Controversial paso de la mexicana "Heli" por el Festival de Lima
- por © NOTICINE.com
Por José Romero Carrillo
Las primeros comentarios que recibimos de la presentación en el Festival de Cannes de "Heli" daban cuenta de un aspecto resaltante de la película que la ubicó de inmediato en el centro de la polémica: la exposición de la violencia que para algunos es gratuita y para otros la depuración del estilo de un cineasta que desde hace tres películas se viene definiendo en torno al hiperrealismo, que ciertamente para un grueso sector de espectadores es difícil de aceptar. Luego vendría el premio a mejor director para el mexicano Amat Escalante, entonces solo nos quedaba esperar la cada vez más probable presencia de esta película en el 17 Festival de Lima.
Sabido que los premios de tanto prestigio, como este, son (casi) condición básica para estar en la competencia oficial de ficción, la organización del certamen no podía darse el lujo de no incluir a la que a la postre sería una de las películas más importantes de este edición.
"Heli" cuenta historia de un trabajador de una empresa de autopartes en una zona del Bajío mexicano, y su hermana, una inocente niña de 12 años que vive un romance con un joven cadete. Esta idílica historia de primer amor es teñida por las sangrientas consecuencias que significa la vida cotidiana en algunos sectores del México actual. La miseria que rodean estos poblados olvidados no ofrece posibilidad alguna para pensar en un promisorio porvenir, ni mucho menos, para obtener justicia.
Desde el mismo inicio ya somos consientes del delicado material que nos va a contar el director: una camioneta recorre la carretera, se detiene, bajan algunos sujetos encapuchados cargando un bulto, y segundos después vemos un sujeto colgado y ondulando debajo de un puente. Esta advertencia ya convertida en una nefasta tradición en el mundo del narcoterrorismo es el punto inicial de una película cruda y verídica, donde lo uno no tiene por que excluir a lo otro.
La violencia retratada en esta película tiene su justificación no en algo rebuscado, sino en hechos que son de conocimiento de toda una nación y ahí esta la valentía de este trabajo, que es la de registrar el accionar de estos grupos armados que van lacerando todo un país y también la de aquellas victimas, que no solo deben cuidarse de estos sectores paramilitares sino también los abusos por miembros de su propio ejercito.
Si "Miss Bala" ya había dado luces sobre la peligrosidad de verse repentinamente inmiscuido en las redes del narcotráfico en un estado fronterizo, "Heli" va mucho más allá en su ambición y sitúa su trama en otra zona neurálgica de México en la que no solo Heli y su familia sobreviven en un entorno hostil. También se pone en el tapete el tema de las generaciones perdidas, la de aquellos niños y adolescentes que observan con pasmosa frialdad como sus compañeros torturan a sus víctimas. "Heli" es una cinta incómodamente necesaria para el cine latino.
Las primeros comentarios que recibimos de la presentación en el Festival de Cannes de "Heli" daban cuenta de un aspecto resaltante de la película que la ubicó de inmediato en el centro de la polémica: la exposición de la violencia que para algunos es gratuita y para otros la depuración del estilo de un cineasta que desde hace tres películas se viene definiendo en torno al hiperrealismo, que ciertamente para un grueso sector de espectadores es difícil de aceptar. Luego vendría el premio a mejor director para el mexicano Amat Escalante, entonces solo nos quedaba esperar la cada vez más probable presencia de esta película en el 17 Festival de Lima.
Sabido que los premios de tanto prestigio, como este, son (casi) condición básica para estar en la competencia oficial de ficción, la organización del certamen no podía darse el lujo de no incluir a la que a la postre sería una de las películas más importantes de este edición.
"Heli" cuenta historia de un trabajador de una empresa de autopartes en una zona del Bajío mexicano, y su hermana, una inocente niña de 12 años que vive un romance con un joven cadete. Esta idílica historia de primer amor es teñida por las sangrientas consecuencias que significa la vida cotidiana en algunos sectores del México actual. La miseria que rodean estos poblados olvidados no ofrece posibilidad alguna para pensar en un promisorio porvenir, ni mucho menos, para obtener justicia.
Desde el mismo inicio ya somos consientes del delicado material que nos va a contar el director: una camioneta recorre la carretera, se detiene, bajan algunos sujetos encapuchados cargando un bulto, y segundos después vemos un sujeto colgado y ondulando debajo de un puente. Esta advertencia ya convertida en una nefasta tradición en el mundo del narcoterrorismo es el punto inicial de una película cruda y verídica, donde lo uno no tiene por que excluir a lo otro.
La violencia retratada en esta película tiene su justificación no en algo rebuscado, sino en hechos que son de conocimiento de toda una nación y ahí esta la valentía de este trabajo, que es la de registrar el accionar de estos grupos armados que van lacerando todo un país y también la de aquellas victimas, que no solo deben cuidarse de estos sectores paramilitares sino también los abusos por miembros de su propio ejercito.
Si "Miss Bala" ya había dado luces sobre la peligrosidad de verse repentinamente inmiscuido en las redes del narcotráfico en un estado fronterizo, "Heli" va mucho más allá en su ambición y sitúa su trama en otra zona neurálgica de México en la que no solo Heli y su familia sobreviven en un entorno hostil. También se pone en el tapete el tema de las generaciones perdidas, la de aquellos niños y adolescentes que observan con pasmosa frialdad como sus compañeros torturan a sus víctimas. "Heli" es una cinta incómodamente necesaria para el cine latino.