Diego Gottheil habla sobre el estreno de "La herida"
- por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
El argentino Diego Gottheil guardó el guion en un cajón durante más de tres décadas. Lo había escrito en 1988, basándose en una idea que había rondado su cabeza desde algún momento después de 1980. Con el paso de los años, el director, que también es abogado y ha publicado novelas como "Ojos de Sangre" y "Obsesión", siguió con su vida, escribiendo otros proyectos. El guion permaneció allí, inmovilizado en el tiempo, hasta que un productor amigo lo leyó por casualidad. "Quedó allí y yo seguí escribiendo otras cosas, otros guiones, incluso publiqué un par de novelas. Estaba allí el guión guardado hasta que lo leyó un productor amigo y le pareció que era una historia que estaba buena para filmarla", cuenta Gottheil. "Era una historia posible de filmar desde el punto de vista presupuestario y la verdad es que estoy muy contento con el resultado", agrega.
Esa historia es "La herida", su ópera prima, que se estrena este jueves 6 de noviembre en las salas de cine argentinas. La película, que fue seleccionada en el BAFICI 2024, sigue a Raúl, un abogado exitoso de 62 años, interpretado por Carlos Santamaría. Un llamado telefónico con noticias trágicas sobre Marcela, su amor de juventud, lo sumerge de lleno en el recuerdo de esa relación. La narración se sumerge en el pasado, reviviendo la pasión, la ternura y la melancolía de un vínculo que quedó marcado por un contexto histórico específico: los años de la última dictadura militar en Argentina.
Para Gottheil, nacido en 1961, contar esa época era regresar a su propia juventud. "Lo que pasa es que tengo una edad como para haber vivido esa historia. En 1980, yo tenía 19, como el protagonista Raúl, así que conozco bien la época", explica en Página12. Su enfoque no estaba puesto en la dictadura como tema central, sino como un telón de fondo que permeaba cada aspecto de la vida cotidiana. "Todo lo que aparece en la película son cosas que vi, que conocí, sobre todo las que tenían que ver con la vida diaria en la sociedad. Todas las situaciones que se ven en la película, vinculadas con lo que yo llamo 'la noche de la dictadura', y que permeaban en la vida familiar, en la vida cotidiana, están en la película, entiendo yo, y las conozco de modo directo por haberlas vivido, más de cerca o más de lejos. Pero nada de lo que ves en la película, en lo que tiene que ver con la época, es algo que yo haya imaginado sino que lo vi".
El director enfatiza que "la dictadura es el telón de fondo, no es el tema de la película. Solo que esta historia de amor dolorosa transcurre justo en esa época. Y un poco lo que tenía de interesante contar, más allá de la historia de la pasión y del amor de Raúl por Marcela, era hacerlo en ese contexto". Esta elección narrativa define la atmósfera de la película, donde el clima de terror influye en las relaciones personales. "En la dictadura vivías con miedo. A veces es difícil comprender para quien no vivió la época el terror que se experimentaba. Hablo con jóvenes y me dicen: '¿Era así de terrible?'. Y sí. Salías a la calle, te habías olvidado el documento y entrabas en pánico", relata.
En este escenario opresivo, los personajes jóvenes, Raúl y Marcela, interpretados en su juventud por Junior Pisanu y Macarena Suárez, se mueven como dos seres solitarios. "Esta chica y este chico están muy solos", confirma Gottheil. "Tiene que ver con este desapego, con esa soledad que sienten en sus propios hogares, para empezar. Es muy poco lo que tienen afuera. Entonces, también los une un poco esta soledad, más allá del afecto, del amor. Es una película de dos seres solitarios".
Esta soledad deriva en un problema de incomunicación que se convierte en un eje central del relato. "Es una película sobre la incomunicación en tanto los personajes tratan de comunicar, como pueden, lo que les pasa, lo que sienten", señala el director. "Fíjate que Marcela es un personaje que está sufriendo una situación muy dramática. Intenta resolverla personalmente yendo a un médico, etcétera. Finalmente, termina yendo a ver a Raúl, que la ama. Pero a ella le cuesta mucho comunicar lo que le está pasando. El problema que tiene no se lo puede contar a la madre, no tiene a nadie cerca. Y lo mismo pasa en el caso de él. Tiene una familia un poquito más acomodada que, de pronto, se va de viaje y lo deja. Y queda solo".
Gottheil cree que esta dinámica se relaciona directamente con el contexto histórico. "En gran parte. No necesariamente es una derivación directa de un régimen, pero podría serlo. Era un régimen autoritario, sangriento, y sin duda que eso refleja en las relaciones interpersonales: en la familia, entre los amigos. Entonces, creo que es acertada la observación".
A pesar de estar anclada en un período histórico definido, el director considera que "La herida" puede resonar en las audiencias jóvenes de hoy. "Absolutamente. Los jóvenes siempre tienen la semilla del amor y de la rebeldía, de querer romper con el statu quo. Y lo cierto es que el statu quo de esa época era de una enorme cerrazón, era muy peligroso. Pero los jóvenes de hoy, tal vez encerrados en otros paradigmas, siempre tratan de romper y de salir en libertad por el lado del amor y de la pasión". Para Gottheil, la película "tiene que ver con la libertad, aún cuando esa búsqueda sea hecha a los ponchazos, como pueden. Los jóvenes tienen esa cosa de buscar la libertad a como dé lugar".
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Esa historia es "La herida", su ópera prima, que se estrena este jueves 6 de noviembre en las salas de cine argentinas. La película, que fue seleccionada en el BAFICI 2024, sigue a Raúl, un abogado exitoso de 62 años, interpretado por Carlos Santamaría. Un llamado telefónico con noticias trágicas sobre Marcela, su amor de juventud, lo sumerge de lleno en el recuerdo de esa relación. La narración se sumerge en el pasado, reviviendo la pasión, la ternura y la melancolía de un vínculo que quedó marcado por un contexto histórico específico: los años de la última dictadura militar en Argentina.
Para Gottheil, nacido en 1961, contar esa época era regresar a su propia juventud. "Lo que pasa es que tengo una edad como para haber vivido esa historia. En 1980, yo tenía 19, como el protagonista Raúl, así que conozco bien la época", explica en Página12. Su enfoque no estaba puesto en la dictadura como tema central, sino como un telón de fondo que permeaba cada aspecto de la vida cotidiana. "Todo lo que aparece en la película son cosas que vi, que conocí, sobre todo las que tenían que ver con la vida diaria en la sociedad. Todas las situaciones que se ven en la película, vinculadas con lo que yo llamo 'la noche de la dictadura', y que permeaban en la vida familiar, en la vida cotidiana, están en la película, entiendo yo, y las conozco de modo directo por haberlas vivido, más de cerca o más de lejos. Pero nada de lo que ves en la película, en lo que tiene que ver con la época, es algo que yo haya imaginado sino que lo vi".
El director enfatiza que "la dictadura es el telón de fondo, no es el tema de la película. Solo que esta historia de amor dolorosa transcurre justo en esa época. Y un poco lo que tenía de interesante contar, más allá de la historia de la pasión y del amor de Raúl por Marcela, era hacerlo en ese contexto". Esta elección narrativa define la atmósfera de la película, donde el clima de terror influye en las relaciones personales. "En la dictadura vivías con miedo. A veces es difícil comprender para quien no vivió la época el terror que se experimentaba. Hablo con jóvenes y me dicen: '¿Era así de terrible?'. Y sí. Salías a la calle, te habías olvidado el documento y entrabas en pánico", relata.
En este escenario opresivo, los personajes jóvenes, Raúl y Marcela, interpretados en su juventud por Junior Pisanu y Macarena Suárez, se mueven como dos seres solitarios. "Esta chica y este chico están muy solos", confirma Gottheil. "Tiene que ver con este desapego, con esa soledad que sienten en sus propios hogares, para empezar. Es muy poco lo que tienen afuera. Entonces, también los une un poco esta soledad, más allá del afecto, del amor. Es una película de dos seres solitarios".
Esta soledad deriva en un problema de incomunicación que se convierte en un eje central del relato. "Es una película sobre la incomunicación en tanto los personajes tratan de comunicar, como pueden, lo que les pasa, lo que sienten", señala el director. "Fíjate que Marcela es un personaje que está sufriendo una situación muy dramática. Intenta resolverla personalmente yendo a un médico, etcétera. Finalmente, termina yendo a ver a Raúl, que la ama. Pero a ella le cuesta mucho comunicar lo que le está pasando. El problema que tiene no se lo puede contar a la madre, no tiene a nadie cerca. Y lo mismo pasa en el caso de él. Tiene una familia un poquito más acomodada que, de pronto, se va de viaje y lo deja. Y queda solo".
Gottheil cree que esta dinámica se relaciona directamente con el contexto histórico. "En gran parte. No necesariamente es una derivación directa de un régimen, pero podría serlo. Era un régimen autoritario, sangriento, y sin duda que eso refleja en las relaciones interpersonales: en la familia, entre los amigos. Entonces, creo que es acertada la observación".
A pesar de estar anclada en un período histórico definido, el director considera que "La herida" puede resonar en las audiencias jóvenes de hoy. "Absolutamente. Los jóvenes siempre tienen la semilla del amor y de la rebeldía, de querer romper con el statu quo. Y lo cierto es que el statu quo de esa época era de una enorme cerrazón, era muy peligroso. Pero los jóvenes de hoy, tal vez encerrados en otros paradigmas, siempre tratan de romper y de salir en libertad por el lado del amor y de la pasión". Para Gottheil, la película "tiene que ver con la libertad, aún cuando esa búsqueda sea hecha a los ponchazos, como pueden. Los jóvenes tienen esa cosa de buscar la libertad a como dé lugar".
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