Woody Allen y Mike Leigh demuestran en Cannes que lo cotidiano puede ser atractivo
- por © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com
Woody Allen y parte de su estelar equipo de actores en "You will meet a tall dark stranger" han tenido el máximo protagonismo de la cuarta jornada del Festival de Cannes, en la que de nuevo la organización se lo ha puesto fácil a otro cineasta reconocido con un sólo título en competencia con aspiraciones a ensombrecer su gloria mediática, el de Mike Leigh "Another year", una nueva muestra de la maestría de este británico que recubre de grandeza la cotidianeidad, en lo que ha sido la primera película aplaudida con ganas este año.
En el curioso cambalache que es Cannes, determinados cineastas fuera de concurso logran ventajas que no obtienen quienes compiten directamente por la Palma de Oro. Si la víspera fue Oliver Stone con "Wall Street: Money never sleeps", este sábado le tocó a Woody Allen, encumbrado al puesto de honor del día, y no será este informador quien dude de sus méritos para ello, aunque sí lamente que lo que debería ser el apartado principal, el competitivo, quede a veces en un segundo plano por los acuerdos que Thierry Frémaux y los suyos hacen con las productoras de determinados cineastas que no quieren arriesgarse a irse sin premio, y reclaman ese extraño estatus del "fuera de concurso", que tampoco es idéntico para todos los que lo logran, sino solo para algunos, aquellos a cuya fama personal unen la compañía de estrellas tipo Russell Crowe, Cate Blanchett, Michael Douglas o ahora Naomi Watts.
El caso es que el segundo film "español" de Woody Allen (financiado por Mediapro), ha generado una notable diversidad de opiniones. Vuelve a unir el neoyorquino humor y drama, y vuelve a reflejar la vida, como también lo ha hecho -aunque arriesgándose a competir- el veterano Mike Leigh con su "Another year", la de todos los días, sin el agregado de una intriga policial, una historia fantástica o terrorífica, y sin adornos autorales.
Allen reconoce que "You will meet a tall dark stranger" tiene un final amargo porque esa es su visión de la vida. La inteligencia del cineasta neoyorquino es aplicar la ironía, el humor, como edulcorante a algo que con frecuencia es gris y sin la menor duda acaba mal, o sea con eso tan poco acogedor como es la muerte. El autor de "Hannah y sus hermanas" y "Vicky Cristina Barcelona" cuenta que es pesimista casi desde que tiene uso de razón, pero su conocimiento del ser humano es cada vez mayor y mejor, y en esta su nueva cinta incide en la búsqueda permanente de la ilusión como motor de nuestra existencia, en la que sus personajes se agarran a esperanzas inciertas o predicciones de una pseudo vidente como a troncos tras un naufragio. Por suerte engrasa la maquina con su personal sentido del humor.
Diversas intrigas sentimentales familiares, infidelidades, traiciones y pasiones se unen en esta comedia dramática, que ha coincidido con otra cinta, la de Leigh, con bastante en común (drama familiar y coral, historias cotidianas, búsqueda del sentido de la vida o al menos de la supervivenica, las ilusiones...), en la que destaca Lesley Manville, para quien algunos ya han pedido premio. Por encima de experimentaciones, autorías vanas y egocentrismo, el cine del británico sigue enfrentándonos de bruces con esa cruda realidad que por cotidiana no deja de ser fascinante.