Bostezos con y sin poesía en una jornada de transición en Cannes

por © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com
El equipo de 'Poetry'
El equipo de 'Poetry'
Si hubiera pasado por nuestra cabeza la idea de olvidar el cine e intentar colarnos en algunas de las zonas privadas de playa que hoteles y restaurantes de la Croisette ocupan frente al Mediterráneo, este miércoles hubiera sido un día ideal. Dos películas que con toda probabilidad nunca llegarán al cine de su ciudad, lo cual agradecerá antes que nadie el dueño, se presentaron en la competencia por la Palma de Oro. Al menos una, la coreana "Poetry", puede dar un premio de interpretación, con permiso de Juliette Binoche, de la otra, primera realización ficticia de un documentalista ucraniano hay que huir sin excusas. Por cierto... ¿Qué hace "Carancho" en Un Certain Regard en lugar de concursar..? Nos lo preguntamos casi a diario.

Escondamos cuchillas de afeitar y usemos cuchillos de plástico, para evitar la tentación de abrirnos las venas al bajar las escaleras del Palacio de Festivales. ¿Regalan las latas de película virgen ahora? ¿Por qué tanto despilfarro de minutos para contar algo que necesita una simple ojeada o cuatro palabras? Lo peor fue "Schastye moe" (Mi felicidad), sarcástico título para un pedazo de plomo capaz de desvencijar la más resistente de las butacas. Leer más...

Su director, el ucraniano Sergei Loznitsa, hasta ahora se dedicaba -dicen- al documental, género en el que con seguridad debe ser mejor. Su historia se resume rápido: un conductor profesional se pierde en la ruta, y como Alicia en el País de las Maravillas, encuentra a una serie de personajes. Sólo que la suya es la nación de las desgracias. A partir de los 15 minutos iniciales, uno empieza a mirar desesperadamente el reloj, recordando con angustia que dura más de dos horas... No ocurre nada interesante, imprevisto, bello, emocionante, nada de nada...

Belleza si podemos encontrar, al menos eso, en "Poetry" (Poesía), del cineasta y ex ministro de cultura coreano Chang-dong Lee, la historia de esa anciana a la que acaban de diagnosticar principio de Alzheimer, y que vive junto a su nieto, un adolescente que participa junto a sus amiguetes en la violación colectiva de una chica, la cual se suicida.

Paralelamente, a la buena señora, interpretada con gran talento por una reputada actriz que tiene más de 300 películas en su curriculum llamada Yoon Jung-Hee, le da por apuntarse a un curso de poesía, ella que jamás había escrito nada. La sensibilidad de la anciana contrasta con la manifiesta crueldad del nieto, en un retrato nada dulce de la juventud coreana, bastante alienada por los estimulos de la sociedad de consumo y carente del más mínimo respeto por el prójimo. Lástima que la historia aquí también se prolongue más de lo recomendable... casi 140 minutos.

Por suerte en la recta final del festival quedan algunos platos aparentemente suculentos, como la única norteamericana, "Fair game", de Doug Liman; la polémica cinta del franco-argelino Bouchareb "Hors la loi", o esa versión "light" de la secuela de "Quemado por el sol", del ruso Mijalkov, que en su país de origen dura más de tres horas y aquí 141 minutos. Veremos...