Luis Ernesto Doñas, estrena en La Habana "Baracoa": "Lo más lindo es levantarse por la mañana y hacer tu propia revolución"

por © J.A.-NOTICINE.com
Doañas (con la mano extendida), en el rodaje de "Baracoa" (C.Cepero)
Doañas (con la mano extendida), en el rodaje de "Baracoa" (C.Cepero)
El cubano Luis Ernesto Doñas estrenará el mes próximo, en el Festival de La Habana, su ciudad, su opera prima como director, "Baracoa", una cinta que empezó a crear desde Italia, donde hoy es uno de los más cotizados directores de teatro y opera. Protagonizada por el astro italiano Giancarlo Giannini y los cubanos Carlos Luis Gonzalez y Yadier Fernández, esta road movie marca su regreso a la isla, donde se filmó, y Doñas compartió su felicidad con NOTICINE.com por hacer realidad un sueño que empezó a forjarse, años atrás, en las salas habaneras.

- Aunque usted ha alcanzado fama en los últimos años haciendo ópera y teatro en Italia, en realidad empezó estudiando cine, ¿no?
Sí, sí, mi formación es cinematográfica. Primero me gradué del ISA, el Instituto Superior de Arte, y luego de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Dirección de Ficción. Allí realicé dos cortometrajes: "Oslo", que fue mi ejercicio de segundo año y tuvo un buen recorrido por festivales —incluso está en el catálogo de la escuela como uno de los treinta mejores cortos—, y después mi tesis, "La Trucha", que también funcionó bastante bien. Pero luego llegó este paréntesis. Me ofrecieron una beca de director escénico lírico en Roma, así que hice una pausa en mi vida. Y ahora, por eso, regreso al cine con mi propio largometraje.

- ¿Regresa al cine para quedarse o regresa puntualmente?
No, creo que voy a llevar las dos cosas muy paralelas. He encontrado en la ópera una realización muy parecida a la que tenía en cine. A veces mis amigos me dicen: "Ah, te vendiste, estás en la ópera". Y yo digo: "Pues no, son los mismos códigos". Y sobre todo a nivel del trabajo con los actores, el trabajo con los cantantes. Trato de adaptar las mismas técnicas que aprendí, como la técnica Meisner, y los cantantes lo reciben como algo distinto. Es un proceso bien natural para mí y se me han abierto muchos caminos, y realmente, no sé, quiero llevar las dos cosas juntas. Hay muchas experiencias como esta; aquí tenemos a Mario Martone, con el que trabajé, que hace tanto ópera como cine. Y en general, bueno, Zeffirelli, Herzog... la historia del cine tiene muchos ejemplos. Sí, creo que voy a llevar un poco las dos cosas paralelas.

- Qué significa para usted este inminente estreno mundial de "Baracoa" en La Habana?
La película es una coproducción ítalo-cubana. Y entonces, como película cubana que es también, vamos a estrenarla en La Habana, lo cual no nos impide después tener un estreno internacional en otro festival. Pero nos parecía realmente el lugar ideal para lanzarla, por el interés de todos los que van a La Habana por el cine latinoamericano. Además, el cine italiano está en un momento de crisis complejo. Y como yo soy un nombre no reconocido en el panorama italiano, creímos que era más importante intentar tener un impacto comunicacional en Cuba, para después, en Italia, poder encontrar un distribuidor más fácilmente si acaso.



- ¿Cómo surge la idea de esta película?
A ver, yo había ganado Ibermedia por desarrollo durante la pandemia y la escribí en esos meses. Luego encontré al productor italiano Francesco Papa que me pidió que, para que fuera una coproducción, había que incluir un personaje italiano. Me pidió reescribir un poco la historia con la ayuda de Filippo Ascione, un guionista reconocido en Italia que trabajó con Fellini. Entonces reescribimos la historia, pero digamos que es una historia personal. Todo el mundo me decía cuando yo estaba aquí: "Escribe algo sobre los cambios en Cuba, sobre los cambios en Cuba". Y de pronto yo quise enfocarme en un personaje como Estrellita, que es un importante drag queen de La Habana, un personaje de la vida real. Y creo que era como el ejemplo personificado de estos cambios en La Habana, de los nuevos lugares nocturnos y las personas que tienen que de algun modo travestirse y ponerse máscaras para sobrevivir. Este fue como el punto de partida, la idea inicial, que por supuesto se fue desarrollando. Y esa idea de enmascararse también llegó a los demás personajes.

- Me imagino que usted conoció el Festival de La Habana como espectador. ¿Se imaginaba siendo un muchacho que algún día se proyectaría ahí una película suya?
Bueno, digamos que mi sueño siempre fue ese. Disfruté mucho como público las obras de los directores del cine cubano que fueron también mis maestros. Mis grandes maestros... yo primero me acerqué al cine dentro del montaje, yo fui editor, porque siempre me dije: "Ser director no se estudia, uno llega luego. Hay que estudiar algo concreto del lenguaje, algo de manufactura del cine, ¿no?". Y decidí estudiar Edición en el ISA. Y entonces entré al ICAIC de la mano de Nelson Rodríguez, uno de los editores más grandes que ha dado el cine latinoamericano. Y llegué a editar tres películas. Soy el editor de "La Anunciación" de Enrique Pineda, luego "Melaza" con Carlos Lechuga, y "Cuba Libre" de Jorge Luis Sánchez. Y siempre, o sea, desde que entré al ICAIC a trabajar, sentí mucho orgullo al ver a todos mis maestros presentando sus películas, por lo que claro que yo quería en algún momento presentar la mía también.

- ¿Y se ve usted en el futuro haciendo películas en Cuba o más en Europa?
Esta es una película cubana, filmada totalmente en Cuba, con actores cubanos, con equipo cubano. En mi propia vida, yo viajé mucho desde pequeño. Mis padres eran diplomáticos, vine a vivir en Cuba a partir de los quince años. Y yo creo que eso me ha marcado mucho, esa idea de no lugar, de viaje constante. Y también siento que en mi imaginario, cada vez que pienso una historia, que quiero desarrollar algo, regresa esa idea de viaje constante, ese mirar desde adentro y mirar desde lejos. Y creo que es algo que me gusta explorar porque lo tengo dentro de mí, de mi vivencia. Y también por una cuestión de respeto. Yo llevo seis años viviendo alejado de Cuba, y de pronto, sabe, me siento más honesto trabajando desde donde estoy, donde veo, donde vivo, donde sufro. Y ahora mismo es esa pluralidad de espacios. Entonces, esa misma idea de viaje, de no tener lugar, sí creo que podrá seguir. De hecho, en mi próxima película que estoy desarrollando, también inevitablemente está esa idea de cruzar el océano.

- ¿Qué le gustaría transmitir a los potenciales espectadores habaneros de su película para que fueran a verla?
Siento que es una película que habla... Espéreme, déjeme pensar bien, porque quiero usar las palabras justas. A ver, cuando hicimos las primeras lecturas del guion, casi todo el equipo técnico me decía una palabra: es una película vintage, es de una Cuba vintage, refiriéndose a una mirada nostálgica de Cuba, de lo que es cubano, del ser cubano. El equipo me lo decía mucho. Es una película delicada, con un tono vintage en el sentido de que se habla de cosas no tanto con una mirada hiperrealista actual, sino con lo que pudo ser y lo que fue. Y eso yo creo que eso podrá ser apreciado también por el espectador, porque es algo que está, son valores, es una mirada limpia hacia valores humanos que todavía tenemos y que están, y que a veces hay solo que sumergirse un poco más para encontrar. No sé si me expliqué. Además creo que los espectadores se identificarán con el espíritu de resiliencia de los personajes y por la idea de que el abrazo es más fuerte y necesario para curar todas las distancias.

- ¿De dónde sacó sus referencias a la hora de crear ese estilo?
El neorrealismo italiano fue uno de mis grandes referentes. El neorrealismo trataba la pobreza con poesía y dignidad, y yo creo que eso de alguna manera se hereda en mi película. Hay una cierta poesía al ver la pobreza que existe, inevitable. Otro camino puede ser esa pobreza verla desde un aspecto más ácido, y es súper legítimo, ¿no? Pero desde mi punto de vista, no sé si es que también la ópera me hace estilizarme un poco, sí hay cierta poesía y dignidad. Y sobre todo me interesó, yo amo mucho el neorrealismo italiano, esa última etapa donde también ya entran elementos de realismo mágico que se conectan muy bien con la historia latinoamericana, ¿no? Por ejemplo, "Milagro en Milán", que terminan volando por el aire. O sea, es una mirada a la realidad desde la poesía y con algo de realismo mágico, y eso de alguna manera también está en la película.

- ¿Y lo de Giancarlo Giannini fue una sugerencia del productor italiano o usted directamente quiso a ese actor en concreto?
Sí, digamos que yo siempre dije que quería trabajar con un gran actor porque ese personaje tiene mucho peso. Y siempre se habló, yo así como mantra decía: "O Giannini o Franco Nero". El segundo es un actor estilizado, elegante y ese personaje es más terrenal, digamos. Pasamos primero por otras opciones y estábamos muy concentrados en Giannini, hasta que al final le llegó el guion. Yo creo que él vio en el guion ese mismo toque nostálgico, que le conectó con su trascendencia en el cine, con ese cine por el que va a pasar a la historia, que es el cine de los años setenta, de Lina Wertmüller. Y él vio todo ese potencial, esa chispa, la vio en el personaje, y estoy convencido que aceptó hacer la película con cachés no habituales, menores de lo que él espera. De hecho, llegó a Cuba por primera vez solo, sin acompañante, siendo un señor anciano no es una fácil decisión. O sea, fue un acto personal también de reivindicarse, de revolución interna en él, y eso tiene mucho ese personaje y la película en general. O sea, habla de las pequeñas revoluciones que cada uno debe hacer en su vida. De hecho, él llegó y me dijo: "Quiero decir una frase, incluir una frase en el guion: 'Las revoluciones nunca terminan'". Y yo, por supuesto, le dije que sí. En ese caso no se le puede decir nada a un Giancarlo Giannini que está en tu primera película en Cuba, y además tiene que ver mucho con el personaje. Aunque es una palabra que tengo entendido, y lo sé, que está muy viciada, pero nada más lindo que cada uno levantarse por la mañana y revolucionarse, hacer tu propia revolución.

Sigue nuestras últimas noticias por INSTAGRAM, BLUESKY o FACEBOOK.