cruz, además de ser guionista y actor protagónico, ejerció "un rol propio de director" durante la preproducción y posproducción. La DNDA ratificó esta decisión, basándose en testimonios del equipo técnico y actoral, incluyendo a Jorge Cao y Vicky Hernández.
El film narra la historia de Alberto Navarro (interpretado por Cruz), un hombre con distonía que vive postrado en una cama en la Ciénaga Grande de Santa Marta, bajo el cuidado de su madre (Hernández). Para el papel, Cruz perdió 23 kilos y estudió el trastorno neuromuscular para retratar con precisión los movimientos involuntarios y las limitaciones del personaje.
El proceso de filmación duró 23 días y enfrentó dificultades desde el inicio. La directora de fotografía y otro miembro clave del equipo abandonaron el proyecto al recibir ofertas de Netflix, lo que llevó a Cruz a ofrecerle a Del Castillo el cargo de codirector durante el rodaje. Sin embargo, tras ver el corte final, Del Castillo declaró: "Es la peor película que he visto en mi vida", según relata Cruz.
A pesar del conflicto, la película acumuló premios en Ventana Sur, Sundance y otros festivales. Vicky Hernández destacó su influencia en cineastas más jóvenes, como Yuldor Gutiérrez, director de "Ángel de mi vida" (2020). "Hay poesía y hay belleza en medio de la miseria", comentó Hernández sobre el film.
El fallo judicial permitió que los créditos finales reconocieran a ambos como codirectores, cerrando una disputa que mantuvo la película fuera de circulación durante casi una década. Para Cruz, el tema de la cinta sigue vigente: "Esta película, al tocar un tema tan actual como son las personas que están silenciadas en nuestro país, sea por el abandono político o social, porque no pueden salir a gritar su historia al mundo, no se vuelve vieja".
Jorge Cao, quien interpreta a un supervisor de energía en la cinta, resaltó el uso del silencio como elemento narrativo clave. Una ironía no menor, considerando que la película misma fue silenciada por años debido a conflictos legales.
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