Festival de Lima: "Jirafas", libertad creativa cubana

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'Jirafas'
Por José Romero Carrillo
Lo que habíamos visto del cine cubano en el certamen limeño siempre había estado patrocinado por la institución oficial de la cinematografía de la isla, el ICAIC. Los nombres en la selección oficial de ficción (casi) siempre habían sido los mismos: Pastor Vega, Juan Carlos Tabío, Daniel Díaz Torres, Gerardo Chijona, entre otros.  Pero mientras todo se mantenía igual en el festival limeño, las situación audiovisual iba cambiando al interior de la isla; un movimiento denominado cine independiente cubano estaba dando sus primeros frutos y sus trabajos ya estaban siendo "exportados" a los festivales europeos de mayor prestigio en Europa, sin el sello del ICAIC. Este año los nombres de Carlos Machado Quintela ("La Piscina"), Carlos Lechuga ("Melaza") y Enrique Álvarez ("Jirafas") eran las caras reconocible de este nuevo cine; y lo que antes parecía improbable sucedió, la inclusión de una película 100% independiente: "Jirafas" en la sección competitiva.

Enrique Álvarez, en su tercer trabajo cambia de registro. Por lo menos, respecto al que he tenido oportunidad de ver: "Marina", una historia de sobre la busqueda, introspectiva y no de la felicidad de una joven mujer que está más alla de decisión de irse o quedarse en Cuba, un peregrinaje que tiene más preguntas que respuestas pero nos habla de una ciudadano de hoy, con todos su matices y confusiones.

En "Jirafa" radicaliza su estilo de filmar, deja los exteriores y firma y filma de acuerdo a sus convicciones. Está presente la sensación de la frustrada revolución ahora, casi todo, en un único escenario: un ruinoso departamento en el que una pareja de jóvenes vive ilegalmente, y Nadia, la antigua dueña de ese inmueble que herencia de su tío, un buen día perdió.

Lo que en un inicio es el intento de Nadia por desalojarlos con el transcurrir de los días, deviene en una extraña relación de tres jóvenes desesperanzados en La Habana actual por conservarse / atrincherarse en ese pedazo de tierra que les corresponde por decisión, por mantener su individualidad dentro de un régimen que los oprime solo por no cumplir con sus leyes. Son consientes que está próxima la llegada de la orden de expulsión por parte de la autoridad pero esto poco significa ya que lo que importa es prolongar este estado de gracia que se ha formando en esta "nueva comunidad". Ni la amenaza de un ciclón, fiel reflejo de los cambios que definitivamente están por venir,  los hace claudicar.

Tampoco es gratuito que la misma gestación de "Jirafas" se haya dado al interior de un producción comunitaria, ya que solo así fue posible que la película de Enrique Alvarez haya visto la luz. Experimentación que se traduce en libertad que es la bandera de este nuevo cine que habla sin tapujos de temas vedados / polemicos como la propiedad, la crisis laboral y el machismo; lástima que cuando Alvarez sale por una única vez de estas cuatro paredes, y se desplaza a un restaurante oriental lo hace recurriendo a los clichés  y deja de lado ese verismo, afortunadamente minutos después, el cineasta, retorna el sendero crítico de su propuesta.

"Jirafas" es un triunfo de la cinematografía cubana en el sentido que la libertad creativa ya se puede difundir fuera de sus fronteras. Esperemos que Enrique Álvarez siga llevando más allá los límites de su cine y su mirada reflexiva sobre el estado actual de las cosas. Ya se extrañaba ese cine crítico que ha tenido dignos representantes en el pasado del cine cubano.