Festivales
Berlin 07: Resucita Techiné y se mantiene el nivel con grandes papeles femeninos
12-II-07
No hay aplausos apasionados pero sí un regusto de haber pasado buenos ratos. En su quinta jornada, el Festival Internacional de Cine de Berlín ha presenciado en competencia el deseo de Sharon Stone de mostrar que es capaz de algo más que ser una glamourosa señora estupenda, en el drama intimista e independiente "When a man falls in the forest" (Cuando un hombre cae en el bosque), de Ryan Eslinger, y la resurección como cineasta de André Techiné, cuyo precedente trabajo tanto decepcionó. "Les temoins" (Los testigos) es un drama coral sobre la llegada del sida a mediados de los años 80. Fuera de concurso, otras dos grandes interpretaciones femeninas, las de Judi Dench y Cate Blanchett en "Notes on a scandal" (Crónica de un escándalo).
Después de un film decididamente prescindible, que ni siquiera sus estelares protagonistas, Dépardieu y Deneuve, pudieron levantar, como fue "Otros tiempos" (Les temps qui changent), regresa el francés André Téchiné tras tres años de silencio con una cinta afortunadamente bien distinta. De la pareja al grupo de personas, con un tema doloroso que de una forma u otra influye en diferentes personajes: el sida, en los años 80, cuando esta epidemia era una letal desconocida. Ha dicho aquí Techiné que "Les temoins" ha sido un proyecto intimamente querido, y un homenaje a los muchos amigos que perdió en aquella época.
A ritmo rápido, se suceden interesantes diálogos que tienen como protagonistas a Manu (Johan Libereau) un joven homosexual que mantiene una doble relación con un hombre maduro (Michel Blanc) y un policía casado (Sami Bouajila). Hay también dos importantes papeles femeninos, el de la mujer del agente (Emmanuelle Beart), narradora de la historia y escritora en la ficción, y la hermana del promiscuo joven (Julie Depardieu).
La esencia del film es una reflexión sobre la fidelidad, la influencia del sexo en nuestra vida, y como la aparición de una enfermedad contagiosa y mortal relacionada con él puede llegar a trastocar formas de actuar y pensar. "Tenía una necesidad personal de evocar esa época, porque la pasé con la impresión de haberla sobrevivido, de haber escapado de algo que se llevó a otros. He querido mostrar en lugar de la complacencia de unos personajes ante su destino, como aspiran a la felicidad y en medio de todo ese dolor sigue habiendo belleza", ha contado Techiné en rueda de prensa.
"When a man falls in the forest" es una historia de cuatro personajes tristes, solos y desamparados, entre los que están Kate (Sharon Stone), una cuarentona depresiva que para salir de su átona existencia roba ocasionalmente en las tiendas; su marido Gary (Timothy Hutton), que se ha alejado poco a poco de ella; Travis (Pruitt Taylor Vince), traumatizado por un accidente de coche desde su infancia, y Bill (Dylan Baker), que sufre una forma leve de autismo e intenta sobrevivir replegado en sus sueños.
Sharon Stone, quien aparte de tener un papel breve pero sustancioso en la cinta, una mujer deprimida y taciturna, es productora ejecutiva de la misma, se mostró orgullosa de hacer un cine más comprometido, que hable de los problemas de la gente corriente. "Todo el mundo llega a un momento en su vida en donde cree haber "desaparecido", porque nadie te mira y nadie te escucha, y ello ocurre habitualmente cuando llegas a la mediana edad", comentó la actriz sobre su personaje.
En su opinión, el mundo actual es una "sociedad prozac" donde se nos impone una cierta idea del equilibrio en las emociones, y se nos dice cómo debemos sentirnos respecto de algo".
Todo un duelo de interpretaciones en otro duelo, el que se crea entre dos mujeres, dos profesoras, una al borde de la jubilación (Judy Dench) y otra bastante más joven (Cate Blanchett), que accidentalmente corpanten un secreto. La primera, solitaria y falta de atención, ve a la segunda haciendo el amor con un alumno adolescente, y la chantajea moralmente, para reclamar así más atención y amistad de las que ya las unían como colegas. Richard Eyre ("Iris") ha dirigido esta "Notes on a scandal" que nos entrega memorables trabajos interpretativos de las dos actrices anglosajonas (con sendas nominaciones al Oscar), sólidamente apoyados en un guión de notable tensión dramática.
Dench, veterana candidata a los premios de la Academia, ha dicho que no podrá asistir a la gala porque en esas fechas la operan de la rodilla, pero en cualquier caso, y entre sonrisas, ha sugerido que nadie apueste por ella este año. Su compatriota Helen Mirren es también para ella la favorita.
No hay aplausos apasionados pero sí un regusto de haber pasado buenos ratos. En su quinta jornada, el Festival Internacional de Cine de Berlín ha presenciado en competencia el deseo de Sharon Stone de mostrar que es capaz de algo más que ser una glamourosa señora estupenda, en el drama intimista e independiente "When a man falls in the forest" (Cuando un hombre cae en el bosque), de Ryan Eslinger, y la resurección como cineasta de André Techiné, cuyo precedente trabajo tanto decepcionó. "Les temoins" (Los testigos) es un drama coral sobre la llegada del sida a mediados de los años 80. Fuera de concurso, otras dos grandes interpretaciones femeninas, las de Judi Dench y Cate Blanchett en "Notes on a scandal" (Crónica de un escándalo).
Después de un film decididamente prescindible, que ni siquiera sus estelares protagonistas, Dépardieu y Deneuve, pudieron levantar, como fue "Otros tiempos" (Les temps qui changent), regresa el francés André Téchiné tras tres años de silencio con una cinta afortunadamente bien distinta. De la pareja al grupo de personas, con un tema doloroso que de una forma u otra influye en diferentes personajes: el sida, en los años 80, cuando esta epidemia era una letal desconocida. Ha dicho aquí Techiné que "Les temoins" ha sido un proyecto intimamente querido, y un homenaje a los muchos amigos que perdió en aquella época.
A ritmo rápido, se suceden interesantes diálogos que tienen como protagonistas a Manu (Johan Libereau) un joven homosexual que mantiene una doble relación con un hombre maduro (Michel Blanc) y un policía casado (Sami Bouajila). Hay también dos importantes papeles femeninos, el de la mujer del agente (Emmanuelle Beart), narradora de la historia y escritora en la ficción, y la hermana del promiscuo joven (Julie Depardieu).
La esencia del film es una reflexión sobre la fidelidad, la influencia del sexo en nuestra vida, y como la aparición de una enfermedad contagiosa y mortal relacionada con él puede llegar a trastocar formas de actuar y pensar. "Tenía una necesidad personal de evocar esa época, porque la pasé con la impresión de haberla sobrevivido, de haber escapado de algo que se llevó a otros. He querido mostrar en lugar de la complacencia de unos personajes ante su destino, como aspiran a la felicidad y en medio de todo ese dolor sigue habiendo belleza", ha contado Techiné en rueda de prensa.
"When a man falls in the forest" es una historia de cuatro personajes tristes, solos y desamparados, entre los que están Kate (Sharon Stone), una cuarentona depresiva que para salir de su átona existencia roba ocasionalmente en las tiendas; su marido Gary (Timothy Hutton), que se ha alejado poco a poco de ella; Travis (Pruitt Taylor Vince), traumatizado por un accidente de coche desde su infancia, y Bill (Dylan Baker), que sufre una forma leve de autismo e intenta sobrevivir replegado en sus sueños.
Sharon Stone, quien aparte de tener un papel breve pero sustancioso en la cinta, una mujer deprimida y taciturna, es productora ejecutiva de la misma, se mostró orgullosa de hacer un cine más comprometido, que hable de los problemas de la gente corriente. "Todo el mundo llega a un momento en su vida en donde cree haber "desaparecido", porque nadie te mira y nadie te escucha, y ello ocurre habitualmente cuando llegas a la mediana edad", comentó la actriz sobre su personaje.
En su opinión, el mundo actual es una "sociedad prozac" donde se nos impone una cierta idea del equilibrio en las emociones, y se nos dice cómo debemos sentirnos respecto de algo".
Todo un duelo de interpretaciones en otro duelo, el que se crea entre dos mujeres, dos profesoras, una al borde de la jubilación (Judy Dench) y otra bastante más joven (Cate Blanchett), que accidentalmente corpanten un secreto. La primera, solitaria y falta de atención, ve a la segunda haciendo el amor con un alumno adolescente, y la chantajea moralmente, para reclamar así más atención y amistad de las que ya las unían como colegas. Richard Eyre ("Iris") ha dirigido esta "Notes on a scandal" que nos entrega memorables trabajos interpretativos de las dos actrices anglosajonas (con sendas nominaciones al Oscar), sólidamente apoyados en un guión de notable tensión dramática.
Dench, veterana candidata a los premios de la Academia, ha dicho que no podrá asistir a la gala porque en esas fechas la operan de la rodilla, pero en cualquier caso, y entre sonrisas, ha sugerido que nadie apueste por ella este año. Su compatriota Helen Mirren es también para ella la favorita.
- © K. Ozga (Berlín)-NOTICINE.com/Fotos:Reuters-AP
Berlín 07: Calidad media en la sección competitiva, con Clint Eastwood como principal estrella
11-II-07
En una jornada marcada por la presencia de Clint Eastwood, cuya película "Cartas desde Iwo Jima", fuera de concurso aquí y candidata al Oscar, ha gustado sin convencer del todo, la Sección Oficial ofreció dos títulos en competencia, el italiano "In memoria di me", de Saverio Costanzo y la coproducción europea-surafricana "Goodbye Bafana", de Bille August, más flojos aunque aceptables y merecedores de algunos aplausos.
"Letters from Iwo Jima" forma parte de la saga de dos títulos que Eastwood ha realizado uno tras otro en torno a la batalla de Iwo Jima, clave en la victoria norteamericana en el Pacífico. El primero, "Banderas de nuestros padres", narraba un episodio desde el punto de vista norteamericano, mientras que esta especie de segundo capítulo, que no secuela, lo hace desde el nipón.
Contra la propaganda yanqui, el duro actor convertido en sensible cineasta muestra como los propios japoneses eran conscientes de su inferioridad y de su más que probable derrota y sólo tuvieron la oportunidad de morir en el campo de batalla (20.000 víctimas frente a 7.000 norteamericanos), suicidarse por su honor mancillado o luchar por una supervivencia incierta. El hilo conductor de la historia son cartas que varios de los protagonistas del hecho bélico envían a sus familias, y que lógicamente nunca llegan a sus destinatarios.
En rueda de prensa, Eastwood dijo que lo que le motivó a hacer estas dos películas sobre la batalla de Iwo Jima (1945) fue denunciar "la inutilidad de aquella y de todas las guerras", y que a diferencia de los films propagandísticos que vió en su juventud, en todos los contendientes hay "buenos y malos". Aseguraba el ganador del Oscar por "Million dollar baby" que hay madres y esposas que sufren en cualquier campo y que sobre todo le interesaba hablar "de la condición humana".
Sin duda, "Cartas desde Iwo Jima" es una buena película, lo cual no quita que deje un cierto sabor a "dejà vu", tanto desde el punto de vista de despliegue visual bélico como en el dramático. Honestamente cuesta creer que pueda medirse con ventaja frente a "Babel" este año en los premios de la Academia y pueda superarla como mejor película o director.
Bille August regresa a Europa en su errática carrera que alterna producciones de su continente natal y del americano. "Goodbye Bafana" es un "europuding" en el que también se incluye la Suráfrica donde tiene lugar la historia real narrada, que no es otra que la de los años de prisión de Nelson Mandela, el líder negro que lucha contra el apartheid, y su guardián personal, James Gregory, un blanco que por su infancia en el campo sabe hablar la lengua de sus prisioneros a pesar de ser un "afrikaner".
El problema del film es que recuerda demasiado a un telefilm y a precedentes fábulas menos realistas sobre la fraternidad interracial, del tipo "Paseando a Miss Daisy", y tiene una tendencia evidente a simplificar las cosas para hacerlas más accesibles. Ahora las cosas son más claras que en tiempos del apartheid, y aquellos blancos segregacionistas se han convertido en los malos de la película. Por otro lado, la historia narrada no deja de ser polémica, ya que los biógrafos de Mandela nunca han aceptado la obra del carcelero "concienciado", y dudan de su veracidad.
Joseph Fiennes como Gregory, Diane Kruger en el papel de su racista esposa, y Dennis Haysbert como Mandela conforman el convincente trío protagonista de esta historia que sorprende muy poco y que a la postre se vuelve demasiado complaciente y maniquea. Lo cual no quita que incluya emotivos momentos y tenga un valor como testimonio aproximado de una realidad histórica que desafía las leyes de la autoridad y el deber, cosa que también ocurre en las otras dos cintas del día.
Finalmente, Saverio Costanzo quiere reflejar la vida en el interior de las instituciones religiosas en su film "In memoria di me" (En conmemoración mía), donde a consecuencia de una crisis personal Andrea decide entrar como novicio de una orden y se ve confrontado a un microcosmos donde no faltan las intrigas, las envidias y la lucha por el poder, siempre bajo un régimen de ferrea vigilancia y control. A pesar del apoyo del abad, el protagonista no es capaz de aprobar su examen de fe y piensa en abandonar los hábitos.
En una jornada marcada por la presencia de Clint Eastwood, cuya película "Cartas desde Iwo Jima", fuera de concurso aquí y candidata al Oscar, ha gustado sin convencer del todo, la Sección Oficial ofreció dos títulos en competencia, el italiano "In memoria di me", de Saverio Costanzo y la coproducción europea-surafricana "Goodbye Bafana", de Bille August, más flojos aunque aceptables y merecedores de algunos aplausos.
"Letters from Iwo Jima" forma parte de la saga de dos títulos que Eastwood ha realizado uno tras otro en torno a la batalla de Iwo Jima, clave en la victoria norteamericana en el Pacífico. El primero, "Banderas de nuestros padres", narraba un episodio desde el punto de vista norteamericano, mientras que esta especie de segundo capítulo, que no secuela, lo hace desde el nipón.
Contra la propaganda yanqui, el duro actor convertido en sensible cineasta muestra como los propios japoneses eran conscientes de su inferioridad y de su más que probable derrota y sólo tuvieron la oportunidad de morir en el campo de batalla (20.000 víctimas frente a 7.000 norteamericanos), suicidarse por su honor mancillado o luchar por una supervivencia incierta. El hilo conductor de la historia son cartas que varios de los protagonistas del hecho bélico envían a sus familias, y que lógicamente nunca llegan a sus destinatarios.
En rueda de prensa, Eastwood dijo que lo que le motivó a hacer estas dos películas sobre la batalla de Iwo Jima (1945) fue denunciar "la inutilidad de aquella y de todas las guerras", y que a diferencia de los films propagandísticos que vió en su juventud, en todos los contendientes hay "buenos y malos". Aseguraba el ganador del Oscar por "Million dollar baby" que hay madres y esposas que sufren en cualquier campo y que sobre todo le interesaba hablar "de la condición humana".
Sin duda, "Cartas desde Iwo Jima" es una buena película, lo cual no quita que deje un cierto sabor a "dejà vu", tanto desde el punto de vista de despliegue visual bélico como en el dramático. Honestamente cuesta creer que pueda medirse con ventaja frente a "Babel" este año en los premios de la Academia y pueda superarla como mejor película o director.
Bille August regresa a Europa en su errática carrera que alterna producciones de su continente natal y del americano. "Goodbye Bafana" es un "europuding" en el que también se incluye la Suráfrica donde tiene lugar la historia real narrada, que no es otra que la de los años de prisión de Nelson Mandela, el líder negro que lucha contra el apartheid, y su guardián personal, James Gregory, un blanco que por su infancia en el campo sabe hablar la lengua de sus prisioneros a pesar de ser un "afrikaner".
El problema del film es que recuerda demasiado a un telefilm y a precedentes fábulas menos realistas sobre la fraternidad interracial, del tipo "Paseando a Miss Daisy", y tiene una tendencia evidente a simplificar las cosas para hacerlas más accesibles. Ahora las cosas son más claras que en tiempos del apartheid, y aquellos blancos segregacionistas se han convertido en los malos de la película. Por otro lado, la historia narrada no deja de ser polémica, ya que los biógrafos de Mandela nunca han aceptado la obra del carcelero "concienciado", y dudan de su veracidad.
Joseph Fiennes como Gregory, Diane Kruger en el papel de su racista esposa, y Dennis Haysbert como Mandela conforman el convincente trío protagonista de esta historia que sorprende muy poco y que a la postre se vuelve demasiado complaciente y maniquea. Lo cual no quita que incluya emotivos momentos y tenga un valor como testimonio aproximado de una realidad histórica que desafía las leyes de la autoridad y el deber, cosa que también ocurre en las otras dos cintas del día.
Finalmente, Saverio Costanzo quiere reflejar la vida en el interior de las instituciones religiosas en su film "In memoria di me" (En conmemoración mía), donde a consecuencia de una crisis personal Andrea decide entrar como novicio de una orden y se ve confrontado a un microcosmos donde no faltan las intrigas, las envidias y la lucha por el poder, siempre bajo un régimen de ferrea vigilancia y control. A pesar del apoyo del abad, el protagonista no es capaz de aprobar su examen de fe y piensa en abandonar los hábitos.
- © K. Ozga (Berlín)-NOTICINE.com/Fotos:Reuters-AP
Berlin 2007: Buena jornada de dilemas morales en tres continentes
10-II-07
Este sábado, el Festival Internacional de Cine de Berlín ha elevado su nivel de calidad en la competencia con tres títulos aplaudidos que coinciden en plantear elecciones éticas personales en medio de circunstancias adversas. Aunque el protagonismo estelar de la jornada se lo llevó Robert De Niro con "The good shepherd", la alemana "Die Faelscher" y la china "Tuyade Hunshi" tambien fueron aplaudidas, incluso más que esta segunda realización del popular actor.
"Die Faelscher" (El falsificador) es la historia de un judío dotado para el dibujo que ha conducido sus pasos vitales a la falsificación de moneda. Atrapado por la policía en vísperas de la II Guerra Mundial sobrevive a varios campos de concentración antes de ser "reclutado" por las SS para falsificar moneda que destruya la economía británica y norteamericana, un proyecto nazi que realmente se desarrolló a finales del conflicto bélico, y acabó fracasando por falta material de tiempo. En esta coproducción austriaco-germana dirigida por Stefan Ruzowitzky, se nos plantea el dilema moral de asegurar la propia supervivencia frente al mal que la falsificación de libras y dólares puede causar a la causa aliada y por tanto en la prolongación del conflicto.
El cine germano vive una más que evidente pujanza estos últimos años, sobre todo en términos cualitativos, y este cinta es un paso más en esa dirección, con notables interpretaciones, una historia real y apasionante, y un cuidado en la graduación dramática para huir del amarillismo y los excesos.
La elección entre la patria, el deber y la propia vida familiar subyace en "The good shepherd" (El buen pastor), la segunda realización del talentoso y tímido actor Robert De Niro, que tras una larga gestación ha podido por fin llevarse a cabo con rodajes en EEUU, República Dominicana y Londres y un reparto estelar en el que destacan Matt Damon, Angelina Jolie, Alec Baldwin, Billy Crudup, Martina Gedeck, William Hurt, Timothy Hutton, Joe Pesci y el propio actor-director.
También basada en sucesos históricos, la cinta nos ubica en el nacimiento y desarrollo de la Central de Inteligencia norteamericana, la tristemente célebre CIA, capaz de propiciar golpes de Estado, crímenes y torturas en supuesto favor de la causa norteamericana (su última "misión" ha sido el secuestro y traslado a centros ilegales de tortura de presuntos terroristas islámicos). La crítica norteamericana no ha valorado demasiado la cinta, que se cree podría tener mejor acogida aquí en Europa tanto por la crítica al sistema que refleja por estar alejada de las clásicas películas de espías tipo "James Bond". Lo cierto es que el público de la Berlinale, sin apasionamientos la ha aceptado en buena medida, a pesar de su largo metraje, considerado excesivo en EEUU.
En la posterior rueda de prensa, De Niro ha estado un poco más locuaz que de costumbre, y ha comentado como desde su infancia ha estado muy interesado por el mundo del espionaje, la Guerra Fría y las actividades de inteligencia en todo el mundo. Sólo estuvo acompañado aquí en la capital alemana por Damon y la alemana Martina Gedeck ("La vida de los otros").
Finalmente, "Tuyade Hunshi" (La boda de Tuya) se desarrolla en la remota Mongolia, donde una mujer (Nan Yu) cuyo marido ha quedado paralítico se ve obligada a divorciarse de él con la esperanza de encontrar otro esposo que mantenga a sus dos hijos, a ella ... y al lisiado. Después de varios intentos, un ex compañero de clase encuentra un asilo para el ex marido pero este no resiste la separación e intenta suicidarse. A pesar de lo melodramático de la historia, Wang Quanan prefiere hilar fino y delicado, sin caer en lo facil. Al contrario, el cineasta chino quiere reflejar un mundo en claro retroceso por el desarrollo industrial de China y la globalización, como en la Mongolia Interior los pastores transumantes son obligados a dejar su modo de vida en favor de labores agrícolas fijas.
Este sábado, el Festival Internacional de Cine de Berlín ha elevado su nivel de calidad en la competencia con tres títulos aplaudidos que coinciden en plantear elecciones éticas personales en medio de circunstancias adversas. Aunque el protagonismo estelar de la jornada se lo llevó Robert De Niro con "The good shepherd", la alemana "Die Faelscher" y la china "Tuyade Hunshi" tambien fueron aplaudidas, incluso más que esta segunda realización del popular actor.
"Die Faelscher" (El falsificador) es la historia de un judío dotado para el dibujo que ha conducido sus pasos vitales a la falsificación de moneda. Atrapado por la policía en vísperas de la II Guerra Mundial sobrevive a varios campos de concentración antes de ser "reclutado" por las SS para falsificar moneda que destruya la economía británica y norteamericana, un proyecto nazi que realmente se desarrolló a finales del conflicto bélico, y acabó fracasando por falta material de tiempo. En esta coproducción austriaco-germana dirigida por Stefan Ruzowitzky, se nos plantea el dilema moral de asegurar la propia supervivencia frente al mal que la falsificación de libras y dólares puede causar a la causa aliada y por tanto en la prolongación del conflicto.
El cine germano vive una más que evidente pujanza estos últimos años, sobre todo en términos cualitativos, y este cinta es un paso más en esa dirección, con notables interpretaciones, una historia real y apasionante, y un cuidado en la graduación dramática para huir del amarillismo y los excesos.
La elección entre la patria, el deber y la propia vida familiar subyace en "The good shepherd" (El buen pastor), la segunda realización del talentoso y tímido actor Robert De Niro, que tras una larga gestación ha podido por fin llevarse a cabo con rodajes en EEUU, República Dominicana y Londres y un reparto estelar en el que destacan Matt Damon, Angelina Jolie, Alec Baldwin, Billy Crudup, Martina Gedeck, William Hurt, Timothy Hutton, Joe Pesci y el propio actor-director.
También basada en sucesos históricos, la cinta nos ubica en el nacimiento y desarrollo de la Central de Inteligencia norteamericana, la tristemente célebre CIA, capaz de propiciar golpes de Estado, crímenes y torturas en supuesto favor de la causa norteamericana (su última "misión" ha sido el secuestro y traslado a centros ilegales de tortura de presuntos terroristas islámicos). La crítica norteamericana no ha valorado demasiado la cinta, que se cree podría tener mejor acogida aquí en Europa tanto por la crítica al sistema que refleja por estar alejada de las clásicas películas de espías tipo "James Bond". Lo cierto es que el público de la Berlinale, sin apasionamientos la ha aceptado en buena medida, a pesar de su largo metraje, considerado excesivo en EEUU.
En la posterior rueda de prensa, De Niro ha estado un poco más locuaz que de costumbre, y ha comentado como desde su infancia ha estado muy interesado por el mundo del espionaje, la Guerra Fría y las actividades de inteligencia en todo el mundo. Sólo estuvo acompañado aquí en la capital alemana por Damon y la alemana Martina Gedeck ("La vida de los otros").
Finalmente, "Tuyade Hunshi" (La boda de Tuya) se desarrolla en la remota Mongolia, donde una mujer (Nan Yu) cuyo marido ha quedado paralítico se ve obligada a divorciarse de él con la esperanza de encontrar otro esposo que mantenga a sus dos hijos, a ella ... y al lisiado. Después de varios intentos, un ex compañero de clase encuentra un asilo para el ex marido pero este no resiste la separación e intenta suicidarse. A pesar de lo melodramático de la historia, Wang Quanan prefiere hilar fino y delicado, sin caer en lo facil. Al contrario, el cineasta chino quiere reflejar un mundo en claro retroceso por el desarrollo industrial de China y la globalización, como en la Mongolia Interior los pastores transumantes son obligados a dejar su modo de vida en favor de labores agrícolas fijas.
- © K. Ozga (Berlín)-NOTICINE.com/Fotos:Reuters-AP
Berlinale: La sencillez brasileña desplaza los artificios en blanco y negro de Soderbergh
9-II-07
Aunque sobre el papel la cinta de Steven Soderbergh "The good german" era lo más destacado en la segunda jornada de este 57 Festival Internacional de Cine de Berlín, el virtuosismo (y la ambición que roza lo irrespetuoso) del norteamericano no convenció a una crítica que en cambio se dejó seducir por la inocencia infantil de la película brasileira "O ano em que meus pais saíram de férias", la cual recogió la más abundante cosecha cual de aplausos del día. Tampoco la coreana "Sai bo gu ji man gwen chan a", de Park Chan-wook, acabó de complacer a la mayoría de la audiencia.
"O ano em que meus pais saíram de férias" (El año en que mis padres estaban de vacaciones), de Cao Hamburger, reconstruye el Brasil de 1970, en el que Mauro, un niño de 12 años loco por el fútbol, es "abandonado" de urgencia por sus padres a la puerta de casa de su abuelo. Ellos deben escapar de los militares en el poder. Sin embargo, el anciano murió poco antes de un infarto, y será primero un vecino y luego otros residentes en el barrio judío de Sao Paulo los que acabarán acogiendo al muchachito, mientras todos se aprestan a vivir el Campeonato Mundial de México.
Gracias a un elaborado guión de Cláudio Galperin, Bráulio Mantovani, Anna Muylaert y el propio Hamburger, que fue desarrollado a la largo de 4 años, esta cinta producida por Fernando Meirelles, acierta en la reconstrucción del universo infantil, de las sensaciones y los sentimientos que con frecuencia se pierden en la madurez. Al lado del pequeño Mauro (interpretado con impactante maestría por Michel Joelsas, elegido entre un millar de niños) emprende el espectador un viaje de descubrimiento de un nuevo ambiente y una nueva comunidad -la judía- ignorado cuando el personaje vivía en Belo Horizonte con sus padres.
Con humor, ternura y perfecta graduación, Hamburger en su segunda película como realizador -presentada antes en los festivales de Río y Sao Paulo y premiada en ambos- ha logrado una cinta muy agradable de ver, que tiene la inmensa habilidad de identificar a su protagonista con el niño que hay en cada espectador. El y Meirelles coincidieron en la serie de TV "Cidade dos Homens", secuela de la película "Ciudad de Dios", el gran éxito cinematográfico del segundo.
En "The good german", Steven Soderbergh cuenta una intriga en el Berlín de la inmediata postguerra, donde rusos, norteamericanos y europeos se reunen para repartirse el botín de la Alemania nazi derrotada. Un corresponsal de guerra (George Clooney, al que jamás se le ve escribir una línea o hacer algo parecido a periodismo) acude a cubrir la conferencia de Potsdam y se ve envuelto en un crimen que tiene que ver con una antigua amante germana (Cate Blanchett) y el intento norteamericano de captar a los cerebros supervivientes del aparato militar derrotado.
Lo más estimable de "The good german" es la reproducción casi exacta del estilo técnico de las películas de los años 40. Y al emplear este calificativo nos referimos tanto a la estética -blanco y negro, utilizando lentes, iluminación y micrófonos de la época- como a la interpretación (Blanchett se basó en Marlene Dietrich e Ingrid Bergman) y al guión. Lo malo es que Soderbergh ha llevado su homenaje demasiado lejos, permitiendose imitar secuencias de "Casablanca". La audiencia mayoritaria del festival está compuesta por críticos, que tienen al mítico film entre sus iconos más sagrados y han considerado una especie de sacrilegio las "citas". Eso explica ciertos pitidos al final de la proyección de prensa, más sonoros que los escasos aplausos. En este caso, el virtuosismo formal ahoga y desvaloriza la trama, "demodé" para un público actual.
La tercera cinta a concurso del día, "Sai bo gu ji man gwen chan a" (algo así como "Soy un ciborg, pero no pasa nada"), de Park Chan-wook, uno de los talentos coreanos más apreciados internacionalmente, no deja de ser un cuento romántico con toques pretenciosos en torno a la locura. Una chica que cree ser un ciborg conoce en el psiquiátrico a un joven delincuente inadaptado que se enamora de ella. Muchos se salieron al cabo de 15 minutos, pero entre los que se quedaron incluso gustó.
Aunque sobre el papel la cinta de Steven Soderbergh "The good german" era lo más destacado en la segunda jornada de este 57 Festival Internacional de Cine de Berlín, el virtuosismo (y la ambición que roza lo irrespetuoso) del norteamericano no convenció a una crítica que en cambio se dejó seducir por la inocencia infantil de la película brasileira "O ano em que meus pais saíram de férias", la cual recogió la más abundante cosecha cual de aplausos del día. Tampoco la coreana "Sai bo gu ji man gwen chan a", de Park Chan-wook, acabó de complacer a la mayoría de la audiencia.
"O ano em que meus pais saíram de férias" (El año en que mis padres estaban de vacaciones), de Cao Hamburger, reconstruye el Brasil de 1970, en el que Mauro, un niño de 12 años loco por el fútbol, es "abandonado" de urgencia por sus padres a la puerta de casa de su abuelo. Ellos deben escapar de los militares en el poder. Sin embargo, el anciano murió poco antes de un infarto, y será primero un vecino y luego otros residentes en el barrio judío de Sao Paulo los que acabarán acogiendo al muchachito, mientras todos se aprestan a vivir el Campeonato Mundial de México.
Gracias a un elaborado guión de Cláudio Galperin, Bráulio Mantovani, Anna Muylaert y el propio Hamburger, que fue desarrollado a la largo de 4 años, esta cinta producida por Fernando Meirelles, acierta en la reconstrucción del universo infantil, de las sensaciones y los sentimientos que con frecuencia se pierden en la madurez. Al lado del pequeño Mauro (interpretado con impactante maestría por Michel Joelsas, elegido entre un millar de niños) emprende el espectador un viaje de descubrimiento de un nuevo ambiente y una nueva comunidad -la judía- ignorado cuando el personaje vivía en Belo Horizonte con sus padres.
Con humor, ternura y perfecta graduación, Hamburger en su segunda película como realizador -presentada antes en los festivales de Río y Sao Paulo y premiada en ambos- ha logrado una cinta muy agradable de ver, que tiene la inmensa habilidad de identificar a su protagonista con el niño que hay en cada espectador. El y Meirelles coincidieron en la serie de TV "Cidade dos Homens", secuela de la película "Ciudad de Dios", el gran éxito cinematográfico del segundo.
En "The good german", Steven Soderbergh cuenta una intriga en el Berlín de la inmediata postguerra, donde rusos, norteamericanos y europeos se reunen para repartirse el botín de la Alemania nazi derrotada. Un corresponsal de guerra (George Clooney, al que jamás se le ve escribir una línea o hacer algo parecido a periodismo) acude a cubrir la conferencia de Potsdam y se ve envuelto en un crimen que tiene que ver con una antigua amante germana (Cate Blanchett) y el intento norteamericano de captar a los cerebros supervivientes del aparato militar derrotado.
Lo más estimable de "The good german" es la reproducción casi exacta del estilo técnico de las películas de los años 40. Y al emplear este calificativo nos referimos tanto a la estética -blanco y negro, utilizando lentes, iluminación y micrófonos de la época- como a la interpretación (Blanchett se basó en Marlene Dietrich e Ingrid Bergman) y al guión. Lo malo es que Soderbergh ha llevado su homenaje demasiado lejos, permitiendose imitar secuencias de "Casablanca". La audiencia mayoritaria del festival está compuesta por críticos, que tienen al mítico film entre sus iconos más sagrados y han considerado una especie de sacrilegio las "citas". Eso explica ciertos pitidos al final de la proyección de prensa, más sonoros que los escasos aplausos. En este caso, el virtuosismo formal ahoga y desvaloriza la trama, "demodé" para un público actual.
La tercera cinta a concurso del día, "Sai bo gu ji man gwen chan a" (algo así como "Soy un ciborg, pero no pasa nada"), de Park Chan-wook, uno de los talentos coreanos más apreciados internacionalmente, no deja de ser un cuento romántico con toques pretenciosos en torno a la locura. Una chica que cree ser un ciborg conoce en el psiquiátrico a un joven delincuente inadaptado que se enamora de ella. Muchos se salieron al cabo de 15 minutos, pero entre los que se quedaron incluso gustó.
- © K. Ozga (Berlín)-NOTICINE.com/Fotos:Reuters-AP
Mar del Plata avanza una programación añeja
9-II-07
El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata desvelará la programación de su 22 edición, la última con Miguel Pereira como director artístico, en el marco del Festival internacional de Cine de Berlín, pero la publicación Screen Daily ha presentado un avance de varios de los títulos que aspirarán a llevarse los premios Astor, en la que se incluyen mayormente largometrajes que ya llevan un largo recorrido por certámenes internacionales.
De acuerdo al adelanto de Screen Daily, la competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata -que se enorgullece en ostentar su título clase A, pese a que no pueda equipararse a sus hermanos de categoría como Cannes, Berlín, Venecia...- contará con las españolas "Honor de cavallería", de Albert Serra, visión sobre el Quijote que formó parte de la Quincena de Realizadores de Cannes del pasado año y compitió en San Pablo (Brasil); "Ficción", de Cesc Gay, donde el realizador de "En la ciudad" vuelve a unirse con el actor Eduard Fernández; la brasileña "El mayor amor del mundo", de Carlos Diegues, premio a la mejor película en el Festival de Montreal; "Jardins en automne", de Otar Iosseliani, premiada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y concursante en Roma; la coreana "Woman On The Beach", de Hong Sang-soo; la australiana "Ten Canoes", de Rolf de Heer y Peter Djigirr y la italiana "Come l'ombra", de Marina Spada. Las representantes locales serán "La peli", del rosarino Gustavo Postiglione y "Ciudad en celo", de Hernán Gaffet, que previamente compitió en la 51 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).
Fuera de competencia se exhibirán "El libro negro", de Paul Verhoeven; "Syndromes And A Century", de Apichatpong Weerasethakul; "I Don't Want to Sleep Alone", de Tsai Ming-liang; "Climates", de Nuri Bilge Ceylan; "Luces al atardecer", de Aki Kaurismaki; "La Reina", de Stephen Frears e "Inland Empire", de David Lynch. La apertura correrá a cargo de "Offside", de Jafar Panahi.
En la debutante competencia latinoamericana, buscarán llevarse el premio Ernesto Che Guevara y 50.000 dólares las brasileñas "El cielo de Suely", de Karim Ainouz (Brasil), vencedora del Festival de La Habana; "Sonhos e desejos", de Marcelo Santiago y "Baixio Das Bestas", de Claudio Assis, reciente triunfadora en Rotterdam; las mexicanas "El violín", de Francisco Vargas; "Morirse en domingo", de Daniel Gruener y "Pancho Villa", de Francesco Tabeada Tabone; la exitosa producción cubana "El Benny", de José Luis Sánchez; la coproducción hispano-cubana "La edad de la peseta", de Pavel Giroud; la paraguaya "Tierra roja", de Ramiro Gómez; la boliviana "Cocalero", de Alejandro Landes, y la ecuatoriana "Esas no son penas", de Daniel Andrade y Anahí Hoeneisen. A ellas se suman las nacionales "Regresados", de Cristian Bernard y Flavio Nardini; "En obra", de Eduardo Perez y "M", de Nicolás Prividera.
Algunas de las visitas previamente anunciadas son la actriz Hanna Shygulla, el nonagenario realizador italiano Mario Monicelli, Peter Lord del estudio de animación Aardman ("Chicken Run", "Wallace & Gromit") y, tal vez, Pedro Almodóvar.
Mar del Plata se realizará del 8 al 18 de marzo.
El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata desvelará la programación de su 22 edición, la última con Miguel Pereira como director artístico, en el marco del Festival internacional de Cine de Berlín, pero la publicación Screen Daily ha presentado un avance de varios de los títulos que aspirarán a llevarse los premios Astor, en la que se incluyen mayormente largometrajes que ya llevan un largo recorrido por certámenes internacionales.
De acuerdo al adelanto de Screen Daily, la competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata -que se enorgullece en ostentar su título clase A, pese a que no pueda equipararse a sus hermanos de categoría como Cannes, Berlín, Venecia...- contará con las españolas "Honor de cavallería", de Albert Serra, visión sobre el Quijote que formó parte de la Quincena de Realizadores de Cannes del pasado año y compitió en San Pablo (Brasil); "Ficción", de Cesc Gay, donde el realizador de "En la ciudad" vuelve a unirse con el actor Eduard Fernández; la brasileña "El mayor amor del mundo", de Carlos Diegues, premio a la mejor película en el Festival de Montreal; "Jardins en automne", de Otar Iosseliani, premiada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y concursante en Roma; la coreana "Woman On The Beach", de Hong Sang-soo; la australiana "Ten Canoes", de Rolf de Heer y Peter Djigirr y la italiana "Come l'ombra", de Marina Spada. Las representantes locales serán "La peli", del rosarino Gustavo Postiglione y "Ciudad en celo", de Hernán Gaffet, que previamente compitió en la 51 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).
Fuera de competencia se exhibirán "El libro negro", de Paul Verhoeven; "Syndromes And A Century", de Apichatpong Weerasethakul; "I Don't Want to Sleep Alone", de Tsai Ming-liang; "Climates", de Nuri Bilge Ceylan; "Luces al atardecer", de Aki Kaurismaki; "La Reina", de Stephen Frears e "Inland Empire", de David Lynch. La apertura correrá a cargo de "Offside", de Jafar Panahi.
En la debutante competencia latinoamericana, buscarán llevarse el premio Ernesto Che Guevara y 50.000 dólares las brasileñas "El cielo de Suely", de Karim Ainouz (Brasil), vencedora del Festival de La Habana; "Sonhos e desejos", de Marcelo Santiago y "Baixio Das Bestas", de Claudio Assis, reciente triunfadora en Rotterdam; las mexicanas "El violín", de Francisco Vargas; "Morirse en domingo", de Daniel Gruener y "Pancho Villa", de Francesco Tabeada Tabone; la exitosa producción cubana "El Benny", de José Luis Sánchez; la coproducción hispano-cubana "La edad de la peseta", de Pavel Giroud; la paraguaya "Tierra roja", de Ramiro Gómez; la boliviana "Cocalero", de Alejandro Landes, y la ecuatoriana "Esas no son penas", de Daniel Andrade y Anahí Hoeneisen. A ellas se suman las nacionales "Regresados", de Cristian Bernard y Flavio Nardini; "En obra", de Eduardo Perez y "M", de Nicolás Prividera.
Algunas de las visitas previamente anunciadas son la actriz Hanna Shygulla, el nonagenario realizador italiano Mario Monicelli, Peter Lord del estudio de animación Aardman ("Chicken Run", "Wallace & Gromit") y, tal vez, Pedro Almodóvar.
Mar del Plata se realizará del 8 al 18 de marzo.
- © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com