Victoria Chaya Miranda habla sobre el estreno de "A oscuras"

por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Victoria Chaya Miranda
La realizadora argentina Victoria Chaya Miranda ("Eso que llaman amor") regresa al cine con "A oscuras" (2018) una propuesta que trabaja algunas ideas asociadas a la soledad, adicciones, violencia de género, el abandono, el olvido, para construir un relato que trabaja tres historias en paralelo y en las que la noche es el gran escenario de todas. Protagonizada por Esther Goris, Arturo Bonín, Guadalupe Docampo, Alberto Ajaka y Francisco Bass, el guion de Carla Scatarelli prioriza una mirada diferente sobre lugares que el cine siempre ha reflejado desde el punto de vista masculino. "'A oscuras' habla de estar completamente solo en una ciudad llena de gente, habla de la explotación del cuerpo de las mujeres, desde el punto de vista de dos generaciones", afirma en esta entrevista de nuestros compañeros de EscribiendoCine.

- Relaciones tóxicas, trata de personas, violencia de género ¿cómo surgen cada una de las ideas que contiene 'A oscuras' y cómo fue hilvanarlas?
El guion me lo acercaron, y de ahí hubo un trabajo de empalme entre lo que proponía el libro y los acontecimientos dramáticos que había que ponerse a reflexionar. Esta es una película coral, al igual que mi largometraje anterior, el riesgo en las películas corales es que la alternancia de historias arme un todo y no disperse al espectador. Dirá el espectador si hemos cumplido.

- ¿Fue complicada la edición?
Los planos los pensé imaginando el montaje fue una propuesta estética meticulosa. Hay pocos planos y contraplanos, Fue una película ajustada en tiempos de realización, filmamos en cuatro semanas, una película que debería haberse filmado en siete.

- ¿Hace montaje en paralelo?
Chequeo el material y si dudo lo monto en casa, porque uno invierte, y lo digo como productora, mucho dinero, y hay escenas que son cruciales, así que si, hago un testeo, soy muy obsesiva. La montajista de este largo es Liliana Nadal, con quien trabajo de manera muy profunda.

- ¿Fue difícil manejar las energías y experiencias distintas en el set?
Fue la primera vez que trabajé con Esther Goris, el desafío era cómo componer a Lola, una actriz icónica, y lograr que el espectador se aleja de la imagen de Esther como actriz, en ese sentido tuvimos mucho ida y vuelta, entendió todo. Arturo Bonín es muy calido en set, con ambos charlé mucho de la relación de sus personajes. Arturo estuvo horas conduciendo, su personaje es taxista y era importante que lo haga. Alberto Ajaka, le aporto mucho al personaje y Guadalupe Docampo trabajó conmigo en Los pibes del puente, donde hizo un protagónico, fue encantador volver a trabajar con ella y dirigirla. A Francisco Bass lo conocía, el desafío era recuperarlo desde el mercado argentino, porque está haciendo muchas novelas y otros contenidos en Perú.

- ¿Le gusta reflejar problemáticas como las de "A oscuras" en el cine? ¿Es ese su camino?
Considero que los proyectos aparecen como un imponderable en mi vida. No hago proyectos que no me signifiquen, que no me propongan un viaje particular. Y sí, hablo de temas oscuros, marginales e intensos generalmente. Mi objetivo es ser una comunicadora social que le proponga al espectador reflexionar sobre nuestras miserias. Creo que cada proyecto te transforma y te convierte en mejor persona, eso siento yo, no miro igual después de investigar y abordar ciertos temas. Eso te lo da el arte, no otra cosa.

- ¿Qué fue lo más complicado de rodar?
Para mí, y para el equipo, una escena de baile de caño, porque para contarlo tuvimos que montar un night club, porque hay algo de eso que Wim Wenders dice "hablás en contra de la guerra y montás una". Como mujer feminista estoy en contra de la trata de personas y montar el nightclub me pegó mucho. ¿Cómo hacés para ilustrar un night club, darle verdad y no caer en la cosificación de los cuerpos femeninos?. En mis equipos somos mayoría mujeres y cuando la rodamos esa escena que tenía el objetivo de mostrar la misoginia naturalizada en la noche de un night club, me di cuenta que todas las mujeres estábamos con un gesto de desagrado, porque todas en intimidad hemos sido cosificadas, eso lo ves en la mirada de tu compañera.

- ¿Busca que en sus equipos la mayoría sean mujeres?
Sí, a Lula Bertoldi, de Eruca Sativa, la fui a buscar yo, me dijo que nunca lo había hecho, y la convencí, de hecho cuando estaba en la búsqueda de mujeres compositoras me decían "no, pero conozco a tal compositor", yo quería a Lula Bertoldi, así que la fui a buscar y la convencí. Su trabajo es extraordinario.

- ¿Es complicado armar los equipos? ¿Cómo se lucha desde dentro?
Complicado, aclaro que tengo también hombres que me acompañan fuertemente, como Martín Bullrich. El gran problema es que a las mujeres en el cine nos contaron hombres. Que el arte, el sonido de rodaje directo, la música, el vestuario el maquillaje la corrección de color, la hagan mujeres y que la toma de decisiones sea femenina era importante, hay un mix, pero tengo muchas mujeres encabezando y eso para mí era esencial.

- "A oscuras" llega en un momento de ebullición de denuncias, de repensar roles ¿qué cree que aporta a esta discusión?
El proyecto tiene más de 10 años, y en un momento le dije a Carla Scatarelli, la guionista, que el tema de la trata estaba en la peli como un núcleo. Repensamos cómo trabajarlo, porque es voraz, nos atraviesa. Guada tuvo muchas escenas comprometidas y no quería cosificarla, quise potenciar su actuación, no que sólo erotice la pantalla, quise elevar su dramaturgia a la hora de actuar, resaltar su talento. El desafío era contar desde la cámara sin cosificar.

- ¿Por qué la gente tiene que acercarse a la propuesta?
"A oscuras" de estar completamente solo en una ciudad llena de gente, habla de la explotación del cuerpo de las mujeres, desde el punto de vista de dos generaciones, de una actriz y de una chica que entra en una relación tóxica y que termina en el mundo de la prostitución, y de la soledad. Es una película veloz, y creo que la gente no se va a aburrir.

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