Juan Taratuto y Sebastián Sepúlveda, el cine austral en la trastienda de la Mostra de Venecia

por © E.E. (Venecia)-NOTICINE.com
Juan Taratuto
Marginado por segundo año consecutivo a apartados paralelos, el cine iberoamericano existe en la Mostra de Venecia, y recibe positivos comentarios de la prensa y el público. Especialmente buena fue la acogida días atrás de "Las niñas Quispe", film basado en hechos reales del chileno Sebastián Sepúlveda, y este martes le ha tocado el turno al argentino Juan Taratuto, quien a diferencia de su colega austral sí tiene la experiencia de presentar su film "La reconstrucción" en su propio mercado.

"Estoy muy emocionado por estar aquí en Venecia, es mi primer festival importante y vengo con un film que para mí es un vuelco en mi carrera. No sé por qué he hecho una película tan triste, pero estoy muy satisfecho con ella", dijo Taratuto tras presentarla en la sala Dársena del Lido.

En efecto, "La reconstrucción" marca un cambio notable en la trayectoria del cineasta argentino descendiente de rusos, ya que era conocido por comedias tan exitosas como "¿Quién dice que es fácil?", "No sos vos, soy yo" y "Un novio para mi mujer", y que con este nuevo film se pasa a un drama que define como "de redención, de dolor y de segundas oportunidades".

A pesar del cambio, Taratuto sigue fiel a uno de sus actores fetiche, Diego Peretti, al que califica como "un actor formidable e increíble con el que que ya he trabajado en tres oportunidades. No hicimos muchos ensayos porque queríamos conservar la autenticidad de la actuación".

"La reconstrucción", participante en la sección veneciana Giornate degli Autori / Venice Days, a pesar de estar entre las producciones nacionales más vistas este año en la Argentina (la quinta) quedó lejos de los previos sucesos cómicos de Taratuto y no amortizó en su propio mercado el millón de dólares que costó.

Por su parte, el debutante Sebastián Sepúlveda, con previa experiencia como documentalista, productor y guionista, fue muy aplaudido al presentar la semana pasada en la Semana de la Crítica, apartado autónomo de la Mostra, "Las niñas Quispe", una dura y emotiva historia basada en un suceso real ocurrido en 1974, muy lejos del poder Pinochetista instalado en Santiago pero provocado por éste. Acompañado por una de sus actrices protagonista, "Pancha" Gavilán (famosa por su interpretación de Violeta Parra en la "biopic" de Andrés Wood), Sepúlveda explicó que su opera prima "puede interpretarse como un cuento sobre la dignidad de estas tres hermanas que deciden afrontar la muerte antes que la pérdida de su rebaño y de su estilo de vida".

"Con la dictadura militar de Augusto Pinochet -agregó el cineasta sobre el origen real de su film- se instala en Chile un régimen de terror que hizo suponer que las tres hermanas habían sido asesinadas por haber ayudado a prófugos a cruzar la frontera con Argentina, pero en realidad hoy se puede afirmar sin ninguna duda que las tres hermanas se suicidaron. Fue el sobrino de las hermanas quien descubrió los cadáveres de las tías y que me confirmó que no había señales en torno a los cuerpos que hiciera suponer la presencia de terceras personas. Esa decisión de parte de las hermanas les da una cierta grandeza y estatura moral y las convierte en heroínas de una clase social marginada".

El realizador y guionista del film chileno, fue indirectamente víctima también del régimen fascista de Pinochet, como hijo de personas próximas al MIR. "Mi familia dejó Chile con la dictadura cuando yo tenía apenas un año y vivimos en Europa hasta que nos dejaron volver en 1981 a mi país. Fue enfrentarme con un ambiente opresivo en el que nadie estaba seguro de si la persona que teníamos enfrente apoyaba o rechazaba esa opresión".

Por su parte, la actriz Francisca Gavilán calificó de "experiencia increíble" su participación en "Las niñas Quispe". "Es la primera vez que veo completa la película, y me hizo revivir la soledad y el aislamiento en el que vivían las tres hermanas. Me gusta interpretar personajes que no se me parezcan en absoluto y creo que uno de los privilegios de esta profesión es poder dar vida a criaturas alejadas de nuestra personalidad. Trabajar con una actriz no profesional como Digna Quispe, sobrina de las hermanas, fue un gran aprendizaje porque -explicó- nos obligaba a ser como ella, a seguir sus gestos y sus diálogos que estaban más cerca de la realidad de lo que yo y Catalina Saavedra podíamos inventar".